
El Gobierno de Trump está impulsando cambios drásticos en la Administración del Seguro Social de Estados Unidos que ponen en riesgo el acceso de millones de personas a beneficios sociales. Estos cambios han sido anunciados como medidas “antifraude”, pero sus opositores denuncian que su verdadero objetivo es debilitar la agencia, que tiene mucha aceptación en la sociedad estadounidense, y sentar las bases para una potencial privatización. La Administración del Seguro Social ya ha cerrado decenas de oficinas en todo el país y está despidiendo a miles de trabajadores. Al mismo tiempo, está exigiendo a la gente cada vez más presentarse en persona a sus oficinas por trámites de rutina. Estos cambios son parte del plan de recortes que está implementando el Gobierno con el liderazgo del multimillonario Elon Musk y el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) a su cargo.
“Están desestabilizando la agencia”, plantea Nancy Altman, presidenta de la organización Social Security Works y directora de la coalición Strengthen Social Security. “Es muy difícil saber qué tienen en mente, cuál puede ser su objetivo si no es destruir nuestro sistema de seguridad social”.
También hablamos con el redactor de la revista Jacobin Branko Marcetic, quien señala que la persona designada por Trump para dirigir la Administración del Seguro Social, el empresario de servicios financieros Frank Bisignano, es conocido por implementar recortes de gastos y hacer que al personal renuncie. “Todo eso es un presagio bastante sombrío” de cuáles son sus planes para la Administración del Seguro Social si Bisignano es confirmado en el cargo, añade Marcetic. “Esto va a perjudicar a las personas que son beneficiarias del Seguro Social”.
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