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Nuevos informes de prensa indican que el Gobierno de Biden ha dado luz verde al plan de Israel para atacar Rafah, a cambio de que Israel no lance un ataque contra Irán en represalia por el bombardeo con drones y misiles que el país persa llevó a cabo la semana pasada. “Es casi seguro que Israel va a responder al ataque iraní de alguna manera”, dice Mairav Zonszein, analista sénior israelí en el International Crisis Group. Israel tiene ahora “la ventaja de poder lanzar ambas amenazas”: una invasión en Rafah que aumentaría en gran medida el número de muertos palestinos en Gaza o un ataque contra Irán que probablemente provocaría una guerra regional más amplia. Zonszein sugiere que, si bien la popularidad del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha disminuido drásticamente, su campaña militar no muestra signos de detenerse. “La sociedad israelí es en gran medida una sociedad de derecha. Es una sociedad que no ha hablado ni reflexionado sobre la situación del pueblo palestino o sobre la ocupación, excepto cuando se ha visto obligada a hacerlo. Y es una sociedad que se ha acostumbrado a actuar con impunidad”.
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