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Gran parte del discurso sobre el Estado de la Unión emitido por el presidente Obama se concentró en la economía y los esfuerzos por sostener la clase media con un impulso a la educación, el cuidado infantil y las exenciones impositivas. Pero ¿eso fue suficiente? Hablamos con Ralph Nader, defensor de larga trayectoria de derechos de los consumidores, crítico de las empresas y ex candidato presidencial. Su último libro se titula “Unstoppable: The Emerging Left-Right Alliance to Dismantle the Corporate State” (Imparable: la alianza emergente entre la izquierda y la derecha para desmantelar el estado corporativo).
Transcripción
JUAN GONZÁLEZ: Continuamos analizando el discurso del estado de la Unión del presidente Obama, en el que expuso su visión de sus últimos dos años en el cargo. Gran parte de su discurso se centró en la economía y en los esfuerzos para reforzar a la clase media con un empuje a la educación, la atención infantil y las exenciones fiscales.
PRESIDENTE BARACK OBAMA: Entonces, ¿qué necesita la economía de la clase media en nuestros tiempos? Primero, la economía de la clase media significa ayudar a las familias trabajadoras a sentirse más seguras en un mundo de cambios constantes. Eso significa ayudar a la gente a pagar el cuidado infantil, la universidad, la atención médica, una casa y la jubilación, y mi presupuesto abordará cada uno de estos asuntos, mediante la reducción de impuestos de las familias trabajadoras y la recuperación de miles de dólares en sus bolsillos cada año. Aquí tienen un ejemplo. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando hombres como mi abuelo se fueron a luchar, era muy importante para la seguridad nacional que las mujeres como mi abuela formaran parte de la fuerza laboral; por eso, el país empezó a ofrecer cuidado infantil universal. En nuestra economía actual, cuando tener a ambos padres en la fuerza laboral es una necesidad económica para muchas familias, hace falta tener cuidado infantil asequible de alta calidad más que nunca. No es algo que sea agradable tener. Es algo que necesitamos tener. Es hora de que dejemos de tratar el cuidado infantil como un tema secundario, o un tema de mujeres y lo tratemos como la prioridad económica nacional que es para todos nosotros. Y es por eso que mi plan hará que el cuidado infantil de alta calidad esté más disponible, y sea más asequible, para todas las familias de clase media y de bajos ingresos con niños pequeños en Estados Unidos; con más cupos y un nuevo recorte de impuestos de $3.000 por niño, por año.
AMY GOODMAN: Ese era el presidente Obama, ayer por la noche en su penúltimo discurso del estado de la Unión. Para más, nos acompaña Ralph Nader, defensor de los consumidores de larga trayectoria, crítico de las corporaciones, excandidato presidencial. Su último libro se llama: “Unstoppable: The Emerging Left-Right Alliance to Dismantle the Corporate State” (Imparable: la alianza emergente entre la izquierda y la derecha para desmantelar el estado corporativo). Y desde Rochester nos acompaña David Cay Johnston, periodista de investigación ganador de un Premio Pulitzer cuando trabajaba en The New York Times. Actualmente es columnista en Tax Analysts y Al Jazeera, así como colaborador de la revista Newsweek. Su último libro es:”Divided. The Perils of Our Growing Inequality” (Divididos. Los peligros de nuestra creciente desigualdad). Él nos acompaña desde la estación de PBS WXXI en Rochester.
Ralph, comencemos con usted. Hablenos son el asunto de la reducción de impuestos y de el aumento impositivo a los ricos.
RALPH NADER: Bueno, él fue demasiado vago en eso. Lo que debería haber hecho es decir que Ronald Reagan apoyó que los impuestos a las ganancias de capital y los dividendos fueran considerados como ingresos ordinarios, para que no hubiese esta división donde los ricos pagan impuestos más bajos en sus ganancias de capital o dividendos. Y él no propuso nada relacionado con los ingresos para los programas de obras públicas que promociona.
Usted sabe, Amy, el estado de la Unión es un discurso lleno de señales. Por lo que se dice, por cómo se dice y por lo que no se dicen. Y según ese criterio, no fue un discurso muy coherente. Hizo hincapié en las libertades civiles pero no mencionó lo que va a hacer con la renovación de los tristemente célebres disposiciones de la Ley Patriota. Dijo que debería haber más producción de petróleo y gas, y luego advirtió de los peligros del cambio climático. Dijo que los sindicatos y las voces de los trabajadores deberían fortalecerse, y luego apoyo el acuerdo comercial Transpacífico, que deslocaliza los puestos de trabajo, y quiere llevarlo al Congreso por una vía rápida que que prohíbe enmiendas y deja sin voz a los sindicatos, evitando que participen en las deliberaciones.
Ni siquiera mencionó los cientos de miles de millones de dólares de fraude comercial a los pacientes del Medicare y Medicaid en el sector privado— cientos de miles de millones de dólares que van a parar a la delincuencia empresarial que nunca se mencionan. Él podría haber hecho una convergencia con los republicanos sobre la auditoría del Pentágono, lo que suena aburrido, pero es un gran problema que las bases de ambos partidos apoyan, en contraste con el liderazgo en el Congreso. Él podría haber logrado ese acuerdo con facilidad, porque como senador, el senador Obama se asoció con el Senador Coburn, el republicano, para poner en Internet el texto completo de cientos de miles de millones de dólares de los contratos corporativos, para que los competidores, los contribuyentes, los medios de comunicación, el mundo académico puedan analizar y eliminar el fraude y la corrupción.
También que dijo de nuevo: “Cerremos Guantánamo”. Hemos escuchado esa canción antes. De nuevo, no mencionó nada en absoluto sobre el conflicto entre israelíes y palestinos.
Y creo que lo que es más preocupante es lo que evitó diciendo que necesita desesperadamente financiación para sus programas, como las guardería infantiles, etcétera. Y no mencionó la presión de los republicanos sobre el presupuesto fiscal, por lo que ahora la agencia tributaria no puede empezar a recolectar los 300 mil millones de impuestos que se evaden cada año. Eso son 300 mil millones de impuestos evadidos, no impuestos eludidos, sobre lo que David Cay Johnston puede hablar extensamente.
Por lo tanto, creo que se perdieron una gran cantidad de oportunidades. Y el discurso no fue suficientemente específico. No fue lo suficientemente coherente. Podría haber tratado de alcanzar una mayor convergencia con los republicanos, como señalo detalladamente en mi libro, “Unstoppable: The Emerging Left-Right Alliance to Dismantle the Corporate State” (Imparable: la alianza emergente entre la izquierda y la derecha para desmantelar el estado corporativo).
Traducido y editado por Igor Moreno Unanua y Democracy Now! en Español.