En un fallo histórico, la Corte Suprema de Arizona, de mayoría conservadora, ha restablecido una ley de 1864 que prohíbe prácticamente todos los abortos en el estado. En su fallo, el tribunal escribió: “El personal médico está ahora advertido de que todos los abortos, excepto los que sean necesarios para salvar la vida de una mujer, son ilegales”. La ley, que tiene 160 años de antigüedad, fue redactada antes de que Arizona se convirtiera en estado y aprobada décadas antes de que las mujeres pudieran siquiera votar.
Si bien el tribunal retrasó 14 días la entrada en vigor de la ley, el fallo causó gran conmoción en todo Arizona y el país. El presidente Biden calificó el fallo de “extremo y peligroso”. Por su parte, la fiscal general de Arizona, Kris Mayes, dijo que no aplicará la ley y que “ninguna mujer ni miembro del personal médico será procesado bajo esta ley draconiana”. Asimismo, la gobernadora demócrata de Arizona, Katie Hobbs, se comprometió a proteger el derecho al aborto.
Gobernadora Katie Hobbs: “La prohibición del aborto que fue introducida en 2022 en Arizona es extrema y perjudica a las mujeres, y la continua amenaza de una prohibición casi total, que data de la época de la Guerra Civil, solo sirve para crearles más problemas a las mujeres y los miembros del personal médico de nuestro estado. Como gobernadora, prometo que haré todo lo que esté a mi alcance para proteger nuestras libertades reproductivas”.
La semana pasada, un grupo de organizaciones denominado Arizona por el Acceso al Aborto dijo haber recolectado suficientes firmas, más de 500.000, para incluir en la boleta electoral de noviembre una medida que consagre el derecho al aborto en la Constitución estatal. Los derechos reproductivos también desempeñarán un papel clave en la contienda de Arizona para el Senado de Estados Unidos que está generando una gran expectación. La candidata republicana Kari Lake criticó el martes el fallo del tribunal a pesar de que, hace apenas dos años, había calificado la ley de 1864 como una “gran ley”. El fallo de Arizona se produjo apenas un día después de que el principal candidato del Partido Republicano para la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, dijera que la legislación sobre el aborto debería dejarse en manos de los estados.
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