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La organización Human Rights Watch (HRW), una de las organizaciones de derechos humanos más grandes e influyentes del mundo, enfrenta una inusual crítica de la opinión pública. Dos Premios Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y Mairead Maguire, y un grupo de más cien académicos escribieron una carta abierta para criticar lo que describen como vínculos con el gobierno de EE.UU que impactan en el trabajo de HRW en ciertos países, entre ellos Venezuela. La carta insta a HRW a impedir que quienes hayan diseñado o ejecutado política exterior de EE.UU. participen en HRW como funcionarios, asesores o miembros de consejos. El director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth, defendió la independencia de la organización, al responder: “Somos cuidadosos de asegurar que la afiliación previa de una persona no afecte la imparcialidad del trabajo de HRW. De manera rutinaria damos a conocer, documentamos y denunciamos violaciones a los derechos humanos cometidas por el gobierno de EE.UU., entre ellas torturas, detenciones indefinidas, entregas ilegales, vigilancia masiva no controlada, uso abusivo de los aviones no tripulados, condenas duras y disparidad racial en la justicia penal, y un sistema inmigratorio ineficaz e injusto”. Presentamos un debate entre un asesor de HRW, Reed Brody, y Keana Bhatt, escritor y activista que organizó la convocatoria de la carta abierta.