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El lunes, el gobierno israelí hizo una extraña presentación ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, pero su delegación no reconoció tener responsabilidades por las condiciones existentes en Cisjordania y la Franja de Gaza, ambos territorios ocupados por Israel hace casi medio siglo. Hablamos con un experto legal que estuvo seis años tratando de responsabilizar a Israel por sus acciones en los Territorios Ocupados. Richard Falk acaba de terminar su mandato como relator especial de los derechos humanos de los palestinos para el Consejo de los Derechos Humanos de la ONU. Sus escritos sobre el tema palestino israelí y su experiencia como relator de la ONU están reunidos en un libro de reciente publicación, “Palestine: The Legitimacy of Hope” (Palestina: la legitimidad de la esperanza).
Transcripción
AARON MATÉ: Ahora pasamos a hablar de Israel y los Territorios Palestinos Ocupados. El gobierno israelí hizo una extraña presentación ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU el lunes pasado. Cada cuatro años se comprueba el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de cada uno de los Estados miembros. Esta tarea era de una importancia especial estando a sólo unas semanas de que Israel pusiera fin a un ataque a Gaza en el que murieron cerca de 2.200 palestinos, entre los que se cuentan más de 500 niños. Emi Palmor, la directora del Ministerio de Justicia de Israel, prometió un “enfoque sincero” de parte de su gobierno con respecto al mandato del comité.
EMI PALMOR: Decidimos traer a los expertos de más alto rango para trabajar juntos en las cuestiones que se supone debemos responder. Y, de hecho, se puede ver que, por primera vez, la directora, que en este caso soy yo, se encuentra al frente de la delegación. El fiscal general adjunto, el Dr. Schöndorf, ocupa el segundo puesto en la delegación, y los demás en el orden en que se presentaron durante la sesión. Y creemos que esto demuestra nuestra seriedad, el enfoque sincero de Israel en relación con estos temas.
AARON MATÉ: Esta era Emi Palmor, encargada de la delegación israelí ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU. Pero una vez que se dio inicio a la sesión, surgió un problema clave: Israel no repondería por las condiciones en Cisjordania y en la Franja de Gaza, el territorio que ha ocupado desde hace casi medio siglo. Aunque Israel proporcionó un informe sobre los derechos humanos dentro de sus propias fronteras, estuvo en desacuerdo con que el pacto se aplicara a sus acciones en los Territorios Palestinos Ocupados. En respuesta, dos miembros del comité de la ONU expresaron su frustración.
CORNELIS FLINTERMAN: Tenemos la información sobre la duplicación, el reciente anuncio de Israel de una mayor expansión de los asentamientos en los Territorios Palestinos Ocupados y en Jerusalén Este. Esa fue la razón por la que planteé la pregunta. Parecía que no se le había prestado ninguna atención a nuestra recomendación anterior.
NIGEL RODLEY: Por supuesto, no son responsables de las violaciones que pueda cometer Hamas. Por supuesto que no. Pero ellos son responsables de cualquier violación que pueda haber sido cometida bajo su responsabilidad. No es una cuestión de jurisdicción legal; es una cuestión de quién tiene el control.
AMY GOODMAN: Acabamos de ver a Nigel Rodley de Gran Bretaña y, antes de él, a Cornelis Flinterman. Al final resultó que el ataque a Gaza no recibió el escrutinio que se había esperado. Como The Jerusalem Post informó al terminar el día, Emi Palmor, la funcionaria de Israel, cito, “dijo que estaba contenta de que la delegación no hubiera sido interrogada profundamente sobre las acciones militares de las Fuerzas de Defensa de Israel en Gaza el verano pasado en el marco de la operación Margen Protector. Israel había supuesto que los miembros del comité se enfocarían en este asunto”, dijo The Jerusalem Post. Con nosotros se encuentra un experto jurídico, que pasó seis años intentando hacer que Israel rindiera cuentas por sus acciones en los Territorios Palestinos Ocupados. Richard Falk acaba de terminar su mandato como relator especial sobre los derechos humanos de los palestinos para el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Sus escritos sobre el conflicto entre Israel y Palestina y su experiencia como relator de la ONU han sido recopilados en un nuevo libro. Hoy sale a la venta. Se llama “Palestina: la legitimidad de la esperanza”. Richard Falk es profesor emérito de derecho internacional en la Universidad de Princeton y profesor investigador en el departamento de Estudios Globales de la Universidad de California en Santa Bárbara. Anoche presentó la Conferencia en memoria de Edward Said en la Universidad de Columbia. ¿Podría comentar sobre, bueno, eso mismo, estas últimas noticias sobre lo que está sucediendo ahora mismo con Israel y Gaza?
RICHARD FALK: Bueno, en cuanto a su cooperación con la ONU se refiere, este informe que acaba de presentar a la audiencia es muy engañoso. Israel se ha negado a cooperar con la Comisión de Investigación que el Consejo de Derechos Humanos designó para investigar las denuncias de crímenes de guerra relacionados con el ataque a Gaza en julio y agosto. Y se negaron a cooperar con mi sucesor, un diplomático indonesio de quien, de hecho, estaban a favor y sobre el cual habían convencido al presidente del Consejo de Derechos Humanos para que lo designara, con la expectativa de que cooperarían con él. Pero como he dicho siempre, es suficiente tener un 10 por ciento de objetividad para llegar a las mismas conclusiones críticas a las que he llegado en relación con la violación de los derechos humanos básicos que comete Israel en Cisjordania, Jerusalén Este y Gaza, los tres sectores de los territorios ocupados.
AMY GOODMAN: ¿Cuál es la conclusión a la que llegó usted?
RICHARD FALK: Bueno, la conclusión es que se han cometido violaciones incuestionables, que constituyen políticas oficiales —no son una anomalía— desde la ampliación de los asentamientos como una violación del derecho internacional humanitario, no impidiendo el traslado de la población del país que lleva a cabo la ocupación hacia la sociedad ocupada, la imposición de un régimen de castigo colectivo a toda la población civil de Gaza. Y el encierro a la población civil en la zona de combate durante la operación Margen Protector, que constituye una atrocidad extraordinaria, en la que no se les permitió a las mujeres ni a los niños convertirse en refugiados, y se les negó la oportunidad de ser desplazados internos. Por más horrible que fuera todo lo ocurrido a los civiles en Siria y en Irak en los últimos años, siempre tuvieron— la población civil siempre tuvo la oportunidad de salir de la zona de combate. En este caso, están literalmente atrapados en la zona de combate, y sólo se permitía salir a aquellos habitantes de Gaza que contaban con pasaportes extranjeros. Eso implicaba 800 personas de un total de 1.800.000. Así que es una situación muy extrema que no es tratada como catástrofe humanitaria en curso debido a razones geopolíticas. EE.UU. ejerce un veto geopolítico sobre lo que la ONU puede hacer en relación con una situación de este tipo. Reaccionamos ante Kobani, como decíamos antes, pero ignoramos lo que ocurre día a día en Gaza, en particular, y en menor medida, en Cisjordanía.
AARON MATÉ: Usted ha mencionado a EE.UU. ¿Podría hablar sobre los obstáculos que tuvo que enfrentar mientras trataba de plantear estas cuestiones durante estos últimos seis años como investigador principal de la ONU en los territorios ocupados?
RICHARD FALK: Había dos tipos de obstáculos principales. La UN Watch y otras organizaciones sionistas muy extremas me atacaron de un modo difamatorio terrible, e intentaron—a cualquier parte que fuera, en cualquier parte del mundo, intentaban impedir que yo hablara y montaron una especie de campaña difamatoria; me llamaron antisemita, un antisemita destacado. El Centro Wiesenthal en Los Angeles me tildó como el tercer antisemita más peligroso en el mundo, que era— lo que me hizo sentir que, en mi rol, debo estar haciendo algo bien. Y las únicas dos personas que eran más peligrosas que yo eran el líder supremo de Irán y el primer ministro de Turquía, Erdogan. Y otro—
AMY GOODMAN: La Embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Samantha Power, cuando dejó su puesto en la ONU, lo llamó—habló sobre su “implacable tendencia antiisraelí “.
RICHARD FALK: Bueno, desde luego ha sido un relato antiisraelí crítico y consistente, porque esa es la realidad. Quiero decir, si se toma en serio el derecho internacional y, como ya he dicho, se tiene un 10 por ciento de objetividad, uno debe llegar a estas conclusiones. Y por eso este diplomático indonesio, que estaba decidido a complacer a Israel —él me dijo eso— resultó que…
AMY GOODMAN: Makarim Wibisono.
RICHARD FALK: Sí. Resulta que ya ha hecho enfurecer a Israel, porque no se puede— no se puede observar estas realidades sin llegar a estas conclusiones, a menos que uno mismo, de alguna manera, se ponga una venda en los ojos.
AARON MATÉ: Bueno, hablemos de lo que los palestinos están intentando hacer ahora— la Autoridad Palestina, por lo menos. La AP ha elaborado el borrador de una medida para el Consejo de Seguridad de la ONU que establecería un plazo de tres años para que Israel ponga fin a la ocupación de Cisjordania y Gaza. En su intervención ante la ONU el mes pasado, la legisladora palestina Hanan Ashrawi desestimó la amenaza de perder el apoyo del gobierno estadounidense.
HANAN ASHRAWI: Vamos a procurar una resolución del Consejo de Seguridad que establezca el fin de la ocupación dentro de la fecha fijada. Y cualquier solución debe basarse en el derecho internacional, no puede violar el derecho internacional y las convenciones y acuerdos de las Naciones Unidas. Si EE.UU. quiere aislarse como una reacción a que los palestinos se unan a la comunidad internacional, por supuesto que puede hacerlo. La financiación estadounidense no es tan vital para la supervivencia palestina. Muy a menudo, unirse a la comunidad internacional, tener la protección de la ley y otras cosas, es mucho más importante que conseguir algunos fondos de un Congreso que es condicional.
AARON MATÉ: Hanan Ashrawi continuó diciendo, cito, “Ya es suficiente. ¿Qué ha hecho EE.UU. por nosotros?”. Y, de hecho, la semana pasada se publicó en un informe que el secretario de Estado John Kerry ha pedido a la Autoridad Palestina que retrase su propuesta ante el Consejo de Seguridad de la ONU hasta después de las elecciones de mitad de mandato. ¿Se está realmente distanciando la AP de todo este proceso estadounidense? ¿Y es eso importante?
RICHARD FALK: Está atrapada entre la militancia de su propio pueblo y este tipo de adaptación pragmática a la situación de poder, y su dependencia económica de fondos controlados por Israel y EE.UU. Y además, sus fuerzas de seguridad han sido— las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina han sido entrenadas bajo la autoridad de Estados Unidos. Así que es—están en una posición muy comprometida. Los líderes de la Autoridad Palestina, con el fin de conservar una pizca de legitimidad, tienen que aparentar ser un reflejo de la voluntad del pueblo palestino. Y han intentado caminar en esta cuerda floja a lo largo de todo el proceso, y se está volviendo cada vez más difícil. Y las recientes encuestas muestran que Hamas, incluso en Cisjordania, ganaría las elecciones, si se llevaran a cabo en este momento. Y eso no se debe a que haya un cambio hacia una orientación islámica. Se debe a que Hamas, a pesar de todos sus problemas y fracasos, resiste y es incansable y ha mantenido el espíritu de resistencia que es tan importante para el ánimo político del movimiento palestino.
AARON MATÉ: Sobre la cuestión de la resistencia, anoche usted habló sobre la importancia de defender el derecho a la resistencia, pero promoviendo la resistencia pacífica. ¿Podría comentarnos más acerca de esto en relación con la lucha del pueblo palestino?
RICHARD FALK: Bueno, yo no pretendo hablar en nombre de los palestinos. Y una de las tragedias de los palestinos, desde la Declaración Balfour, es que otros han decidido que es lo que le conviene a Palestina. Entonces lo que estaba— Estaba hablando de forma descriptiva. Los palestinos han fracasado en la lucha armada. Fracasaron, junto con sus vecinos árabes, en el intento de liberar a Palestina del control israelí. Fracasaron con la diplomacia intergubernamental al estilo de Oslo. Y lo que han intentado cada vez más en los últimos años es una combinación de diferentes tipos de resistencia no violenta dentro del territorio ocupado y este creciente movimiento de solidaridad mundial que se ha enfocado en la campaña BDS. Creo que eso es— y no digo— No juzgaría su deseo o su idea de que la única forma efectiva de resistencia es defenderse con violencia. Quiero decir, esa es una decisión que no me parece apropiado que tome alguien que se encuentra fuera del contexto de opresión. Hamas, que está acusado de ser una organización terrorista, sin duda, ha limitado la violencia, desde que ganó las elecciones políticas en 2006, para responder a las provocaciones israelíes. No ha utilizado la violencia como forma de promover el empoderamiento del movimiento palestino de liberación. De hecho, ha dirigido sus políticas hacia la coexistencia pacífica con Israel a largo plazo, si Israel se retira a las fronteras establecidas en 1967. Ha ofrecido un plan de coexistencia pacífica por 50 años.
AMY GOODMAN: Vamos a terminar donde usted comenzó, con el título de su libro: “Palestina: la legitimidad de la esperanza”. Richard Falk, ¿a qué se refiere con “la legitimidad de la esperanza”?
RICHARD FALK: Lo que quiero decir es que si nos fijamos en la forma en que se han resuelto los conflictos desde el final de la Segunda Guerra Mundial, en particular cuando tiene que ver con el dominio extranjero sobre un país del Tercer Mundo, el factor decisivo en su resolución ha sido ganar en el terreno de la moral internacional y el derecho internacional. Y no tener— la superioridad militar no ha producido resultados políticos favorables para el lado que interviene o el lado más poderoso. Por eso la esperanza proviene de este modelo de ganar legitimidad, en el contexto de lo que yo llamo la “guerra de la legitimidad”, siendo más importante ganar en el campo de la política, que tener el control del campo de batalla. Y eso representa un cambio profundo en toda la estructura de poder en el mundo que no ha sido asimilado por Israel ni por Estados Unidos.
AMY GOODMAN: Richard Falk, queremos agradecerle por estar con nosotros. Acaba de terminar su mandato de seis años como relator especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos de los palestinos; un escritor prolífico. Su libro, “Palestina: la legitimidad de la esperanza”, se publica hoy. Profesor emérito de Derecho Internacional en la Universidad de Princeton y profesor investigador en el departamento de Estudios Globales de la Universidad de California en Santa Bárbara; anoche presentó la Conferencia Edward Said en la Universidad de Columbia. Esto es Democracia Now! Cuando regresemos, Mumia Abu-Jamal, en sus propias palabras. Quédense con nosotros.
Texto traducido por Victoria Rodríguez. Edición Alfonso Moreno, Igor Moreno y Democracy Now! en Español