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La conservadora Corte Suprema de Arizona emitió un fallo en el que ratifica la vigencia de una ley de 1864 que prohíbe casi por completo el aborto en el estado. Junto con el fallo, el tribunal emitió esta advertencia: “El personal médico está ahora advertido de que el aborto es ilegal en cualquier circunstancia, excepto cuando es necesario para salvar la vida de una mujer”. La ley ratificada tiene 160 años de antigüedad. Fue sancionada incluso antes de que Arizona se convirtiera en un estado y también varias décadas antes de que las mujeres pudieran votar. Si bien la fiscal general de Arizona, Kris Mayes, dijo que no hará cumplir esta “ley draconiana”, el fallo causó conmoción en todo el país. “La estrategia central del movimiento contra el aborto es llevarnos de vuelta a la era victoriana, porque saben que no pueden ganar a través del proceso democrático”, plantea Amy Littlefield, corresponsal sobre acceso al aborto de la revista The Nation. Littlefield también sostiene que para los sectores conservadores que apoyan estas impopulares restricciones, el camino se pondrá cuesta arriba en noviembre: “El Partido Demócrata confía en que este tema es una buena punta de lanza para tener buenos resultados en las próximas elecciones”. Organizaciones sociales y activistas están preparando una consulta polular para someter a votación en las elecciones generales de noviembre que propone consagrar el derechos al aborto en la Constitución de Arizona. Los derechos reproductivos también serán un tema clave en la contienda para un escaño al Senado de Estados Unidos por el estado de Arizona.
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