La Asamblea Nacional de Irak no logró un acuerdo sobre la nueva Constitución en el plazo previsto, que terminó en la medianoche del lunes, pero los legisladores se concedieron una semana más de tiempo.
Las principales diferencias aún son el papel del Islam, los derechos de las mujeres y si se permitirá a chiitas y kurdos establecer regiones autónomas en el norte y sur del país, respectivamente. El Wall Street Journal informa que el gobierno de Bush “presiona a los iraquíes” para que acuerden un borrador, “aunque sea para guardar las apariencias, de manera que parezca que el proceso político sigue su curso”.
El lunes, el embajador de Estados Unidos en Irak, Zalmay Khalilzad, participó en la Asamblea Nacional con el fin de observar las negociaciones. Khalilzad, que había presentado en el fin de semana su propio borrador de Constitución, culpó a la última tormenta de arena en Irak de que no se haya alcanzado un acuerdo en el plazo que terminó ayer. “Reconocemos que los tres días que se perdieron por la reciente tormenta de arena retrasaron la agenda de deliberaciones”, afirmó.
Irak puede afrontar una crisis política si no se llega a un acuerdo en el correr de la semana próxima. Según la ley de transición redactada por Estados Unidos, en ese caso la Asamblea General debería ser disuelta, y habría que llamar nuevamente a elecciones para comenzar el proceso político otra vez.