Fiscales federales de Nueva York han presentado su caso contra el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, procesado por cargos de tráfico de cocaína y armas en un juicio en el que se le acusa de convertir al país centroamericano en un narcoestado. El único antecedente de un ex jefe de Estado juzgado en Estados Unidos es el del dictador panameño Manuel Noriega, quien también era aliado de Estados Unidos y fue juzgado por tráfico de drogas después de su destitución, que fue impulsada desde Estados Unidos. Los fiscales acusan a Hernández, quien llegó al Gobierno de Honduras con apoyo de Estados Unidos y está denunciado por violaciones de derechos humanos durante su mandato, de aceptar sobornos millonarios de parte de traficantes de cocaína a cambio de protección y de convertir a Honduras en un Estado controlado por el narcotráfico. Si es declarado culpable, Hernández podría ser condenado a cadena perpetua igual que su hermano Juan Antonio, quien ya está cumpliendo una sentencia de ese tipo en EE.UU. Para ampliar el tema, hablamos con dos escritores que han asistido a las jornadas del juicio en Nueva York: la historiadora Dana Frank y el guionista hondureño Oscar Estrada. “La narrativa que vemos aquí es que […] el pueblo hondureño no puede gobernarse a sí mismo y entonces viene Estados Unidos e impone heroicamente el Estado de derecho”, dice Frank acerca de la percepción que tiene de este juicio la sociedad estadounidense. Sin embargo, continúa, lo que pasó “es todo lo contrario. Es Estados Unidos quien contribuyó a destruir el sistema de justicia penal en Honduras”.
Para ver la entrevista completa en inglés, haga clic aquí.