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JUAN GONZÁLEZ: El miércoles, el Senado inició el debate sobre el proyecto de reforma migratoria cuyo eje central es abrir el camino hacia a la ciudadanía para unos 11 millones de inmigrantes que hoy viven en las sombras de la ilegalidad. Pero hay varios senadores que consideran que para que esta ley se apruebe, se debe primero fortalecer la seguridad fronteriza. El proyecto de ley actual ya pone como requisito que el Departamento de Seguridad Nacional amplíe la cerca fronteriza y logre un “control efectivo” en la frontera suroeste, que consiste en establecer una vigilancia permanente en toda su extensión y una efectividad del 90% en la detención de cruces ilegales. Sólo una vez que se cumplan estas condiciones, los inmigrantes indocumentados podrán solicitar el estatus de Inmigrante Provisional Registrado.
AMY GOODMAN: Hoy analizamos el costo humano que tiene la militarización de la frontera. Compartimos aquí un segmento del documental ”Dying to Get Back,” (Morir por volver) emitido el mes pasado en el programa Need to Know (Es necesario saber) de PBS. Se trata de la tercera parte de una serie llamada “_Crossing the line at the border_” (Cruzando los límites en la frontera) y cuenta la historia de Alfonso Martínez Sánchez, de 39 años de edad y padre de cinco hijos, nacidos en EE.UU. Alfonso fue deportado y tuvo un grave golpe de calor cuando intentaba atravesar el desierto de Arizona para volver a entrar a Estados Unidos y reunirse con sus hijos. El corresponsal de PBS John Larson relata cómo un amigo y compañero migrante de Alfonso, Isaac, trató de salvarlo.
JOHN LARSON: Dos horas después de que Alfonso cae enfermo, Isaac arma una gran fogata como señal para atraer a Patrulla Fronteriza y poder salvar a Alfonso. Pero no tiene suerte.
ISAAC: Entonces yo pensaba quedarme ahí con él hasta que amaneciera, pero luego me dije: “tengo que ir por ayuda.”
JOHN LARSON: Sube a la loma más cercana, esperando encontrar señal telefónica con el celular de Alfonso.
ISAAC: Y lo prendí, y me encomendé a Dios. Dije: “Dios mío, ayúdalo.”
JOHN LARSON: Milagrosamente, encuentra señal para el teléfono. Al rato, dos agentes de la Patrulla Fronteriza llegan en un camión. Isaac cuenta que les dijo que debían ir enseguida a ayudar a Alfonso, y les señaló exactamente dónde se encontraba. Pero en lugar de hacer eso, arrestan a Isaac y se lo llevan detenido inmediatamente, asegurándole que otros agentes estaban buscando a Alfonso y que lo iban a rescatar. Thad Bingel, ex jefe de personal dela Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, dice que si lo que cuenta Isaac es cierto, los agentes no actuaron correctamente.
THAD BINGEL: Sería muy raro, si vieron que la persona que estaba con ellos los estaba tratando de ayudar a encontrar la ubicación de alguien, que no prestaran atención a esa información. Ese no sería el protocolo normal de acción.
JOHN LARSON: Dos días y medio después del momento en que Alfonso se enferma, Isaac es deportado a México. Inmediatamente, se comunica con la familia de Alfonso.
GLADYS DOMINGUEZ: Bueno, yo pensaba, está bien, pasó el sábado a la noche, domingo, lunes, martes. Si pudo encontrar un árbol, quedarse bajo la sombra de un árbol, y si tenía al menos un poco de agua, quizás haya sobrevivido.
JOHN LARSON: La hija de Alfonso, Gladys, ciudadana estadounidense, hace decenas de llamadas desesperadas a la Patrulla Fronteriza de Arizona, preguntando si su padre se encuentra detenido o está en el hospital. La Patrulla Fronteriza no le da ninguna respuesta.
¿Cuánto tiempo pasó hasta que alguien le dijo: “Aquí tienes, este es exactamente el lugar al que tienes que llamar. Tal vez ahí puedan ayudarte.”
GLADYS DOMINGUEZ: Nadie me dijo eso. Nadie me dijo eso. Yo seguí investigando en Internet hasta que encontré la BORSTAR.
JOHN LARSON: BORSTAR, la unidad de búsqueda, trauma y rescate de la patrulla fronteriza.
BORDER PATROL VIDEO: Esta es la parte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. que rara vez llega a los titulares: se ocupa de rescatar a quienes tienen problemas en toda nuestra frontera sur.
JOHN LARSON: Su misión es “brindar asistencia que pueda salvar vidas” a los “migrantes … que estén en dificultades a lo largo de la frontera.”
THAD BINGEL: Es muy poco común que una fuerza de seguridad cree una unidad de rescate destinada a personas que básicamente están involucradas en una actividad ilegal, al cruzar la frontera, y trabaje con un enfoque humanitario.
JOHN LARSON: Así que Gladys llama a BORSTAR y les dice que su padre se está muriendo en el desierto. Pero lo que Gladys cuenta es que cuando llamó, varias veces la dejaron en espera, la transfirieron o le dijeron que hablara con alguna otra persona. Por fin, cuatro días y medio después de la descompostura de Alfonso, la Patrulla Fronteriza se reúne con Isaac en la frontera y lo lleva a buscar a su amigo en el desierto. Desde que llegan a la zona y empiezan a caminar, demoran sólo 45 minutos en localizar a Alfonso.
ISAAC: “Fue lo más duro para mí, pues, por cómo lo dejé y cómo lo encontré.”
JOHN LARSON: Posteriormente, Alfonso fue identificado por sus registros dentales y sus objetos personales. Su chaqueta, su reloj y su llavero terminaron como muestras en la morgue del condado Pima. Su cuerpo fue encontrado exactamente donde Isaac lo había dejado, exactamente donde él relata haber dicho a los agentes de la Patrulla Fronteriza que lo buscaran, casi cinco días antes.
Tengo una pregunta muy difícil para hacerte: ¿Has pensado en algún momento en lo que fueron esas últimas horas, en lo que habrá pasado por su mente?
GLADYS DOMINGUEZ: Todos los días. Pienso en ello todos los días.
JOHN LARSON: ¿Qué crees que estaba pensando?
GLADYS DOMINGUEZ: Bueno, lo último, cuando Isaac nos llamó, nos dijo: “Cuando su padre se estaba muriendo, lo único que decía era 'no me quiero morir. No me quiero morir. Quiero volver con mis hijos. Quiero poder llegar a mis hijos. Tengo que lograr llegar hasta mis hijos. Necesito volver.'”
AMY GOODMAN: Esa era Gladys Domínguez, hija de Alfonso Martínez Sánchez, en un fragmento del documental ”Dying to get back” del programa Need to Know de la PBS. Esta película acaba de ganar el premio Sidney Hillman al periodismo con consciencia social. Se trata de la tercera y última parte de una serie presentada por John Carlos Frey, llamada ”Crossing the Line at the Border.” John Carlos Frey, que nos acompaña desde Los Ángeles, es periodista de investigación y trabaja para el Fondo de Investigación en The Nation Institute.
Bienvenido a Democracy Now! ¿Podrías hablar sobre el caso de Alfonso Martínez Sánchez y su relación con el debate actual sobre la reforma migratoria?
JOHN CARLOS FREY: Claro. Gracias y buenos días, Amy y Juan.
Esta historia es simplemente trágica. Tenemos actualmente un sistema que nos permite importar mano de obra a escondidas a través de la frontera EE.UU.-México, pero sin dar a estas personas un medio legal para llegar hasta aquí. Deportamos a padres y esposas, y a veces incluso niños, de familias que tienen estatus migratorio mixto, siendo algunos de ellos ciudadanos estadounidenses, y no proporcionamos a estas personas ningún tipo de vía legal para que normalicen su situación migratoria. Así que estamos pidiendo a la gente que deportamos, que permanezcan separados de sus familiares. Lo que se está haciendo básicamente, es crear un sistema que promueve la ilegalidad. ¿Quién, en su sano juicio, no intentaría cruzar la frontera EE.UU.-México ilegalmente para poder reunirse con su familia? Este es el sistema que tenemos en la actualidad. Si Alfonso Martínez Sánchez estuviera habilitado legalmente para presentar un recurso en Estados Unidos, hubiera podido solicitar una audiencia en el tribunal de inmigración. Pero no se le dio esa opción. Fue deportado en masa, junto con cientos de miles de deportaciones promovidas por el gobierno de Obama. Y estas personas no tienen otro recurso que tratar de volver para reunirse con sus familias. Por más que aumentemos la seguridad fronteriza, está bastante claro que este sistema de personas que se ponen en peligro para cruzar, como Alfonso, va a continuar. Y este es un aspecto que se está pasando por alto en el proyecto de reforma migratoria; hasta donde yo puedo ver, no están prestando atención a la pérdida de vidas humanas.
JUAN GONZÁLEZ: Bueno, John Carlos, según la propuesta del llamado “grupo de los 8” se estaría asignando hasta 5 mil millones para aumentar la seguridad fronteriza, y un montón de empresas de defensa ya se están poniendo en la fila para entrar en esta zona como contratistas, encargados de la seguridad fronteriza y la militarización de la frontera. Pero esa cifra probablemente va a aumentar una vez que los republicanos hagan cambios en la ley, en el Senado o en la Cámara de Representantes. Entonces, ¿cuál crees que será el impacto de esta mayor militarización de la frontera?
JOHN CARLOS FREY: Si analizamos los efectos de la militarización hasta el momento, es bastante claro que a partir de la construcción del cerco fronterizo y el incremento de guardias en la frontera, hace poco más de una década, hubo un aumento enorme en el índice de muertes en la frontera EE.UU.-México. O sea que, extrapolándolo a lo que pasa hoy en día, podríamos decir que más de lo mismo va a resultar en más de lo mismo. La frontera EE.UU.-México está fortificada. Ya hay un muro de más de 1000 kilómetros de largo. Hay 20.000 guardias fronterizos. Hay helicópteros Black Hawk. Hay sensores nocturnos y sensores de calor. Tiene todas las características de una zona militarizada. Y aun así, con ese escenario, con semejante infraestructura, se estima que durante el año pasado más de 350,000 inmigrantes indocumentados cruzaron esa frontera sin ser detectados. Por lo tanto, no estoy muy seguro de que haciendo más de lo mismo, vayamos a lograr una mayor efectividad.
Hay dos motivos fundamentales por los que la gente cruza la frontera EE.UU.-México. Para reunirse con sus familiares y por necesidad económica. Estas cuestiones no están siendo abordadas en este proyecto de reforma migratoria. Además, más del 40% de los inmigrantes indocumentados que hay en Estados Unidos en realidad nunca cruzaron la frontera EE.UU.-México de manera ilegal. Este 40% o más de inmigrantes indocumentados son gente que llegó a Estados Unidos con una visa legal, y cuando su visa expiró, siguió viviendo en del país. Esta cuestión tampoco está siendo tratada. De modo que yo no podría decir que meter más dinero en la frontera EE.UU.-México vaya a reducir la inmigración indocumentada.
JUAN GONZÁLEZ: Vamos a otro fragmento del documental Crossing the Line at the Border: Dying to Get Back, del programa Need to Know de la PBS. Aquí, el periodista John Larson describe la implementación en EE.UU de una política migratoria llamada, “Prevención por medio de la disuasión,” que comenzó en 1994.
JOHN LARSON: La estrategia no era sólo evitar que la gente entre, sino generar, para quienes lograran cruzar la frontera por el desierto, un “terreno más hostil, menos propicio para cruzar y más propicio para la aplicación de medidas de seguridad,” donde fuera más fácil atraparlos. Un video de la Patrulla Fronteriza de EE.UU., difundido públicamente en 2009, decía:
BORDER PATROL VIDEO: Nosotros tenemos ahora una ventaja táctica, lo único que tenemos que hacer es aprovechar esa ventaja.
JUAN GONZÁLEZ: Esas son las propias palabras de la Patrulla Fronteriza de EE.UU., textualmente: “Nosotros tenemos ahora una ventaja táctica, lo único que tenemos que hacer es aprovechar esa ventaja.” Antes de eso, escuchábamos una cita directa de un documento de la Patrulla Fronteriza: “[un] terreno más hostil, menos propicio para cruzar y más propicio para la aplicación de medidas de seguridad.” John Carlos Frey, cuéntanos un poco más acerca de esta estrategia de la Patrulla Fronteriza de “Prevención por medio de la disuasión.”
JOHN CARLOS FREY: Estos son dos documentos, el video y el propio documento en papel, que yo logré obtener. No han sido difundidos muy públicamente. De hecho, ese video lo tomé con una cámara oculta, en una conferencia de la Patrulla Fronteriza. Ahí estaban proyectando el video, y yo lo filmé clandestinamente. Esta es la política que llevan a cabo. Es el protocolo de la Patrulla Fronteriza estadounidense, que no se da a conocer públicamente. Lo que hacen es cerrar las ciudades que se encuentran a lo largo de la frontera, las grandes ciudades, como El Paso, Nogales o San Diego, y mantienen los desiertos abiertos. Dejan a propósito estas áreas abiertas, que constituyen el terreno peligroso, sin cercar ni patrullar demasiado, invitando a los migrantes a cruzar por allí, porque consideran que el hecho de que los migrantes tengan que andar a la intemperie, se debiliten o se retrasan, les da una ventaja táctica. Es mucho más fácil detectar a la gente en zonas muy abiertas, especialmente en el desierto, que no están cubiertas por cercos ni sensores. O sea que es parte de las políticas de la Patrulla Fronteriza, permitir que los migrantes crucen la frontera en zonas consideradas “terreno peligroso”. Además de eso, esta política de disuasión busca hacer que este viaje sea lo más difícil posible para los migrantes, con la idea de que así se lo van a pensar dos veces antes de volver a intentarlo. Creen que así van a recordar lo terrible del viaje que acaban de intentar, y que cuando estén de vuelta en su país de origen les van a decir a sus amigos y a su familia: “No lo intenten. Es demasiado difícil.” Pero esta política de disuasión no parece estar funcionando con las personas que están desesperadas por cruzar.
AMY GOODMAN: John Carlos, hace poco hablé con Shena Gutiérrez, una voluntaria de la Coalición de Comunidades de la Frontera Sur, que tuvo una experiencia personal muy fuerte con relación a la frontera: su marido casi muere en un encuentro con agentes de la Patrulla Fronteriza. Y cuando se encontraba en el hospital, aún inconciente, fue amenazado con ser deportado. Ella relata lo que pasó de esta manera.
SHENA GUTIERREZ: Hace dos años, el 21 de marzo, fue deportado a México. Y bueno, estaba desesperado. Nosotros tenemos dos niños pequeños. En ese momento, nuestro hijo tenía dos años y medio y nuestra hija apenas cuatro meses. Y ella estaba en el hospital. Lo deportaron y lo único que quería era encontrar la manera de volver con nosotros. El 30 de marzo, intentó volver a cruzar la frontera. Yo perdí contacto con él ese día. Pasó el miércoles, el jueves, el viernes. Para el sábado, ya me estaba volviendo loca, sin saber qué había pasado, dónde estaba, si estaba vivo, si estaba bien. O sea, era muy raro que no me llamara.
Finalmente, recibí una llamada del consulado que está en Arizona preguntándome, “¿Es usted Shena, su esposa?” Le dije que sí, y nunca se me van a olvidar sus palabras. Ella me dijo: “Bueno, tenemos que informarle que ha habido un accidente.” No tenía ni idea de a qué tipo de accidente se podía referir. Horas más tarde, después de numerosas llamadas telefónicas, pude averiguar que estaba en Phoenix, y que estaba inconsciente. Llegué al hospital, pensando, bueno, “Inconsciente significa que está en una cama, quizás con una intravenosa en su brazo y ya, eso es todo.” Y llego al lugar y veo a los dos agentes -porque lo tenían vigilado 24 horas al día los siete días de la semana –y cuando se levantan veo de un lado una pistola y del otro una pistola eléctrica. Y apenas eché un vistazo hacia dentro de su habitación y casi me caigo, porque tenía puntos de sutura de oreja a oreja, su cuerpo estaba lleno de moretones. Tenía máquinas por todo el cuerpo. Y estaba en un coma total.
AMY GOODMAN: Esa era Shena Gutiérrez describiendo lo que le pasó a su marido en un encuentro con la policía fronteriza. John Carlos Frey, tú conoces bien esta historia. ¿Podrías contarnos, para cerrar, qué fue lo que le sucedió?
JOHN CARLOS FREY: Este hombre fue brutalmente golpeado. Lo vi unos días después de que fuera golpeado. No hay duda al respecto. Tenía los dientes torcidos. Tenía moretones en todo el cuerpo. Lo terrible es que, hasta el día de hoy —esto sucedió hace un año y medio, casi dos— todavía no se sabe quiénes fueron los agentes implicados. No sabemos por qué lo golpearon. No fue arrestado. Todavía está en Estados Unidos. Es un caso que nunca se ha tratado, fue una paliza brutal que ha sido básicamente escondida bajo la alfombra. Y ese es el problema de querer aumentar el personal y la infraestructura de seguridad fronteriza. No hay supervisión. No hay nadie que se encargue realmente y asuma la responsabilidad. No se rinden cuentas de nada. Si estos agentes de la Patrulla Fronteriza realmente golpearon al Sr. Gutiérrez, tal como parece que lo hicieron, ¿por qué no rinden cuentas por sus actos? No parece que se haya hecho ninguna investigación sobre el caso. No hay ningún comité de supervisión, del congreso ni del gobierno, que se esté ocupando de estos incidentes. En realidad, la mayoría de estos incidentes son investigados internamente. O sea que, por lo general, la Patrulla Fronteriza termina investigándose a sí misma. Así que si vamos a aumentar el tamaño de la fuerza de seguridad y su infraestructura, creo que el Congreso debería incluir en la ley de reforma migratoria algún tipo de supervisión y mecanismos de rendición de cuentas, y algún tipo de control, que ahora no existe.
AMY GOODMAN: John Carlos Frey, quiero darle las gracias por acompañarnos. Frey es periodista de investigación y trabaja para el Fondo de Investigación en The Nation Institute. Su trabajo, “Dying to get Back,” emitido por el programa Neet to Know de la PBS, acaba de ganar el premio Sidney de junio al periodismo con consciencia social, otorgado por la Fundación Sidney Hillman. Es la última parte de una serie de tres capítulos llamada “Crossing the Line at the Border.” Y en nuestra página web encontrarán el enlace a la conversación completa sobre el esposo de Shena Gutiérrez y lo que le sucedió en la frontera. Esto es en democracynow.org.
Traducido por Igor Moreno. Edición: Verónica Gelman. Participaron en el subtitulado de este reportaje Noa Radosh, Rubén Gómez García, Jenny Pedraza y Pamela Subizar. Coordinación de la producción del reportaje en español: Clara Ibarra y Democracy Now! en Español.