Estamos transmitiendo en vivo desde la COP29, la cumbre de la ONU sobre cambio climático que se está llevando a cabo en Bakú, Azerbaiyán y cuyas negociaciones buscan dar forma a la respuesta internacional a la crisis climática. A pesar de los compromisos asumidos en la cumbre del año pasado, en Dubai, de reducir las emisiones globales de carbono, la combustión de carbón, petróleo y gas ha seguido aumentando y el calentamiento del planeta sigue batiendo récords. Además, la COP de este año está marcada por el próximo inicio de un segundo mandato de Donald Trump en la Casa Blanca. El expresidente no solo ha dicho que el cambio climático es una farsa, sino que ha prometido retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París y aumentar la producción de combustibles fósiles en el país. A pesar de las fuertes restricciones impuestas a las manifestaciones en la COP29, el activismo ambiental ha logrado hacer oír sus demandas con acciones como la del sábado 16 de noviembre, una protesta silenciosa en los pasillos de la sede del evento en demanda de billones de dólares de financiamiento para acelerar la adaptación al cambio climático y la transición energética en el sur global. Presentamos las palabras de algunos participantes de la manifestación, en la que Democracy Now! estuvo presente. “Estoy aquí tratando de fortalecer mi voz para hablar sobre nuestro pueblo, nuestras comunidades y la urgencia de hacer algo contra el cambio climático. Necesitamos este dinero. Lo necesitamos ya”, dice Juliana Melisa Asprilla Cabezas, afrodescendiente colombiana y activista por la justicia climática, acerca de la demanda de un acuerdo justo de financiamiento para hacer frente al cambio climático. “Estamos aquí protestando porque hemos descubierto que hay más lobistas de las empresas de combustibles fósiles que asisten a la COP29, lo que significa que las voces de los pueblos sin voz seguirán siendo silenciadas”, añade Thabo Sibeko. Por su parte, Akram Al-Khalili, miembro de la delegación palestina, explica la importancia de la demanda de un embargo energético mundial contra Israel para acabar con el genocidio.
Transcripción
AMY GOODMAN: Estamos transmitiendo en vivo desde la COP29, la cumbre climática de la ONU, en Bakú, Azerbaiyán, la cual ha entrado en su segunda y última semana. A pesar de los compromisos asumidos por países de todo el mundo en la COP28 del año pasado en Dubai, la combustión de carbón, petróleo y gas ha seguido aumentando en 2024, que va camino de superar a 2023 como el año más caluroso registrado según datos de la Organización Meteorológica Mundial. La cumbre climática de este año se realiza en medio de una gran incertidumbre por el futuro de las negociaciones sobre el clima, luego de que el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, prometiera retirarse de nuevo del acuerdo climático de París.
A pesar de las estrictas reglas, se han estado llevando a cabo protestas aquí en la COP por parte de activistas climáticos de todo el mundo que quieren que sus voces sean escuchadas. De hecho, varios periodistas y activistas climáticos de Azerbaiyán han sido arrestados en el último año en el período previo a la COP29. Más adelante en el programa hablaremos sobre ese tema con el director adjunto de Human Rights Watch para Europa y Asia Central.
Pero primero, el sábado, Democracy Now! estuvo presente cuando cientos de activistas por la justicia climática de todo el mundo ocuparon una sala plenaria para protestar por la falta de progreso en las negociaciones climáticas y después realizaron una protesta silenciosa en un pasillo, donde entrevistamos a varios de los manifestantes.
SYDNEY MISHEL MALES MUENALA: Hola. Mi nombre es Sydney Males Muenala. Soy de Ecuador. Soy una mujer indígena de la comunidad Kichwa Otavalo. Estamos aquí porque necesitamos denunciar todos los casos de violación de los derechos humanos, especialmente contra los pueblos indígenas. Estamos aquí como jóvenes, como jóvenes mujeres indígenas, porque debemos defender nuestros territorios y exigir acciones contra la crisis climática, porque las compañías transnacionales están en nuestro territorio y ejercen una violencia contra nuestros cuerpos, nuestra comunidad, nuestro territorio, nuestra agua.
JULIANA MELISA ASPRILLA CABEZAS: Mi nombre es Juliana Asprilla. Soy de Colombia y soy una mujer afrodescendiente. Y estoy aquí porque quiero alzar mi voz para hablar sobre nuestra gente, nuestras comunidades, y de por qué se necesitan acciones urgentes contra el cambio climático. Necesitamos financiamiento y lo necesitamos ahora.
KARINA LESTER: Mi nombre es Karina Lester. Soy de Australia y soy sobreviviente de segunda generación de las pruebas nucleares británicas que se realizaron en Australia en 1953, pero que también continuaron durante los años 60. He venido aquí para ser parte de este evento y transmitir un mensaje firme sobre la energía nuclear y sus impactos en los pueblos indígenas de Australia y de todo el mundo. Así que estamos aquí para expresar nuestras preocupaciones, porque nuestro Gobierno también está considerando construir plantas de energía nuclear y, como pueblos indígenas, estamos muy preocupados al respecto porque es algo que impactará a los pueblos originarios en Australia.
RENÉE FELTZ: ¿Puede describir parte de los impactos de esas pruebas?
KARINA LESTER: Sí. Mucha gente murió, pero también muchas personas padecen graves enfermedades a causa del programa de pruebas nucleares británicas que tuvo lugar en los años 50 y 60. Mi padre perdió la vista como consecuencia de esas pruebas; eso sucedió el 15 de octubre de 1953 y fue algo que le arrebató una parte de sí mismo. Y nosotros, la siguiente generación, vivimos con esto y cargamos con esa trágica historia de lo que le sucedió a su gente, de los daños que la lluvia radiactiva causó a su pueblo y de cómo aún hoy hay gente que sigue padeciendo enfermedades autoinmunes, infecciones respiratorias y erupciones en la piel. Hay muchas otras consecuencias, como la mortalidad infantil que también preocupa a nuestras comunidades. Y vivimos en áreas muy remotas de Australia, como también lo eran los sitios de las pruebas. Estamos bastante preocupados por nuestra gente, pero también por nuestro medio ambiente, porque nuestro país carga con las consecuencias de esas pruebas nucleares británicas.
THABO SIBEKO: Mi nombre es Thabo Sibeko, soy miembro de Earthlife Africa en Sudáfrica. Estamos aquí para protestar, primero, para crear conciencia en la sociedad a nivel mundial de que hay que sacar a la industria de los combustibles fósiles de África. Se debe asignar más financiamiento para proyectos sostenibles. De hecho, se debe asignar ese financiamiento a todas las regiones africanas que han visto cómo su medioambiente ha sido destruido como resultado de proyectos extractivistas. Estamos protestando aquí porque nos hemos dado cuenta de que hay más grupos de la industria de los combustibles fósiles en la COP29, lo que significa que las voces de los que no tienen voz seguirán siendo silenciadas. Por lo tanto, sentimos que lo apropiado era unirnos y combinar fuerzas para protestar, para hacer una protesta silenciosa, así como pacífica, para crear conciencia y amplificar nuestras voces.
NADIA HADAD: Mi nombre es Nadia Hadad. Hago parte del Foro Europeo de la Discapacidad. Estamos aquí con el propósito de reclamar los derechos de las personas con discapacidad, porque hay alrededor de 1.900 millones de personas con discapacidades en todo el mundo, la mayoría de las cuales viven en el sur global. Una de cada seis personas tienen una discapacidad, pero sin embargo no se nos reconoce, no se nos tiene en cuenta para consultarnos como personas con discapacidad. No estamos presentes en la toma de decisiones.
Así que somos los que realmente quedamos relegados entre las poblaciones más vulnerables, al tiempo que somos los más afectados. Por ejemplo, cada vez que hay un desastre, las primeras personas… la información inicial que se proporciona no es accesible para personas con discapacidad auditiva o discapacidad visual o personas con ambas discapacidades, tampoco para personas con discapacidad intelectual, así que ni siquiera pueden obtener la información. No pueden escuchar las alarmas. Cuando hay algo, cuando se emite un mensaje o una solicitud especial, las personas que no lo entienden fácilmente o personas con problemas psicosociales no saben a dónde ir. Por lo tanto, estamos exigiendo, por ejemplo, un mecanismo de seguimiento rápido para poder detectar a estas personas más rápidamente.
Cuando hay un rescate, por ejemplo, cuando hubo las inundaciones en Alemania. No estamos hablando sobre el sur. Cuando hubo las inundaciones en Alemania los que se quedaron atrás fueron todos usuarios de sillas de ruedas. Diez de ellos siguieron ahogándose en el agua, porque cuando los bomberos llegaron a rescatarlos no tenían el equipamiento adecuado para rescatarlos.
Entonces, cada vez que sucede algo, las personas con discapacidad siempre son las más impactadas. Ellos no pueden huir. Ellos no pueden entender. Ellos no pueden escuchar. Y no son tomados en cuenta para ser rescatados en primer lugar, porque hay otras prioridades, y toma demasiado tiempo, por lo que hay una especie de triaje, incluso en los desastres.
Y por eso estamos aquí. Queremos igualdad. Queremos que se preparen de antemano. Y si sucede algo, entonces queremos estar seguros de que si vamos a construir o reconstruir mejor, entonces debería ser accesible y asequible para todos nosotros.
ANA CAROLINA DOS SANTOS DIAS: Soy Carolina Santos. Yo soy de Brasil. Soy activista, activista social por el clima y el medio ambiente, de Brasil.
RENÉE FELTZ: Brasil es anfitrión de la próxima COP.
ANA CAROLINA DOS SANTOS DIAS: Sí, en mi ciudad, Belém. Estamos haciendo algunos preparativos para eso aquí. Lo principal de este año es el financiamiento climático. Es muy importante para nosotros que especialmente las personas de los países del Sur Global estén presentes y tengan voz. Desafortunadamente, no pudimos decir nada, debido a las regulaciones y esas cosas. Pero estamos tratando de hacer todo el ruido que podamos, tratando de enviar nuestro mensaje lo mejor que podemos. Estamos aquí para exigir justicia para el Sur Global. Estamos aquí para exigir financiación climática para la adaptación y mitigación para el Sur Global, especialmente para los países que más han sufrido el impacto de grandes eventos climáticos.
AKRAM AL-KHALILI: Mi nombre es Akram, y estoy aquí con la delegación palestina. Y uno de los temas que estamos discutiendo es un embargo energético global [a Israel].
Hubo una acción, una protesta, aquí en esta sala bastante grande en Bakú. Creo que en realidad estamos bajo un estadio de fútbol. La acción fue realizada por diferentes organizaciones para crear conciencia sobre la ira que muchas personas sienten ante el hecho de que estas negociaciones de la COP están cada vez más desconectadas de la realidad. Y el problema que queríamos señalar, junto con muchos otros, es esta cuestión del fomento del genocidio. Las mismas empresas de combustibles fósiles que se benefician de la destrucción del medio ambiente también se están beneficiando del genocidio que se está cometiendo contra el pueblo de Palestina, particularmente en Gaza. Por ejemplo, el combustible utilizado en aviones de EE.UU. se envía desde Estados Unidos. También se envía combustible desde aquí, de Azerbaiyán, a través del gasoducto BTC, a través de Turquía, desde donde llega a Israel. Todo esto es parte esencial de la maquinaria de guerra israelí.
Y durante el último año hemos visto en nuestras pantallas de televisión las escenas más horribles que uno pueda imaginar. Nadie en el mundo tiene duda alguna de que lo que estamos presenciando es un genocidio. Hubo que esperar muchos meses para que los líderes mundiales dijeran que estaban dispuestos a aceptar un alto el fuego. Y ahora este lenguaje de pedir un alto el fuego se ha vuelto total y completamente inútil.
No queremos palabras vacías, queremos acciones. Y esperamos eso particularmente de las naciones del mundo que afirman apoyar al pueblo de Palestina. Entre las naciones más importantes que están enviando energía a Israel está Sudáfrica, que inició el caso [contra Israel] en la CIJ; Turquía, que habla regularmente en nombre del pueblo de Palestina y, sin embargo, permite que el 50% del petróleo de Israel le llegue a través de su territorio; y Brasil, de donde proviene el 9% del petróleo de Israel.
Lo que estamos diciendo es que debemos seguir el ejemplo de Colombia, que tomó la decisión en agosto de dejar de vender carbón a Israel, porque la Convención sobre el Genocidio los obliga a no vender armas o productos de doble uso, productos que se pueden usar para llevar a cabo una guerra, que vayan a ayudar e instigar la comisión de un genocidio. Colombia tomó esa decisión con relativa rapidez, de forma directa. Y no hay razón para que otras naciones no puedan tomar esa misma decisión. No es suficiente fingir que se apoya al pueblo de Palestina y hacer grandes declaraciones. Ahora, un año después del inicio de este genocidio, las personas son juzgadas por sus acciones, no sus palabras. Y cualquiera de estos países podría seguir el ejemplo de Colombia e imponer un embargo energético, y eso tendría un enorme impacto directo sobre la capacidad de Israel de llevar a cabo el genocidio y, a largo plazo, sobre su capacidad para continuar con su proyecto expansionista de colonización.
AMY GOODMAN: Las voces de los manifestantes el sábado 17 de noviembre aquí en la cumbre climática de la ONU en Bakú, Azerbaiyán.
Un agradecimiento especial a Renée Feltz y Tey-Marie Astudillo, de Democracy Now!
En un minuto hablaremos con una de esas voces, que se unirá a nosotros en persona, Asad Rehman, de la organización War on Want, sobre el estado de las conversaciones sobre el clima en la COP29. Y tendremos información actualizada sobre el estado de los derechos humanos aquí en Azerbaiyán. Nos acompañaran… Aquí en Bakú varios periodistas y activistas climáticos y por los derechos humanos han sido arrestados en el período previo a la COP29. Quédense con nosotros.
Traducido y editado por Igor Moreno Unanua e Iván Hincapié.