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Ambos candidatos se adjudican la victoria de las disputadas elecciones presidenciales de Honduras. La contienda electoral enfrentó a Xiomara Castro, esposa del depuesto presidente Manuel Zelaya, con el candidato de la derecha, Juan Orlando Hernández. Según funcionarios electorales, con más de la mitad de los distritos electorales escrutados, Hernández obtiene el 34 por ciento de los votos y Castro el 29 por ciento. El esposo de Castro, Manuel Zelaya, fue depuesto mediante un golpe de estado respaldado por EE.UU. en 2009. La campaña electoral ha sido manchada por ataques violentos, en un país que tiene el índice de homicidios más alto del mundo. Al menos 18 miembros del partido Libre de Casto fueron asesinados en los días previos a las elecciones, número que supera a las víctimas de todos los demás partidos juntos. Desde Honduras se comunica con nosotros Adrienne Pine, profesora asistente de antropología en American Universiy, y Edwin Espinal, organizador comunitario que sobrevivió al acoso y tortura a manos de la policía. “Esta elección, creo que para la mayoría de los hondureños, representa la posibilidad de revocar el golpe d estado finalmente”, afirma Pine. “La gente vio en Xiomara Castro a una líder. Es imposible exagerar la enorme esperanza, el entusiasmo y la organización que la gente ha tenido para llegar a estas elecciones”. También escuchamos a Zelaya y a la destacada activista de los derechos humanos Bertha Cáceres, que hace dos meses está escondida.
Transcripción
AMY GOODMAN: Vamos a Honduras, donde se llevaron a cabo unas elecciones presidenciales muy disputadas, en las que ambos candidatos reclaman la victoria. La carrera electoral ha enfrentado a Xiomara Castro, esposa del presidente derrocado Manuel Zelaya, con el candidato de derecha Juan Orlando Hernández. Tras el recuento de votos de más de la mitad de los distritos electorales, los funcionarios electorales informan que Hernández habría obtenido el 34% de los votos y Castro 29%. El marido de Castro, Manuel Zelaya, fue derrocado con un golpe de estado en 2009. Ella se ha presentado como candidata de un nuevo partido, llamado Partido Libre. En el país que tiene el índice más alto de homicidios per cápita del mundo, la campaña electoral estuvo marcada por ataques violentos. El domingo, antes del inicio de la votación, al menos cinco personas fueron asesinadas cerca de un centro electoral en la región oriental del país. Según el grupo Rights Action, en el período previo a las elecciones, fueron asesinados al menos 18 miembros del Partido Libre, una cantidad mayor de muertes que en todos los otros partidos políticos juntos. Al finalizar la votación el domingo, Castro dijo que los resultados demostraban que ella había sido la ganadora.
XIOMARA CASTRO: En este momento, según la información recibida de las encuestas en boca de urna de todo el país, y también a partír del recuento de los votos que hemos recibido hasta ahora, podemos decir claramente que soy la presidenta de Honduras.
AMY GOODMAN: Los resultados definitivos de las elecciones estarán disponibles hoy a última hora, pero los militantes de Castro están denunciando que hubo un fraude electoral generalizado. Hubo casi 30.000 policías y militares asignados a supervisar las elecciones. La presidente del Colegio Nacional de Abogados de EE.UU. Estuvo entre los aproximadamente 800 observadores internacionales que monitorearon la votación.
AZADEH SHAHSHAHANI: A pesar de toda la documentación presentada sobre violaciones de los derechos humanos que están sucediendo aquí todos los días, y de la gente de izquierda que está siendo asesinada, el gobierno de EE.UU. sigue apoyando a los militares. Me refiero a que en el camino desde Atlanta hasta aquí, vimos decenas de militares hondureños que acababan de recibir entrenamiento en la Escuela de las Américas en Fort Benning y estaban regresando a Honduras. Hay una gran impunidad, para los asesinatos y otras formas de violación de los derechos humanos, y es verdaderamente lamentable que la ley no se esté cumpliendo en EE.UU.
AMY GOODMAN: Adrienne Pine es Profesora Adjunta de Antropología en la American University y se encuentra actualmente en Honduras, con una beca Fulbright para investigación. Es autora de Working Hard, Drinking Hard: On Violence and Survival in Honduras. (Trabajar mucho, beber mucho: violencia y supervivencia en Honduras). También nos acompaña Edwin Espinal, organizador comunitario e integrante del Frente Nacional de Resistencia Popular Honduras. Ha sido perseguido y torturado por la policía en repetidas ocasiones. La pareja de Espinal, Wendy Díaz, murió por la inhalación de gases lacrimógenos cuando la policía reprimió y expulsó violentamente a los manifestantes que se encontraban fuera de la Embajada de Brasil, tras el retorno del presidente Zelaya a Honduras en 2009. Adrienne Pine, quisiera empezar con usted. Todavía no tenemos los resultados definitivos. Con el 53% o el 54 % de los votos contados, lo que están diciendo las autoridades en Honduras es que el candidato de la derecha, Juan Hernández, le ha ganado a Xiomara Castro. Danos tu opinión.
ADRIENNE PINE: Sí, esa es la versión oficial del Tribunal Supremo Electoral, Amy. Pero eso contrasta con los números que salen de los centros de votación, que muestran una ventaja abrumadora de la candidata Xiomara Castro. De modo que, en las calles y en las redes sociales, la gente está preocupada por estos datos, y probablemente estos resultados oficiales no sean aceptados por el Partido Libre, y creemos que probablemente la gente salga a la calle hoy para protestar.
AMY GOODMAN: Edwin Espinal, ¿podrías hablarnos sobre la importancia de estas elecciones? ¿por qué es importante este momento para tí? Y también si puedes contar lo que le pasó a tu compañera.
EDWIN ESPINAL: Buenos días. Mi compañera fue asesinada por el gas lacrimógeno el 23 de septiembre, cuando el Presidente Zelaya regresó al país, a la embajada de Brasil. Ella estuvo expuesta a los gases lacrimógenos durante un largo rato. Unos días después de la represión en la que nos desalojaron de la embajada de Brasil, ella falleció en un hospital público, por el exceso de gases lacrimógenos en su sistema respiratorio. El caso es que los médicos del hospital trataron de encubrir el motivo de su muerte. Me dijeron que murió de gripe y no por los gases lacrimógenos. Ellos trataron de ocultar la verdadera causa de su muerte. Este proceso electoral es muy importante para mí y para mi familia porque nosotros, los movimientos sociales y los organizadores comunitarios, somos perseguidos por el ejército, la policía y el gobierno, justamente por el hecho de estar organizando a la gente de nuestras comunidades, por querer mejorar nuestras comunidades y educar a la gente sobre la situación política que vivimos en nuestro país.
AMY GOODMAN: Estamos hablando con Edwin Espinal, organizador comunitario, y Adrienne Pine de la American University, que vive en Honduras. Ambos se están comunicando con nosotros desde Tegucigalpa, el día después de las elecciones. Quiero pasar un video de la activista hondureña por los derechos humanos, Bertha Cáseres, en el que habla sobre lo que significa la creación del nuevo partido de Xiomara Castro. Bertha es dirigente del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH por su sigla en castellano). Ella ha permanecido escondida durante los últimos dos meses.
BERTHA CÁSERES: Hoy en día, la población, la gente que está resistiendo desde el Partido Libre, está desafiando al aparato represivo. Hay una ausencia de construcción de poder real desde las comunidades, pero ahora la gente está votando con entusiasmo por el Partido Libre, que esperamos sea distinto de los otros partidos políticos. Los escenarios que se plantean en todas las regiones de Honduras, en Zacate Grande, en las comunidades garífuna, en los sectores campesinos, mujeres, feministas, artistas, periodistas y comunidades indígenas. Como ya sabemos, esta gente ha sido golpeada duramente, especialmente los periodistas, la comunidad LGBT y las comunidades indígenas. Todo esto es parte de lo que han hecho para crear un clima de miedo. Aquí la política de Estado es infundir terror y persecución política. Con esto se busca castigar al pueblo hondureño para que no elija otro camino y para que no busque cambios en la situación económica, política y la militarización.
AMY GOODMAN: Escuchábamos a la activista hondureña por los derechos humanos y civiles, Bertha Cáseres, que ha permanecido los últimos dos meses escondida, por las amenazas recibidas en su contra. Ella es dirigente del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras. Adrienne, ¿podrías ayudarnos a contextualizar estas elecciones? En 2009, Democracy Now! realizó una cobertura completa del derrocamiento del presidente Zelaya con un golpe de Estado. Cuando regresó al país, estuvimos en el avión con el que llegó de Nicaragua a Honduras, sabiendo que no podría presentarse como candidato las elecciones. Durante ese viaje en avión, entrevistamos a la esposa de Zelaya, Xiomara Castro. En aquel momento, volviendo a su país, ella ya estaba planeando postularse a la presidencia. Háblanos de la importancia que tienen estas elecciones en el recorrido político que va desde el año 2009 hasta ahora. Y también cuéntanos quién es el oponente al que se enfrenta Xiomara, el Sr. Hernández, y qué significados podría tener su elección como presidente.
ADRIENNE PINE: Por supuesto. Esta elección, creo que para la mayoría de la gente hondureña, representa la posibilidad de finalmente revocar el golpe de Estado, porque las elecciones llevadas a cabo en 2009 fueron fraudulentas, estuvieron militarizadas, y de hecho, durante dos años no tuvieron el reconocimiento de gran parte de la comunidad internacional. Y fueron boicoteadas por todas las personas que se habían opuesto al golpe de Estado, con excepción de los candidatos y sus votantes. Y, como menciona Bertha, hubo una intensa represión contra activistas de todo tipo, como lo que vivió Edwin en ese momento, y esto fue posible debido a la impunidad generada por el golpe. Así que la gente ha visto en Xiomara Castro una líder que no es solamente la esposa de Manuel Zelaya , sino que realmente ha surgido por sí misma como líder. No se puede desestimar el nivel de esperanza, emoción y movilización con que la gente se ha involucrado en esta campaña electoral. Ayer, la sensación en el territorio era de exuberancia. Se podía ver que la participación era más alta que que todas las elecciones anteriores en Honduras. La gente salió a apoyar al Partido Libre.
El otro candidato, Juan Orlando Hernández, es del Partido Nacional, el mismo partido del que procede el presidente actual, Porfirio Lobo Sosa. Su programa está basado principalmente en la militarización. Ha prometido un soldado en cada esquina para combatir la delincuencia, que es un problema bastante grave en Honduras. Pero estos niveles de delincuencia tan extremos en los que Honduras está, siendo el país más peligroso del mundo, se han alcanzado tan sólo después del golpe. El aumento en la delincuencia es un resultado directo de la impunidad que devino con el golpe de Estado. O sea que los dos principales candidatos en estas elecciones están proponiendo modelos de gobernanza radicalmente diferentes. Uno tiene que ver con una mayor democratización y el otro tiene que ver con una mayor militarización.
AMY GOODMAN: En 2011, después de casi dos años en el exilio, el ex presidente Zelaya y su familia fueron recibidos por decenas de miles de seguidores en Tegucigalpa, al llegar desde Nicaragua. En ese momento, tuve la oportunidad de preguntar a la ex primera dama y ahora candidata a la presidencia, Xiomara Castro, sobre una posible candidatura suya.
AMY GOODMAN: El presidente Zelaya no puede aspirar a la presidencia otra vez, ¿es así?
XIOMARA CASTRO: No.
AMY GOODMAN: Pero, señora Castro de Zelaya, usted sí podría, ¿es así?
XIOMARA CASTRO: La ley no me lo impide. O sea, yo no tengo ningún impedimento para participar en un proceso electoral. Pero en este momento…
AMY GOODMAN: Usted podría postularse a la presidencia.
XIOMARA CASTRO: No, estoy diciendo que no tengo impedimento, que la ley no me lo impide por se la esposa del ex presidente.
AMY GOODMAN: O sea que podría postularse a la presidencia, si quisiera.
XIOMARA CASTRO: Sí, o sea, la ley no me lo impide. Eso es lo que está claro. La ley no me lo impide. La ley sí se lo impide a Mel, porque el proceso de la misma ley establece que un presidente sólo puede ser presidente por 4 años, no hay reelección.
AMY GOODMAN: El presidente Zelaya no pudo terminar su mandato. ¿Hay algún tipo de consideración respecto a eso? Lo mismo ocurrió con el presidente Aristide.
XIOMARA CASTRO: No, la verdad es que eso no se ha establecido.
AMY GOODMAN: Ese viaje de regreso, cuando los Zelaya, Manuel Zelaya y Xiomara Castro de Zelaya volvieron a Honduras, se puede ver en nuestro sitio web en democracynow.org. Ahora quisiera pasar a las declaraciones del observador internacional Baltasar Garzón, el juez español que ha estado en Honduras hablando de la importancia de recordar el caos que rodeó el derrocamiento de Zelaya.
BALTASAR GARZON: Precisamente por lo que sucedió hace cuatro años, este proceso electoral es muy importante para garantizar la consolidación de la democracia en Honduras y, sobre todo, por la credibilidad de la representación política.
AMY GOODMAN: Adrienne Pine, ¿qué opinas sobre esto? Ese es el famoso juez español que llevó a Pinochet, el ex dictador chileno, ante la justicia, pidiendo su arresto cuando estaba en Gran Bretaña. ¿Qué significa lo que acaba de decir?
ADRIENNE PINE: Bueno, los observadores internacionales de las elecciones han jugado un papel crucial para garantizar que los ojos del mundo estén puestos en Honduras. Yo no diría que su presencia garantiza la legitimidad del proceso electoral, porque creo que el proceso está, bueno, que ahora mismo se está gestando un fraude. Y de hecho, los observadores internacionales han sido objeto de hostigamiento y de intimidación por parte de la policía aquí en Honduras, en los dos días previos a las elecciones. Policías enmascarados entraron en los hoteles de varios observadores internacionales y exigieron ver todos sus documentos, básicamente como forma de intimidación. Eran de la policía migratoria. Entonces, creo que su presencia aquí es realmente importante, porque están mostrando al mundo la forma en que las fuerzas de seguridad hondureñas tratan a la población hondureña todos los días, así como el hecho de que esta elección no se ha llevado a cabo en condiciones de libertad y justicia. Es realmente importante que estén aquí para documentar esto.
AMY GOODMAN: Edwin Espinal, ¿qué es lo que está en juego en estas elecciones? ¿Qué significaría para usted que Hernández fuera declarado ganador?
EDWIN ESPINAL: Sería un desastre total para mí y para mi familia, y para todas las familias hondureñas,
porque ya hace dos años que estamos dependiendo de la asistencia social. La violencia, la pobreza y la miseria se han incrementado en el país. No podemos aguantar otros cuatro años más viviendo en este país con Juan Orlando como presidente. Yo, mi familia y la gente de Honduras en general, tenemos mucho miedo de que la situación empeore en el país. Espero que la comunidad internacional siga prestando atención a lo que ocurre aquí, y nos ayude a ejercer presión sobre el gobierno para que por lo menos sea transparente con el pueblo de Honduras porque lo que vimos ayer fue que el proceso electoral no fue para nada transparente.
Estamos muy tristes realmente, porque teníamo la esperanza de que la candidata Xiomara Castro pudiera hacer grandes cambios en nuestro país y en nuestra realidad social, que hiciera grandes cambios para poder transformar la forma en que vivimos nuestras vidas. No queremos vivir con violencia en nuestros barrios, con niños en las calles pidiendo comida o robando a la gente. Nosotros no queremos vivir más en este sistema, queremos cambios. Espero que la comunidad internacional mantenga su atención y ejerza presión sobre este gobierno, para ayudar a que por lo menos respeten la voluntad del pueblo hondureño.
Ayer hubo un proceso electoral en el que el pueblo hondureño mostró a la comunidad internacional cuál era su elección. Escogimos cambiar el gobierno que está utilizando el fraude para mantenerse en el poder. Espero que la comunidad internacional y nosotros como hondureños hagamos algo para sacar al actual gobierno del poder.
AMY GOODMAN: Me gustaría que escuchemos ahora al derrocado presidente Manuel Zelaya, marido de la actual candidata presidencial Xiomara Castro. Aquí el ex presidente Zelaya habla sobre los resultados electorales.
MANUEL ZELAYA: Los resultados que ha dado el tribunal electoral no son un fiel reflejo de lo que está pasando en las urnas. Los datos muestran que Xiomara ha ganado con un margen del 3.5%, pero en sus declaraciones el tribunal nos ha puesto 7 puntos abajo. O sea que los resultados que maneja el tribunal se contradicen totalmente con lo que realmente sucedió. Y hay un punto importante que quiero destacar: el 20% de los votos registrados fueron excluidos del escrutinio con el pretexto de que son inconsistentes. Cualquier votación que tenga un margen de error mayor al 3% —y aquí el margen es del 20%— sería anulada, desde cualquier punto de vista, en cualquier país del mundo.
AMY GOODMAN: Ese era el ex presidente hondureño Manuel Zelaya hablando con Andrés Conteris para Democracy Now! Adrienne Pine, ¿podrías hablarnos de la importancia de esto, y también del hecho de haber tenido en las elecciones una gran diversidad de observadores internacionales? Antes de tu respuesta, quiero que veamos las declaraciones de uno de estos observadores internacionales, el ex líder del partido republicano en California, Ron Nehring.
RON NEHRING: Tener gobiernos democráticos fuertes en Centroamérica es muy, muy importante. Estas son elecciones fundamentales para Honduras. Honduras se enfrenta a retos muy, muy significativos. Hay cuestiones en Estados Unidos que trascienden las fronteras; lo que sucede en Estados Unidos y en América Central tiene un impacto mútuo en diferentes aspectos, no sólo en lo económico sino también en lo que se refiere al tráfico de personas, el tráfico de drogas, la violencia, la corrupción, y otras consecuencias no deseadas del comercio de drogas, entre otras cosas. De modo que estas son elecciones muy importantes para Honduras y queremos asegurarnos de que quien gane esta noche, más allá de quién sea esa persona, sea ganador o ganadora de unas elecciones llevadas a cabo legítimamente.
AMY GOODMAN: Ese era Ron Nehring, ex líder del Partido Republicano en California, uno de los aproximadamente 800 observadores internacionales que monitorearon las elecciones en Honduras. Adrienne Pine, ¿podrías responder a las declaraciones, tanto de Ron Nehring como del expresidente, el presidente derrocado Manuel Zelaya.
ADRIENNE PINE: Bueno, ciertamente estoy de acuerdo con Ron Nehring en que todos esperamos que la voluntad del pueblo hondureño sea respetada en estas elecciones. En relación con lo que decía Manuel Zelaya, comparto su preocupación acerca de la exactitud del Tribunal Supremo Electoral en el conteo de votos. Y creo que hay otras cuestiones importantes para señalar al respecto. En primer lugar, el Tribunal Supremo Electoral fue designado justo antes del golpe por Micheletti —el dictador que asumió el gobierno luego del golpe de Estado— de manera ilegal, ya que sus integrantes eran funcionarios electos y la constitución hondureña impide que éstos sean nombrados como miembros del Tribunal Supremo Electoral. O sea que fueron nombrados para poder llevar a cabo el golpe de Estado. Luego, fue la principal institución que legitimó y realizó el fraude en las elecciones de 2009. Y ahora, claramente vienen actuandoa favor del Partido Nacional, y también de los líderes religiosos del país, que fueron quienes respaldaron el golpe con más fuerza. Por lo tanto, se trata de una institución muy sesgada.
Otra cuestión, que nos da un poco de miedo, es que la embajadora de EE.UU. en Honduras hizo anoche un llamado a respetar los resultados anunciados por el Tribunal Supremo Electoral, que ni siquiera son los resultados finales. Pero, básicamente, ella se está poniendo de su lado. Y realmente nos preocupa que el gobierno de EE.UU. esté haciendo declaraciones tan rápido, cuando aún no hay acuerdo ni confianza en los resultados que se están anunciando. Es decir, todavía no hay un conteo final. Y las elecciones no han sido transparentes. Hubo irregularidades a través de todo el proceso. Hubo asesinatos, como se mencionaba antes, hubo intimidación a los votantes, compra de votos. Pero creo que la mayor parte del fraude fue llevada a cabo por el Tribunal Supremo Electoral, que ha contribuido a realizar el golpe de Estado de 2009, y es en sí mismo un producto de éste.
AMY GOODMAN: Muchas gracias por estar con nosotros. Adrienne Pine es investigadora de la American University que vive actualmente en Honduras trabajando con una beca Fulbright. Uno de sus libros se llama: Working Hard, Drinking Hard: On Violence and Survival in Honduras. Y Edwin Espinal es un activista comunitario, que está en Honduras en este momento y, por supuesto, vive allí. Ha sido perseguido y torturado por la policía en repetidas ocasiones, y su compañera, Wendy Díaz, murió a causa de la inhalación prolongada de gases lacrimógenos, cuando fue junto con muchas otras personas a recibir al Presidente Zelaya en su regreso al país. Agradecemos especialmente a Andeluja Nole y Andrés Conteris.
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Traducido por Igor A. Moreno, Glenda Rosado y Nils Rueda. Participaron en el subtitulado Noa Radosh, Rubén Gómez García, y Nicolás Franco. Edición: Verónica Gelman y Democracy Now! en español. Producción general del reportaje en español: Clara Ibarra.