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Alrededor del 70 por ciento de las armas incautadas en México entre 2009 y 2010 venía de Estados Unidos, según un nuevo informe elaborado por tres senadores estadounidenses. El informe concluye que los cárteles mexicanos de la droga se están armando con armas estadounidenses de tipo militar e insiste en que se refuercen las normas estadounidenses para detener el flujo de armas hacia México. Esto se produce en un momento en que los legisladores están analizando en sesiones un plan del gobierno anteriormente secreto que alentaba a las armerías estadounidenses a que vendieran miles de armas a intermediarios de cárteles mexicanos de la droga. La operación, llamada “Fast and Furious”, se centraba en el uso de intermediarios para llegar a figuras de alto nivel en las organizaciones delictivas mexicanas y estaba dirigida por el Departamento de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego estadounidense. La misma ha sido objeto de graves críticas ya que cientos de las armas vendidas a los cárteles se encontraron más tarde en escenas de delitos en ambos países, incluidas dos en el lugar donde fue asesinado un agente fronterizo estadounidense. Hablamos con David Heath, del Centro para la Integridad Pública.
Transcripción
AMY GOODMAN: Un nuevo informe de tres senadores de EE.UU. revela que el 70 por ciento de las armas incautadas en México el año pasado provenían de Estados Unidos. El informe se llama “Deteniendo el tráfico de armas de fuego estadounidenses a México” y fue elaborado por los senadores demócratas Dianne Feinstein de California, Charles Schumer de Nueva York y Sheldon Whitehouse de Rhode Island. Según este informe, los cárteles mexicanos de la droga se están armando con material estadounidenses de tipo militar; el informe también insiste en la necesidad de que haya un fortalecimiento de las normas estadounidenses para detener el tráfico de armamento hacia México. El presidente mexicano, Felipe Calderón, ha pedido en repetidas ocasiones a EE.UU. que implemente leyes de control de armas de fuego más estrictas. El año pasado, Calderón acusó a los estadounidenses de manejar la venta de armas con “irresponsabilidad”.
PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN: Los americanos empezaron a vender armas para una industria que es voraz, ambiciosa, como es la industria armamentista americana. Y me queda claro que lo mismo provocan un conflicto en un país pobre y en atraso en África con tal de vender armas, que también están lucrando con esta situación que vive el pueblo de México, porque para ellos es negocio venderles armas a los criminales. Y sí necesitamos movilizarnos no sólo a la opinión pública y estar unidos, sino a la opinión internacional para señalar la irresponsabilidad de los americanos una y otra vez por mucho que se molesten y por mucho que les estorbe en sus campañas.
AMY GOODMAN: Escuchábamos al presidente mexicano, Felipe Calderón. Mientras tanto, esta semana el Congreso analiza en sesiones un plan del gobierno de EE.UU. que se había mantenido en secreto, destinado a fomentar entre las tiendas de armas la venta de miles de armas a intermediarios de los cárteles mexicanos de la droga. La operación, llamada Fast & Furious (Rápido y furioso), se centraba en estos intermediarios para acceder a individuos con posiciones importantes dentro de las organizaciones criminales de México. Esta operación, dirigida por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (conocida en inglés como ATF), ha sido objeto de duras críticas, después de que cientos de las armas que se habían vendido a estos cárteles se encontraron en escenas de crímenes en ambos países, entre ellas las dos armas que se hallaron en el lugar donde un agente de la Patrulla Fronteriza fue asesinado.
Con más información sobre este tema, se comunica con nosotros desde Washington D.C. David Heath, periodista del Centro para la Integridad Pública que ha cubierto ampliamente la operación Rápido y furioso y el tráfico de armas en la frontera entre México y EE.UU.
Bienvenido a Democracy Now!, David. ¿Podría explicarnos qué es la operación Rápido y furioso que va a ser el tema central de una sesión que se celebra hoy en Washington?
DAVID HEATH: Sí. Desde finales de 2009, la ATF decidió llevar a cabo un cambio estratégico en la forma de investigar el tráfico de armamento. Por lo general, la ATF se centra en lo que se conoce como testaferros, que son personas a las que se les paga por ir a comprar un arma de fuego para otra persona que legalmente no puede hacerlo. Habitualmente, lo que hacen es que, una vez que los testaferros compran un arma, los de la ATF tratan de confiscarla y ponerla fuera de circulación. La ATF pensó que esa estrategia no estaba dando resultado, ya que decenas de miles de armas seguían ingresando a México. Así que decidieron que lo que iban a hacer era observar a los testaferros y tratar de seguir las armas dentro de la cadena de mando para eliminar así toda una organización de tráfico de armas. Con esta medida, esperaban poder detener el tráfico de armas de una manera más efectiva. Sin embargo, esto va contra la cultura de los agentes de la ATF. Va en contra de su formación. Veían cómo se permitía que las armas circularan por la calle y esto les molestó, especialmente cuando dos de esas armas fueron encontradas en el lugar donde un agente de la Patrulla Fronteriza fue asesinado.
AMY GOODMAN: ¿El agente de la Patrulla Fronteriza estadounidense en Arizona era Brian Terry, verdad?
DAVID HEATH: Así es, Brian Terry.
AMY GOODMAN: ¿Podría hablar de estas sesiones y la importancia que tienen? Es decir, estamos hablando de la posibilidad de que el Departamento de Justicia acuse de desacato al gobierno de Obama.
DAVID HEATH: Sí, es algo muy inusual. Creo que sólo ocurrió un par de veces en la historia. Lo que pasa es que hay dos investigaciones en curso en este momento. El Inspector General del Departamento de Justicia está llevando a cabo una investigación para ver si la ATF cometió un error de enfoque. Al mismo tiempo, los miembros del Congreso, en particular el senador Charles Grassley de Iowa y el representante Darrell Issa de California también están haciendo sus propias investigaciones sobre la operación Rápido y furioso. Creo que hoy hay una sesión y ya han publicado un informe para demostrar, en resumen, que los agentes de la oficina de la ATF en Phoenix estaban muy molestos por la manera en la que se estaba manejado este asunto.
AMY GOODMAN: En una reunión de la Asociación Nacional del Rifle en abril, el ex embajador de EE.UU. ante la ONU, John Bolton, sostuvo que las armas estadounidenses no son las culpables de la violencia vinculada al narcotráfico en México.
JOHN BOLTON: Hay una gran cantidad de armas de fuego en México en manos de los cárteles de la droga, por supuesto. ¿De dónde vienen? Sin duda, algunas de ellas provienen de Estados Unidos. Hay muchas cosas en el mundo que vienen de Estados Unidos. Pero el grueso de las armas en manos de los cárteles de la droga probablemente provenga de los arsenales de la policía mexicana o de los arsenales del ejército mexicano, que funcionarios corruptos de la policía y del ejército han vendido a individuos de los cárteles de la droga. O bien, fueron adquiridas en el vasto mercado internacional de armas a los que los cárteles, obviamente, tienen acceso. La idea de que, de alguna manera, lo que está pasando en México es culpa nuestra por la flexibilidad de nuestras leyes en materia de control de armas es exactamente el tipo de subterfugios que el gobierno de Obama quiere llevar adelante en un futuro cercano para conseguir leyes más estrictas para el control de armas en este país.
AMY GOODMAN: Escuchábamos al ex embajador de EE.UU. ante la ONU, John Bolton. David Heath, ¿qué opina de estos argumentos, especialmente a la luz de este informe que revela que el 70 por ciento de las armas incautadas en México el año pasado venían de Estados Unidos?
DAVID HEATH: Los únicos datos que tenemos de este asunto son las armas recuperadas por las autoridades mexicanas, a las que luego la ATF les ha seguido el rastro. Esa es la única información que existe al respecto. Y los datos señalan que en los últimos dos años las autoridades mexicanas pidieron a la ATF que rastreara alrededor de 30.000 armas de fuego. A menudo, estas armas vienen con números de serie incompletos o no están ingresados a la base de datos correctamente, así que muchas veces no se encuentran coincidencias. Pero de las armas que sí se pudieron rastrear, el 70 por ciento —cerca de 20.000 armas— era de origen estadounidense. Hay 8.500 distribuidores de armas en la frontera con México. Y por supuesto, se pueden comprar armas de asalto muy fácilmente en cualquiera de estas armerías.
AMY GOODMAN: Curiosamente, la gran revelación que hizo la cadena CBS News sobre la operación Rápido y furioso no recibió mucha atención. Según las fuentes de CBS News, varias armerías querían dejar de vender armas para fines dudosos, pero la ATF (Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos) y el gobierno de EE.UU. les recomendó que siguieran haciéndolo.
DAVID HEATH: Sí, según tengo entendido, una armería planteó algunas objeciones. En el pasado se responsabilizó a algunas armerías por vender armas y por eso hay problemas con ese tema. Yo sé de una armería que objetó la venta de estas armas y la ATF, según tengo entendido, les dijo que estaban realizando una investigación y que si colaboraban con ellos, la ATF iba a poder rastrear las armas hasta el cártel.
AMY GOODMAN: Entonces ¿qué importancia tiene el fin de la prohibición de armas de asalto —que el presidente Obama dice que no va intentar restablecer— en el tráfico de armas de asalto a México?
DAVID HEATH: Una de las cosa que no ha recibido mucha atención en toda esta investigación es que los fusiles AK-47 fueron ilegales en este país hasta el año 2004. Hubo una prohibición de 10 años para armas de asalto. Estas son las armas de tipo militar que les gusta a los cárteles de la droga. Y ya se ha visto el aumento dramático de la violencia en México desde entonces. En particular, estos fusiles AK-47 o los calibre .50, son realmente las armas que los cárteles de la droga prefieren. Y desde el año 2007, hubo alrededor de 34.000 muertes por armas de fuego relacionadas con el narcotráfico en México, 15.000 de las cuales se produjeron el año pasado. Así que ha habido una explosión de violencia en México. Y como dice el informe, el presidente Calderón la atribuye de lleno al levantamiento de la prohibición de armas de asalto.
AMY GOODMAN: Es fascinante ver a los presidentes conservadores de México, desde Vicente Fox a Calderón, presionando en estos momentos para que haya también algún tipo de despenalización o legalización de las drogas y hablando de políticas sensatas para el control de la droga y las armas.
DAVID HEATH: Así es. Estos cárteles son enormes. Es decir, se trata de organizaciones multimillonarias en dólares que están equipadas como ejércitos. Tienen helicópteros, granadas y armas de tipo militar. Y todo esto está financiado por el deseo de los estadounidenses de consumir drogas ilegales que son enviadas hacia el norte a través de la frontera. Y las mismas personas que envían estas drogas al norte, pasan las armas hacia el sur por la misma vía. Por lo tanto, están muy relacionadas, muy estrechamente ligadas. Si se pudiera detener el tráfico de drogas, entonces se podría interrumpir también el tráfico de armas de fuego.
AMY GOODMAN: David Heath, periodista del Centro para la Integridad Pública, le doy las gracias por haber estado con nosotros.