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Los ataques contra las personas trans vienen siendo un elemento parte clave de la campaña de Donald Trump. Más aún, en el último tramo de la contienda electoral, el Partido Republicano está destinando decenas de millones de dólares a llenar las redes sociales y la programación en la televisión y radios con propaganda política contra los derechos de las personas transgénero. “El odio a las personas trans no es solo una política, sino un pilar fundamental del Partido Republicano”, dice la periodista Imara Jones de la productora de contenidos TransLash Media. “El Partido Republicano se ha convertido en un movimiento extremista”. Jones es la presentadora del podcast The Anti-Trans Hate Machine (La máquina de odio antitrans), que acaba de lanzar una nueva temporada con investigaciones acerca de la utilización del odio a las personas trans por parte de grupos paramilitares como estrategia para forjar vínculos con el Partido Republicano y alimentar la violencia política. “Ser antitrans es una señal que usan los extremistas para ver quién está de su lado; una señal que les permite trabajar conjuntamente para empujar cada vez más al país hacia posturas extremas”, dice Jones.
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