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En Baltimore, en la madrugada del martes 26 de marzo, un buque de carga de 300 metros de eslora provocó el colapso del puente Francis Scott Key al chocar contra su estructura. Seis personas permanecen desaparecidas y ya han sido dadas por muertas por las autoridades. Se trata de trabajadores de la construcción inmigrantes, provenientes de México, Guatemala, El Salvador y Honduras. El gobernador de Maryland, Wes Moore, dijo que la tripulación del barco había llegado a emitir una alerta de emergencia antes de chocar contra el puente, lo que permitió a las autoridades detener el tráfico entrante y evitar más víctimas. Sin embargo, los informes dicen que los trabajadores, que ya estaban en el puente, no recibieron estas advertencias. “La pregunta que tenemos que hacernos es por qué la gente que estaba en el puente […] no recibió directamente la llamada de alerta, tratándose de personas que están trabajando en un entorno potencialmente peligroso”, señala el periodista Maximillian Álvarez, editor en jefe del medio popular de Baltimore The Real News Network. Álvarez está siguiendo de cerca esta noticia y sus impactos en las comunidades inmigrantes y de clase trabajadora. “¿Qué nos muestra realmente esta historia? Que los inmigrantes están trabajando por la noche para reparar nuestros baches de modo que encontremos el camino en buen estado para ir al trabajo en la mañana “, dice Álvarez. “Espero que la gente se de cuenta de esto y pueda vernos como seres humanos”.
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