En Estados Unidos, crece la preocupación social acerca de los impactos que tienen en la salud y el ambiente las sustancias perfluoroalquiladas, conocidas como PFAS (por su sigla en inglés) o “agentes químicos eternos”. Una nueva investigación realizada por los medios ProPublica y The New Yorker revela que la gigante empresa manufacturera estadounidense 3M descubrió los riesgos de estas sustancias tóxicas y los ocultó durante décadas. Las PFAS se utilizan en la fabricación de productos de uso cotidiano, como utensilios de cocina antiadherentes y envases de alimentos, pero tardan décadas o más en descomponerse en el cuerpo humano y en el ambiente. Se han encontrado en la sangre de casi todas las personas analizadas en Estados Unidos y se las vincula a graves problemas de salud. La reportera de investigación Sharon Lerner dice que 3M sabía, ya en la década de 1970, que estos productos químicos persistentes eran peligrosos incluso en pequeñas cantidades, pero mantuvo esos hallazgos en secreto e incluso “manipuló psicológicamente” a una de sus propias científicas, Kris Hansen, cuando expresó su preocupación al encontrar “químicos eternos” en muestras de sangre humana. “Sus jefes directos ya tenían conocimiento sobre la presencia de esta sustancia química en la sangre, pero […] simularon sorprenderse cuando ella les informó sobre sus hallazgos”, señala Lerner. “Sabían hacía tiempo que lo que ella estaba descubriendo era cierto”.
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