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En relación a Gaza, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts Noam Chomsky afirma que el debate dentro del gobierno israelí consiste en si permiten [que los palestinos] “simplemente sobrevivan” o si provocan “el hambre y la miseria”, tal como propuso hace poco un ex asesor de seguridad nacional israelí. “Los expertos israelíes calcularon exactamente, literalmente cuántas calorías necesitan los residentes de Gaza para sobrevivir; si analizamos las sanciones que imponen, son grotescas”, afirma Chomsky. “Es decir, hasta John Kerry los condenó amargamente; son sádicos, solo las calorías que necesitan para sobrevivir”. Chomsky también se refiere al argumento difundido de que la constitución de Hamas llama a la destrucción de Israel. “Los únicos que le prestan atención a eso son los propagandistas israelíes, que lo aman”, afirma Chomsky. “Esa constitución fue redactada por un pequeño grupo de personas que estaba siendo sitiado y atacado en 1988. Y básicamente no tiene sentido. Hay constituciones que sí tienen sentido, pero no se habla de ellas. Por ejemplo, en el programa electoral del partido gobernante israelí, Likud, consta explícitamente que nunca podrá existir un Estado palestino al oeste del río Jordán. Y no solo lo expresan en su constitución, su programa electoral, sino que lo ponen en práctica”.
Transcripción
AMY GOODMAN: Quisiera saber tu opinión sobre las declaraciones de Giora Eliand, que fue asesor sobre cuestiones seguridad nacional en Israel. En una entrevista con el periódico The New York Times, Eiland dijo: “No se puede vencer a una organización guerrillera si, por un lado, se combate contra ella y, por el otro lado, se le sigue suministrando agua, comida, gas y electricidad. Israel debería haber declarado una guerra contra el Estado de facto que hay en Gaza, y si hay miseria y hambre en Gaza, eso podría llevar a que desde el otro lado se tomen decisiones tan duras”. Noam Chomsky, ¿podrías responder a esto?
NOAM CHOMSKY: Este es básicamente el debate que hay en el escalón más alto de la política israelí: ¿Deberíamos sostener la postura de Dov Weissglas, de mantenerlos en una dieta de mera supervivencia, que impida que los niños consigan chocolates, pero les permita comer, por ejemplo, ciertos cereales en la mañana? ¿Deberíamos…
AMY GOODMAN: De hecho, Noam, ¿podrías explicar eso? Porque antes hablaste de eso y como que suena, esta dieta, parece una metáfora. ¿Podrías explicarnos a qué te refieres de hecho cuando dices que es una dieta? Es decir, estás hablando del número de calorías. ¿Estás hablando realmente del acceso de los niños a comer chocolate?
NOAM CHOMSKY: Israel, los expertos israelíes han calculado detalladamente cuántas calorías, literalmente, necesitan las personas de Gaza para sobrevivir. Y si miramos las sanciones que impusieron, son grotescas. Es decir, hasta John Kerry las ha condenado fuertemente. Es algo sádico. Justo la cantidad exacta de calorías necesarias para sobrevivir. Y, por supuesto, en parte sí es metafórico, porque implica que debe entrar cierta cantidad de productos por los túneles necesaria para que no mueran del todo. Israel restringe las medicinas, pero debe permitir una pequeña cantidad. Cuando yo estuve allá, justo antes del ataque de noviembre de 2012, visité el hospital Khan Younis y el director nos mostró que no tienen, ni siquiera tienen las medicinas más básicas, pero algo tienen. Eso mismo pasa en todos los aspectos. Es literalmente mantenerlos a dieta. Y la razón es pues muy sencilla, y ellos lo han dicho de alguna manera: “Si la gente se muere, no sería bueno para la imagen de Israel. Podemos decir que no estamos ocupando ese territorio, pero el resto del mundo no coincide en eso. Incluso Estados Unidos no coincide con nosotros. Somos una fuerza de ocupación. Y si exterminamos a la población que está bajo nuestra ocupación, no vamos a quedar nada bien”. No estamos en el siglo XIX, cuando, en su expansión por lo que ahora es su territorio nacional, Estados Unidos prácticamente exterminó a la población indígena. O sea, según los parámetros imperialistas del siglo XIX, eso no era un problema. Pero hoy es distinto. No se puede exterminar a la población que vive en el territorio que se está ocupando. Esa es la posición blanda, la de Weissglas. La posición más dura es la de Eiland, que tú citaste recién: simplemente acabemos con ellos.
AMY GOODMAN: ¿Y cuál de las dos posturas crees que prevalecerá? Teniendo en cuenta el momento en que estamos hablando, en medio del alto el fuego.
NOAM CHOMSKY: La posición Weissglas prevalecerá, porque Israel, bueno, ya se está convirtiendo en un Estado paria a nivel internacional, odiado en todo el mundo. Si decidieran llevar adelante las recomendaciones de Eliand, ni siquiera Estados Unidos podría seguir apoyándolos.
AMY GOODMAN: Fíjate que es interesante que, mientras que la mayoría de los países Árabes no se han pronunciado con fuerza contra lo que está haciendo Israel en Gaza, los países latinoamericanos, uno tras otro, de Brasil a Venezuela y Bolivia, sí lo han hecho. Varios países retiraron a sus embajadores de Israel. Creo que el presidente Evo Morales llamó a Israel un “Estado terrorista”. ¿Qué puedes decirnos sobre América Latina y su relación con Israel?
NOAM CHOMSKY: Sí, sólo recordemos que cuando decimos los países arabes quiere decir las dictaduras árabes, nuestros amigos. Y no quiere decir las poblaciones árabes, nuestros enemigos.
Pero lo que dices sobre América Latina es muy significativo. No hace mucho tiempo, EE.UU. consideraba a América Latina como su patio trasero: lo que nosotros decíamos ellos lo hacían. No se hablaba mucho de América Latina en términos de planificación estratégica, porque estaba bajo nuestro dominio. Si no nos gustaba algo que sucedía allí, instalábamos una dictadura militar o hacíamos, apoyábamos masacres enormes y esas cosas. Pero básicamente, ellos hacían lo que les decíamos. En los últimos 10 o 15 años, esto ha cambiado. Y es un cambio histórico. Por primera vez en 500 años, desde los conquistadores, América Latina está avanzando en su independencia de la dominación imperial y también en su integración, lo que tiene una importancia crítica. Y lo que tú mencionaste recién es un ejemplo de eso. Hasta donde yo se, a nivel internacional sólo unos pocos países de América Latina han asumido una postura honrosa sobre este tema: Brasil, Chile, Perú, Ecuador, El Salvador retiraron a sus embajadores como forma de protesta. Se unieron a Bolivia y Venezuela, que ya lo había hecho antes, como reacción a otras atrocidades. Eso es algo único.
Y no es el único ejemplo. Hubo otro ejemplo, muy llamativo. Creo que fue tal vez hace un año o algo así. El foro de Open Society hizo un estudio sobre el apoyo de los países al programa de “rendiciones extraordinarias”. Este programa es, por su puesto, la forma más extrema de tortura. Consistía en atrapar gente, gente que no nos gusta, y enviárselos a nuestra dictadura favorita, para que los torturen allá. Grotesco. Eso era el programa de la CIA de “rendiciones extraordinarias”. Y el estudio era sobre quién había participado en eso. Bueno, por supuesto, las dictaduras de Medio Oriente lo hicieron —o sea, Siria, Assad, Mubarak y otros— porque allá es donde enviaban a las personas para ser torturadas; Gaddaffi también. Ellos participaron. Europa participó, casi en su totalidad. Inglaterra, Suecia y otros países permitieron, encubrieron la transferencia de prisioneros a cámaras de tortura, para que fueran torturados brutalmente. De hecho, si nos fijamos bien, solo hubo una excepción en el mundo entero: los países latinoamericanos se negaron a participar. Fue algo bastante impresionante. Por un lado, porque demostró su independencia. Pero también, por otro lado, porque cuando estaba bajo el control de Estados Unidos, esta región era el centro de tortura del mundo; y no hace mucho tiempo de eso, solo un par de décadas. De modo que es un verdadero cambio.
Y ahora, si miramos lo que pasa en los congresos hemisféricos, Estados Unidos y Canadá están aislados. En el último gran congreso a nivel hemisférico no se logró llegar a un consenso sobre lo temas principales porque Estados Unidos y Canadá no se pusieron de acuerdo con el resto del continente. Los temas principales eran el ingreso de Cuba al sistema hemisférico y los pasos a seguir para la despenalización de las drogas. Tema que es una carga terrible para los latinoamericanos. El problema es Estados Unidos. Y los países de América Latina, hasta los que tienen gobiernos más de derecha, quieren liberarse de eso. Pero Estados Unidos y Canadá no lo aceptan. Estos son cambios muy significativos en los asuntos internacionales.
AMY GOODMAN: Quisiera pasar un fragmento de la entrevista de Charlie Rose con el líder de Hamas Khaled Meshaal. Esto fue en julio. Meshaal pide el fin de la ocupación israelí en Gaza.
KHALED MESHAAL: No se trata de un prerequisito. No se puede pensar la vida como un prerequisito. La vida es un derecho para nuestro pueblo en Palestina. Desde 2006, cuando el mundo rechazó el resultado de las elecciones, nuestra gente ha tenido que vivir en estado de sitio, durante ocho años. Es un castigo colectivo. Tenemos que levantar el sitio. Tenemos que poder tener un puerto. Tenemos que poder tener un aeropuerto. Este es el primer mensaje que quiero dar. El segundo mensaje es que para parar el derramamiento de sangre, necesitamos mirar cuáles son las causas subyacentes. Tenemos que mirar cómo funciona la ocupación. Tenemos que parar la ocupación. Netanyahu no le presta atención a nuestros derechos. Y hace meses, el Sr. Kerry trató abrir una ventana en el proceso de negociación para que podamos alcanzar nuestro objetivo de vivir sin ocupación, de tener nuestro Estado. Netanyahu ha matado nuestra esperanza, ha matado nuestro sueño, y mató también esa iniciativa estadounidense.
AMY GOODMAN: Ese era el líder de Hamas, Khaled Meshaal. En estos últimos minutos que nos quedan, Noam Chomsky, ¿podrías hablar acerca de las demandas de Hamas y de lo que estaba diciendo Khaled Meshaal?
NOAM CHOMSKY: Bueno, básicamente él repitió lo que tanto él como Ismail Haniyeh, y otros voceros de Hamas, vienen diciendo hace mucho tiempo. De hecho, si nos remontamos a 1988 cuando se creó Hamas, incluso antes de que se convirtiera en una organización activa, su líder, el jeque Yassin —que fue asesinado por Israel— y otros, presentaron propuestas de acuerdos que fueron rechazadas. Y la situación sigue siendo más o menos la misma. A esta altura, está bastante al descubierto. Hay que esforzarse para no ver lo que están diciendo. Hasta se puede leer en el diario The Washington Post. Lo que proponen es: ellos aceptan el consenso internacional de una resolución con dos Estados. Dicen: “Sí, establescamos un acuerdo de dos Estados, delimitando la frontera internacional”. No llegan a decir, o sea, no llegan al punto de decir: “Reconoceremos a Israel”, pero dicen: “Sí, lleguemos a un acuerdo que establezca dos Estados y una larga tregua, quizás de 50 años. Y luego veremos qué pasa”. Bueno, esa siempre ha sido su propuesta. Eso es mucho más de lo que ha propuesto Israel. Pero no es así cómo se presenta el conflicto. Lo que se lee es que lo único que quieren es destruir a Israel. Lo que se escucha son cosas como las que decía Bob Schieffer, que repite la propaganda israelí más vulgar. Pero realmente esa ha sido su postura. No es que sean buenas personas o sea, yo no votaría por ellos; pero esa es su postura.
AMY GOODMAN: Los daños en Gaza suman seis mil millones de dólares en este momento. Han muerto alrededor de 1.900 personas palestinas, de hecho no se sabe claramente el número, ya que todavía no han sido removidos todos los escombros. Hay medio millón de personas refugiadas. Unas 180.000 personas están alojándose en escuelas, en refugios. ¿Y qué pasará con el ciclo escolar? Porque se supone que empiezan clases en unas pocas semanas, pero hay gente palestina viviendo en las escuelas, convertidas en refugios improvisados. Entonces ¿cuál es la situación que se vive en este momento en el territorio, mientras se llevan a cabo las negociaciones en Egipto?
NOAM CHOMSKY: Bueno, hay una especie de consigna, que se viene usando hace años: Israel destruye, la gente de Gaza reconstruye y Europa paga. Seguramente ahora se dé algo así también, hasta que venga la próxima “cortada de cesped”. ¿Y qué va suceder? Pues a menos que la política exterior de Estados Unidos se modifique, lo más probable es que Israel continúe implementando las mismas políticas. No tienen motivos para detenerse, desde su punto de vista. Y esas políticas son, como mencioné antes, tomar lo que quieran de Cisjordanía e integrarlo a Israel, dejar a los palestinos que viven ahí en cantones inviables. Separarla de Gaza, mantener la dieta en Gaza, el estado de sitio. Y, por supuesto, controlar, mantener bajo control la zona oeste de los Altos del Golan; tratar de construir un Israel más grande. Eso no es por razones de seguridad, por cierto. Eso es los dirigentes israelíes lo tienen claro hace décadas. Diría que desde 1970, más o menos. Ezer Weizman, que fue general de la fuerza aérea y luego presidente, señaló, correctamente, que ocupar los territorios no mejora las condiciones de seguridad —de hecho, quizás las empeora— pero, también dijo, le permite a Israel vivir con el nivel y la calidad de vida que ahora goza. En otras palabras, que podemos ser un país rico, poderoso y expansionista.
AMY GOODMAN: Pero todo el tiempo estamos escuchando que Hamas llama en su acta constitutiva a la destrucción de Israel. ¿Y cómo se hace para garantizar que esos miles de misiles que amenazan al pueblo de Israel no sigan cayendo?
NOAM CHOMSKY: Muy simple. Primero que todo, el acta constitutiva de Hamas no significa prácticamente nada. Las únicas personas que le prestan atención son los propagandistas israelíes, que la aman. Fue un acta elaborada por un pequeño grupo de personas que estaban bajo sitio, siendo atacadas, en 1988. Y, básicamente, no significa nada. Hay otras actas constitutivas que sí significan algo, pero de esas no se habla. Por ejemplo, el programa electoral del partido que está en el gobierno de Israel, Likud, dice explícitamente que nunca podrá haber un Estado palestino al oeste del río Jordán. Y no sólo lo afirman en su acta constitutiva —y es un llamado a la destrucción de Palestina, explícitamente llama a eso— Y no solo lo tienen en su acta constitutiva, es decir, en su programa electoral, sino que además lo están implementando. Es una diferencia bastante grande con el acta constitutiva de Hamas.
AMY GOODMAN: Noam Chomsky es profesor del MIT, disidente político y lingüista de renombre mundial. Ha escrito más de un centenar de libros, uno de los últimos se titula “Gaza en Crisis”. Lo entrevisté el jueves, en medio del alto el fuego de 72 horas en Gaza. Esta fue la segunda parte de nuestra conversación. Si se perdieron la primera parte, pueden encontrarla en democracynow.org. También, visitando democracynow.org, pueden conseguir un DVD con la entrevista completa.
Traducido por Camila Osorio, Elia Gran, Veronica Gelman. Editado por Veronica Gelman, Clara Ibarra y Democracy Now! en Español