Relacionado
El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández fue declarado culpable de tráfico de cocaína el viernes después de un juicio de dos semanas en un tribunal federal de Nueva York, en el que la fiscalía acusó a Hernández de gobernar el país centroamericano como un narco-Estado y aceptar millones de dólares en sobornos de traficantes de cocaína a cambio de protección. Hernández, que se enfrenta a una posible condena a cadena perpetua, se desempeñó como presidente de Honduras de 2014 a 2022 y fue un aliado cercano de Estados Unidos, a pesar de la gran cantidad de informes de violaciones de derechos humanos y de acusaciones de corrupción y participación en el tráfico de drogas durante su mandato. Hernández fue arrestado menos de un mes después de que terminara su mandato y extraditado a Estados Unidos en abril de 2022. “El sentimiento mayoritario es la satisfacción, un sentimiento de progreso en la búsqueda de la justicia”, dice el activista Camilo Bermúdez, que nos habla desde la capital hondureña, Tegucigalpa. Bermúdez es miembro del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, organización fundada por Berta Cáceres, la defensora ambiental indígena lenca que fue asesinada en 2016, durante el mandato de Juan Orlando Hernández. También hablamos con Dana Frank, profesora emérita de Historia en la Universidad de California en Santa Cruz, quien dice que el golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en 2009 contra el presidente Manuel Zelaya sentó las bases para los Gobiernos corruptos que siguieron. Si bien los fiscales estadounidenses han logrado que Hernández sea condenado, Frank enfatiza que varios Gobiernos estadounidenses “lo legitimaron y elogiaron”.
Para ver la entrevista en inglés, haga clic aquí.
Transcripción
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org. Soy Amy Goodman.
El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández fue declarado culpable el viernes de tráfico de cocaína, después de un juicio de dos semanas aquí en Nueva York. Los fiscales lo acusaron de gobernar Honduras como un narco-Estado y de aceptar millones de dólares en sobornos de traficantes de cocaína a cambio de ofrecer protección, incluyendo el despliegue de la Policía Nacional de Honduras para proteger los cargamentos de cocaína mientras eran transportados a través de dicho país. Antes del juicio celebrado en febrero, el ex jefe de la Policía Nacional de Honduras, Juan Carlos “El Tigre” Bonilla, se declaró culpable de cargos de tráfico de cocaína. Las celebraciones estallaron después del veredicto del viernes. Esta es una activista hondureña que habló desde el exterior del tribunal federal de Manhattan.
LIDA PERDOMO: Estamos satisfechos porque se ha hecho justicia. Honduras es un país sediento de justicia, donde ha prevalecido la impunidad. Y desafortunadamente, los hondureños tenemos que venir a países extranjeros para pedir justicia, porque allá no existe, ya que desde los entes operadores de justicia, el ministerio público, la fiscalía, el poder judicial, siguen aún coludidos con el crimen organizado. Ha llevado el país a un colapso total. Y todos los que vemos aquí, toda esta comunidad sedienta de justicia, es un claro ejemplo de una sociedad en colapso total que ha sido pisoteada y hundida por políticos corruptos.
AMY GOODMAN: Durante el juicio, varios narcotraficantes condenados testificaron en contra de Hernández, incluyendo algunos afiliados al Cartel de Sinaloa y el hijo de otro expresidente hondureño respaldado por Estados Unidos, Porfirio “Pepe” Lobo Sosa. Un testigo confidencial alegó que funcionarios de la Embajada de Israel en Colombia estaban involucrados en el tráfico de drogas y que ayudaron a lavar millones de dólares que fueron transferidos desde Honduras.
Hernández se desempeñó como presidente de Honduras de 2014 a 2022. Por muchos años fue aliado de Estados Unidos a pesar de los muchos informes sobre violaciones a los derechos humanos y acusaciones de corrupción y de participación en el contrabando de drogas. Hernández fue arrestado menos de un mes después de que terminara su mandato presidencial, tras lo cual fue extraditado a Estados Unidos. Su hermano, Tony Hernández, ya está cumpliendo cadena perpetua en Estados Unidos por contrabando de drogas. Juan Orlando Hernández podría ser sentenciado a cadena perpetua ahora que ha sido condenado.
Para más información, nos acompañan dos invitados. En la capital de Honduras, Tegucigalpa, nos acompaña Camilo Bermúdez, miembro del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, la organización fundada por Berta Cáceres, la defensora del medio ambiente indígena lenca que fue asesinada en 2016 mientras Hernández era presidente. También nos acompaña Dana Frank, profesora emérita de Historia en la Universidad de California en Santa Cruz, autora de “La larga noche hondureña: Violencia, resistencia y Estados Unidos tras el golpe de Estado”. Frank asistió al juicio contra Juan Orlando Hernández aquí en Nueva York.
Les damos la bienvenida a ambos a Democracy Now! Profesora Frank, usted estaba aquí en Nueva York la última vez que hablamos con usted. Iba todos los días al juicio. Hable sobre la importancia de esta condena y los testimonios que ayudaron a condenarlo.
DANA FRANK: Bueno, es una reivindicación increíble de lo que los hondureños y muchos de nosotros hemos sabido desde que Juan Orlando fue elegido por primera vez, y, de hecho, desde el golpe militar de 2009 que derrocó al presidente Zelaya y que Estados Unidos respaldó.
La evidencia era escalofriante, y fue muy difícil para todos nosotros sentarnos allí todos los días y escuchar esta letanía de asesinatos de fiscales, de periodistas, y de corrupción de la policía, los militares, los políticos, el presidente, su hermano, todo lo que se le ocurra. Fue como si hubieran abierto las cortinas y se pudiera ver el funcionamiento diario de este enorme mecanismo violento y corrupto que fue el Gobierno de Juan Orlando Hernández, así como lo fue anteriormente el de “Pepe” Lobo, como usted dijo. Y todo esto fue lo que ocurrió después del golpe de Estado de 2009, que abrió la puerta a la destrucción del Estado de derecho en Honduras.
Así que fue muy aleccionador escucharlo. Estábamos aterrorizados pensando en cuál iba a ser la decisión del jurado. Así que esto es algo muy importante, con advertencias muy complicadas sobre el papel de Estados Unidos en todo esto. Es algo muy importante que haya sido condenado, y legitima lo que los hondureños saben, pero podemos hablar de lo que significa que eso haya ocurrido en Estados Unidos
AMY GOODMAN: Bueno, hablemos de lo que significa que haya ocurrido en Estados Unidos. Un equipo de Democracy Now! viajó de Nicaragua a Honduras en el avión en el que los Zelaya, Mel Zelaya, el presidente que fue depuesto en un golpe, y su esposa Xiomara, la actual presidenta de Honduras, regresaron a Honduras.
DANA FRANK: Estados Unidos… Todo esto se remonta al golpe de 2009, que Estados Unidos ayudó a consolidar, al apoyar la celebración de unas elecciones completamente fraudulentas unos meses después. Y apoyó a Juan Orlando cuando él… En primer lugar, Estados Unidos no dijo nada cuando, como presidente del Congreso, desmanteló el Tribunal Supremo en 2012. Estados Unidos legitimó las elecciones fraudulentas de 2013. Pueden ver, paso a paso, cómo Estados Unidos continuó respaldando este régimen ilegal, de forma más evidente en 2017, cuando Hernández supuestamente fue reelegido. Estaba muy claro que robó las elecciones, y los observadores internacionales lo decían: “Hay que repetir las elecciones. Necesitan repetir esto”, y Estados Unidos lo legitimó.
Así que Estados Unidos mantuvo a Juan Orlando en el poder durante esos ocho años. Pero también lo legitimaba y alababa y le envió cientos de millones de dólares en ayuda militar y de seguridad. Y quiero subrayar que fue el Gobierno de Obama. Biden lo alabó cuando era vicepresidente. Y después Trump, y después Biden de nuevo como presidente. Así que lo sufrido por el pueblo hondureño es una historia larga y devastadora.
Y hay que recalcar que Juan Orlando no solo traficaba con drogas y armas, era un criminal a gran escala, como dije. No solo apoyó el golpe y el desmantelamiento del Tribunal Supremo; se postuló para la reelección de manera completamente ilegal, en violación de la constitución; él y su partido robaron al menos 300 millones de dólares del sistema nacional de salud para su campaña electoral de 2013, llevando al sistema a la bancarrota y causando la muerte a decenas de miles de personas. Esos son muchos de los delitos cometidos por Juan Orlando Hernández, más allá de aquellos estrictamente definidos por el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York por haber importado cocaína y armas a Estados Unidos.
AMY GOODMAN: Camilo Bermúdez, usted está sobre el terreno, en Tegucigalpa, la capital de Honduras, y es miembro del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, organización fundada por la ambientalista indígena Berta Cáceres, asesinada durante el mandato del presidente Orlando Hernández. ¿Puede hablar de cómo respondió la gente allí cuando se enteraron del veredicto del viernes?
CAMILO BERMÚDEZ: Hola, Amy. Gracias por la invitación. Por supuesto.
Bueno, las reacciones a este veredicto contra Juan Orlando han sido variadas. El pueblo hondureño sigue tratando de procesar esta noticia y toda la información que se ha revelado durante el juicio. El sentimiento mayoritario es de satisfacción; hay una sensación de progreso en la justicia humana para un pueblo que ha sufrido mucho a causa de la violencia de Estado y de los altos niveles de pobreza y de precariedad propiciados por el Gobierno de Juan Orlando Hernández en su totalidad y por el Partido Nacional. Por supuesto, muchos están preocupados por lo que ha sucedido… por qué sucedió en Estados Unidos y no en Honduras, y qué dice esto del sistema judicial hondureño y qué sucederá a continuación.
Obviamente algunos sectores están tratando de minimizar este veredicto. Otros grupos, como los pastores evangélicos populares, los medios tradicionales y, desde luego, el círculo cercano a Juan Orlando, están intentando sembrar dudas y críticas alrededor de la condena y las pruebas contra JOH. Pero organizaciones como la nuestra, COPINH, que por muchos años denunciamos toda las actividades delictivas de Juan Orlando, estamos de acuerdo con su condena y su culpabilidad. Y muchos de nosotros estamos cuestionando por qué el Gobierno de Estados Unidos, conociendo esta información desde al menos 2015, siguió apoyando al régimen autoritario de Juan Orlando incluso cuando se postuló para una reelección inconstitucional en 2017.
AMY GOODMAN: Lo que es interesante es que este es un año electoral en Estados Unidos. La inmigración es uno de los temas principales, si no es el tema principal. Muchos hondureños han intentado huir a Estados Unidos, escapando de un país, Honduras, que se había convertido en un narco-Estado con la ayuda de Estados Unidos. Camilo Bermúdez, ¿la gente hace esa conexión en Honduras? ¿Y, cómo se sienten con respecto a las medidas migratorias draconianas y la represión contra las personas que tratan de cruzar la frontera, dada la responsabilidad de Estados Unidos al crear esa situación?
CAMILO BERMÚDEZ: Bueno, yo creo que la gente sí hace esas conexiones sobre cómo el Estado de Honduras se ha convertido en un narco-Estado o en un Estado dirigido por delincuentes, pero no es tan fácil hacer esa conexión con Estados Unidos. Ahora Estados Unidos, o el Gobierno de Estados Unidos, se ha presentado como un héroe al ir tras Juan Orlando, y es difícil hacer una lectura de cómo esto afecta al público.
Nosotros, muchas organizaciones, recordamos que durante el régimen de Juan Orlando muchos líderes sociales fueron asesinados, hubo un vasto número de casos de corrupción, casos de despojo de las tierras indígenas. Y, por supuesto, es sabido que la condena de Juan Orlando, como jefe de una estructura de crimen organizado y narcotráfico, es un avance. Sin embargo, no hubiéramos podido haber hecho esto sin el apoyo… o mejor dicho, él no hubiera podido hacer todo eso sin el apoyo de las empresas privadas y las instituciones financieras. Y muchas personas se preguntan qué investigaciones hay sobre eso, qué procesos judiciales hay contra eso, cuáles son los procesos detrás de toda la violencia que ha dado como resultado que las personas salgan de Honduras.
AMY GOODMAN: Y, para terminar, profesora Frank, ¿cuál es el siguiente paso? ¿Cuándo se dictará la sentencia? Justo acabamos de emitir una entrevista sobre Haití, un país que está sumido en el caos, y aunque los detalles no son los mismos, es similar el apoyo estadounidense a los regímenes golpistas.
DANA FRANK: Sí, exactamente. Estaba pensando en la invitada anterior y en la frase “maquinaciones imperialistas de Estados Unidos”. Esto ha estado sucediendo, por supuesto, a lo largo de toda la historia hondureña del siglo XX.
Pero, lo que sucede a continuación es que Hernández puede apelar. Nadie cree que la apelación vaya a ser exitosa. Su audiencia de sentencia es el 26 de junio en Nueva York. La pena mínima es de 40 años y él podría ser sentenciado a tres cadenas perpetuas. Hernández tiene 55 años y va a estar en la cárcel hasta los 95 años como mínimo.
Y, bueno, supongo que… En términos de lo que sucederá ahora, no eran Estados Unidos o el Gobierno de Biden los que querían deshacerse de Juan Orlando. Fue [la fiscalía] del Distrito Sur de Nueva York la que investigó las actividades financieras y de narcotráfico e hizo esto, mientras el Gobierno de Biden, el Gobierno de Trump y el Gobierno de Obama actuaban con renuencia.
Entonces, en este momento Xiomara Castro, la presidenta de Honduras, presidenta de centro-izquierda, que fue elegida con la mayor ventaja en la historia de Honduras hace poco más de dos años, enfrenta una tremenda devastación a nivel gubernamental y económico. Han hecho avances y hay desafíos increíbles que ella y su Gobierno deben enfrentar, además de no tener control sobre el Congreso.
¿Qué va a hacer Estados Unidos? No han dicho nada. El Departamento de Estado no ha dicho nada. Y la embajadora, Dogu, a quien le encanta tuitear atacando al Gobierno hondureño, todo lo que hizo fue repetir lo que el Distrito Sur de Nueva York había dicho. El patrón en los últimos dos años, desde que Xiomara asumió el cargo, es que Estados Unidos ha estado tratando repetidamente de debilitarla a ella y a las reformas que ha impulsado o que ha tratado de impulsar en el sistema tributario, el sistema eléctrico, sus intentos de contrarrestar la corrupción de todos los años posteriores al golpe. Y es descarada la forma en que Estados Unidos sigue trabajando con el Partido Nacional, que ha quedado muy claro que está lleno de narcotraficantes y delincuentes. El presidente de… El actual presidente del Partido Nacional, que es…
AMY GOODMAN: Nos quedan diez segundos.
DANA FRANK: … en realidad es un prófugo de la justicia. Así que Estados Unidos ha estado apoyando al Partido Nacional en todo lo que pueda y actuando como si dicho partido estuviera al mismo nivel que el partido LIBRE. Entonces, ¿Estados Unidos va a disculparse? ¿Va a pagar reparaciones? ¿Va a cambiar su modo de actuar? ¿Va a reconocer lo que hizo? Debemos hacer que el Gobierno de Estados Unidos rinda cuentas, como lo ha intentado hacer repetidamente el Congreso estadounidense.
AMY GOODMAN: Dana Frank, muchas gracias por acompañarnos, profesora emérita de Historia en la Universidad de California en Santa Cruz, y Camilo Bermúdez, miembro del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, fundado por Berta Cáceres, la líder indígena asesinada; la organización es conocida como COPINH.
Esto es Democracy Now! Al regresar, tendremos un informe sobre Gaza, en 20 segundos.
[Pausa]
AMY GOODMAN: Billie Eilish y Finneas O’Connell interpretando “What Was I Made For?”, el tema musical de la película Barbie, en la ceremonia de los Premios Oscar. Ellos ganaron el Oscar a la mejor canción original. Durante su discurso, Billie y Finneas llevaban pines de la campaña Artists4Ceasefire a favor de Gaza.
Traducido y editado por Igor Moreno Unanua e Iván Hincapié.