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El director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg, ha anunciado cambios importantes en la regulación del contenido permitido en las plataformas de redes sociales de la empresa, Facebook, Instagram y Threads. Las nuevas disposiciones eliminan el sistema de verificación independiente de la información y lo reemplazan por un formato de “notas de la comunidad” emitidas por usuarios voluntarios. Zuckerberg también flexibilizó las reglas de moderación referidas al lenguaje ofensivo, lo que dará lugar a una mayor circulación de contenido de odio contra mujeres, personas LGBTQ y otros grupos sociales. Desde muchos sectores, los cambios de Meta se están interpretando como un regalo para Donald Trump y otros políticos republicanos, quienes durante mucho tiempo han planteado su rechazo al monitoreo de los discursos de odio y la desinformación en Internet. Esta empresa también ha donado 1 millón de dólares al comité de asunción presidencial de Trump y, recientemente, sumó a su junta corporativa a un aliado de Trump, el director ejecutivo de la empresa Ultimate Fighting Championship, Dana White. Todo esto es parte de un giro más grande que se está produciendo en Silicon Valley de alineación con Trump y su movimiento “Hagamos a Estados Unidos grande otra vez” (MAGA, por sus siglas en inglés). Hablamos del tema con los investigadores académicos especialistas en medios de comunicación Siva Vaidhyanathan y Marc Owen Jones, así como con la periodista filipina Maria Ressa del medio Rappler, pionero en la lucha contra la circulación de desinformación y discursos de odio en las redes sociales. “Desde el año pasado, el 71% de los países del mundo tienen Gobiernos autoritarios. Estamos eligiendo democráticamente a líderes que atentan contra los derechos y las libertades individuales, y eso se debe en parte al ecosistema de información pública que tenemos […] que está corrompiendo nuestras comunicaciones interpersonales”, señala Ressa.
Para ver la entrevista completa en inglés, haga clic aquí.