En el Capitolio, la Casa Blanca se rehusó por segunda vez a responder preguntas acerca de la vinculación de Karl Rove con la revelación de identidad de una agente encubierta de la CIA. Varios de los principales líderes del Partido Demócrata, entre ellos el senador John Kerry y Hillary Clinton, solicitaron al presidente Bush que despidiera a Rove, su principal asesor. El Comité Nacional Republicano salió en su defensa y estableció una agenda de discusión para los funcionarios republicanos, quienes describieron el escándalo como un “descarado ataque político partidario hacia Rove”. Estos funcionarios defendieron las acciones de Rove sosteniendo que “intentaba advertir a un reportero sobre las posibles imprecisiones del artículo que escribía”. Newsweek reveló el domingo que Rove habló personalmente con un reportero de la revista Time acerca de la funcionaria encubierta de la CIA, Valerie Plame, a pesar de que no mencionó su nombre. El nombre de Plame como agente encubierta de la CIA fue revelado días después que su esposo, el embajador Joseph Wilson, revelara públicamente que el gobierno de Bush había mentido al afirmar que Irak pretendía comprar óxido de uranio, llamado “yellowcake”, a Nigeria.
Casa Blanca se niega a responder preguntas sobre Rove
Titular13 Jul. 2005