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El Gobierno de Israel es objeto de repudio internacional por la muerte de varios trabajadores humanitarios extranjeros en Gaza. Se trata de un grupo de empleados de la organización caritativa World Central Kitchen, que fue alcanzado por un ataque aéreo israelí luego de descargar más de 100 toneladas de alimentos transportados por barco desde Chipre a Gaza. Al momento del ataque, el grupo —conformado por tres británicos, una australiana, un polaco y una persona con doble ciudadanía estadounidense y canadiense, más su chofer palestino— había salido de un depósito en Deir al-Balah y viajaba en un convoy claramente identificado con el logotipo de la organización. World Central Kitchen dijo que el ataque ocurrió a pesar de que el convoy humanitario había coordinado previamente sus movimientos con el Ejército israelí. “Cada trabajador de ayuda humanitaria […] pasa por un reconocimiento del Ejército israelí”, dice el periodista Akram al-Satarri, quien nos habla desde Rafah. “Ahora es responsabilidad del Gobierno israelí aclarar y […] esclarecer las circunstancias que llevaron a este incidente catastrófico”. Al-Satarri también denuncia la decisión de Israel de prohibir el medio de comunicación Al Jazeera y cuenta cómo es vivir en Gaza en este momento, con escasez de alimentos y suministros médicos por el estricto bloqueo israelí. “La hambruna no es inminente, sino que ya está sucediendo”.
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