El Congreso aprobó anoche el Tratado de Libre Comercio de América Central o CAFTA en un ajustado resultado de 217 contra 215 votos. Hubo un giro importante al finalizar la votación oficial a las 23:17, ya que al terminar el plazo de 15 minutos los legisladores habían votado contra el CAFTA por 180 contra 175 votos. Sin embargo, los líderes republicanos realizaron una maniobra inusual al extender 47 minutos la votación para recolectar los votos opositores dentro del propio partido hasta asegurarse los necesarios para lograr la aprobación del tratado. Para lograr ese objetivo, la Casa Blanca y los líderes republicanos del Congreso debían vencer la resistencia de decenas de miembros del Partido Republicano contrarios al CAFTA por motivos que van desde la amenaza a la industria azucarera estadounidense a cuestiones más generales como el impacto del comercio mundial en las fuentes de trabajo de Estados Unidos. El presidente Bush realizó ayer una inusual visita al Capitolio para presionar a los disidentes republicanos. Tan solo 15 de los 202 representantes demócratas apoyaron la medida, mientras que 27 republicanos votaron contra el CAFTA.
- Walter Jones, representante republicano de Carolina del Norte:
El CAFTA no ayudará al pueblo centroamericano y ciertamente no ayudará a los trabajadores estadounidenses que perderán sus fuentes de trabajo. Si el CAFTA se transforma en la ley de la tierra, este país se convertirá en un país manufacturero de segunda categoría.
La Cámara de Representantes era el último obstáculo a superar para la aprobación del CAFTA. El Senado ya había aprobado el acuerdo.