“Quiero un mundo en paz”: el líder laborista británico Jeremy Corbyn se opone al bombardeo en Siria

Reportaje08 de diciembre de 2015

Hace tres meses, Jeremy Corbyn conmocionó al mundo cuando tras ser elegido titular del Partido Laborista de Gran Bretaña, se convirtió en líder de la oposición del país y prometió llevar al Partido Laborista a sus raíces, impulsando la renacionalización del transporte público, la enseñanza universitaria gratuita, el control de la renta y un salario nacional máximo que limite los salarios excesivos. Corbyn es un activista de larga trayectoria por la paz y fue titular de la Coalición para detener la guerra. La semana pasada votó contra el pedido de autorización del primer ministro David Cameron para iniciar bombardeos en Siria. Un día antes de la votación, Cameron acusó a Corbyn de simpatizar con los terroristas por oponerse a los ataques aéreos. En la Cumbre de la ONU sobre el cambio climático que se realiza en París, Amy Goodman entrevistó Jeremy Corbyn, la primera entrevista televisiva y radial estadounidense desde su elección como líder laborista. Corbyn analiza por qué se opuso a los bombardeos en Siria, rechazaría el uso de una bomba nuclear en cualquier parte si fuera primer ministro y su pedido de determinar quién financia al grupo Estado Islámico.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: Estamos transmitiendo en vivo desde la COP21, la Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático en París, Francia. Hace tres meses, la elección de Jeremy Corbyn como líder del Partido Laborista de Gran Bretaña conmocionó al mundo. Esta elección lo convierte oficialmente en el líder de la oposición en el país. Corbyn ha prometido recuperar las raíces socialistas del Partido Laborista, promoviendo la renacionalización del transporte público, la gratuidad en la matrícula universitaria, el control de la renta y un salario máximo a nivel nacional, que pondría un tope a los sueldos más altos. Corbyn es un activista de larga trayectoria por la paz y fue presidente de la coalición contra la guerra “Stop the War”.

Bueno, la semana pasada fue el primero en votar en contra del pedido de autorización del primer ministro David Cameron para iniciar bombardeos en Siria. Un día antes de la votación, Cameron lo había acusado de ser un “simpatizante del terrorismo” por oponerse a los ataques aéreos. Tuve la oportunidad de conversar con Jeremy Corbyn anoche en París, en su primera entrevista de radio y televisión para EE.UU. desde su elección como líder Laborista.

AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informe “Guerra y Paz”. Soy Amy Goodman. Estamos en París, Francia, con quien fuera elegido hace pocos meses líder del Partido Laborista de Gran Bretaña, el principal partido de la oposición del país. Jeremy Corbyn, es genial tenerte con nosotros.

JEREMY CORBYN: Un placer estar con ustedes, Amy.

AMY GOODMAN: Entonces, ¿cómo fue que lo lograste?

JEREMY CORBYN: Bueno, lanzamos la campaña por la dirección del Partido Laborista después de la derrota en las elecciones generales de mayo. Todos estábamos, obviamente, muy tristes por haber perdido las elecciones generales. Y sentí que habíamos perdido por varios motivos. Uno era que no estábamos proponiendo una alternativa que se opusiera lo suficiente a los programas de austeridad presentados por el gobierno demócrata, conservador y liberal. Y varios colegas del Parlamento, y otra gente fuera del Parlamento, me preguntaron si yo estaba dispuesto a disputar las elecciones por el liderazgo del partido. Lo estaba. Al principio los medios de comunicación nos ignoraron completamente. No sé cuánto sabes de apuestas, pero nos daban 200 a 1 probabilidades de ganar. Así que resultó ser una buena inversión.

Y lanzamos nuestra campaña participando en debates públicos en Hastings y luego viajamos por todo el país. Hicimos un centenar de eventos en diferentes pueblos y ciudades por toda Gran Bretaña. Y se juntó un montón de gente; jóvenes, viejos, gente de todos los sectores, todos participaron. Y fuimos teniendo cada vez más apoyo porque estábamos proponiendo una apertura en la política británica. Y el resultado, bueno: ganamos con el 60% de los votos, el mayor número de votos emitidos que se registre en elecciones internas de un partido en Gran Bretaña. Y la membresía del Partido Laborista ha llegado ahora a 400.000 personas, en seis meses ha llegado a más del doble de lo que era. Así que ha sido un período interesante.

AMY GOODMAN: Hace poco hubo una votación importantísima, que ustedes perdieron, sobre el bombardeo a Siria. Tú te opusiste. Dentro de tu partido había gente a favor y gente en contra. ¿Cómo interpretas esto? Y casi inmediatamente después, Gran Bretaña comenzó a bombardear Siria.

JEREMY CORBYN: Estoy en el Parlamento desde 1983 y me he involucrado en muchos asuntos durante este tiempo. De hecho, tú y yo nos conocimos en acciones contra la guerra de Irak en 2003. Lo que pasó en París fue horrible, vergonzoso, repugnante. Y esta tarde pasé por uno de los cafés afectados en el ataque para firmar un libro de conmemoración. Pero ¿es la respuesta a eso bombardear Siria o la respuesta es generar y acelerar un verdadero diálogo político que, a fin de cuentas, es lo único que puede lograr la paz en Siria? Yo estoy a favor del diálogo político, no de la intervención militar.

Sabía que iba a ser un tema difícil en el Parlamento británico y un tema difícil dentro de mi propio partido. Y yo soy un líder, no un dictador. Quiero convencer a la gente, no amenazarla ni controlarla. Así que decidí permitir que todos nuestros miembros en el Parlamento votaran libremente sobre el tema —que expresaran sus propias opiniones al respecto— y también consultar a las bases. Entonces lo que hice fue escribir un correo electrónico a los 400.000 miembros de nuestro partido. Y la respuesta que recibimos fue enorme, con un 75% declarándose contra el bombardeo. E invité a los miembros de mi grupo parlamentario lo que ustedes llamarían caucus, a votar en contra. Y tres cuartos —bueno, el 60%— lo hizo, y hubo un grupo más chico que votó a favor del bombardeo. Y de mi propio “Gabinete en la Sombra”, la mayoría votó en contra del bombardeo. Y espero que esto se interprete como una señal de que el Partido Laborista está buscando soluciones pacíficas a los problemas del mundo. Pero sobre todo, vamos a pedir a nuestro gobierno que rinda cuentas. Sé que el voto no resultó como yo quería y sé que el bombardeo comenzó unas horas más tarde.

AMY GOODMAN: ¿Cómo sería una solución diplomática?

JEREMY CORBYN: Una solución diplomática sería algo así: un proceso de Viena que incluya al gobierno sirio y a todos los gobiernos vecinos —Irán, Irak, Turquía; que incluya a todos esos países— y también a Jordania, claro. Que se involucren todos los países del Consejo de Cooperación del Golfo. Que participen Rusia y la Unión Europea. Que participe EE.UU. Nada de esto es fácil. Pero ¿vamos a dejar que todos estos grupos rivales se metan en una guerra de poder, en lo que es ya una guerra civil de cuatro facciones en Siria? ¿O será que podemos reunir a varios de estos grupos y conseguir al menos que se declare un alto al fuego en la guerra civil Siria y que se aísle verdaderamente a ISIL en cuanto a su acceso al dinero, armas y las vías para vender petróleo?

AMY GOODMAN: Háblanos sobre el papel de Arabia Saudita en todo esto.

JEREMY CORBYN: Bueno, me preocupa la venta de armas que se está realizando en la región, una enorme venta de armas a Arabia Saudita. Y también en varias ocasiones he cuestionado la situación de derechos humanos en Arabia Saudita. Y de hecho, en el discurso que di en la conferencia anual del partido en Brighton, en septiembre, planteé como cuestión a discutir la negociación de un contrato de una prisión británica en Arabia Saudita, así como la condena a muerte de Mohammed al-Nimr, un joven cuya única culpa fue participar en una protesta. Ese discurso, sumado al brillante trabajo de muchas, muchas otras personas —no fui sólo yo— ayudó a que Gran Bretaña decidiera retirarse del contrato de esa prisión. Y también contribuyó a la liberación de un hombre mayor, un británico que estaba preso en Arabia Saudita y a evitar la ejecución de otros presos.

Tenemos que seguir ejerciendo presión. Pero otro tema que me preocupa es de dónde viene el apoyo financiero que tiene ISIL. Y por eso he pedido a nuestro gobierno, como de hecho le pedimos a todos los gobiernos, que investiguen a los bancos, que investiguen su sistema bancario. ¿Quién está lavando ese dinero? Que busquen la marca del fabricante en las armas que utiliza ISIL. Todas esas armas salieron de algún lado. Alguien les está vendiendo armas. Pero también que prestemos atención a la forma en que las comunidades son tratadas en el mundo, para que podamos aislar a ISIL por lo que realmente es, pero sin culpabilizar a la gente musulmana ni a otras comunidades. El antisemitismo, la islamofobia, el racismo, son todas formas de una misma intolerancia. Tenemos que oponernos a todas ellas y acercar a las comunidades entre sí.

AMY GOODMAN: Jeremy Corbyn, el primer ministro David Cameron dijo que eras un “simpatizante del terrorismo” por oponerte a los ataques aéreos. Tú le has exigido una disculpa.

JEREMY CORBYN: Se le pidió varias veces que pidiera disculpas. De hecho, durante mi discurso en el Parlamento hice un paréntesis para invitarlo a eso, diciendo: “Primer ministro, en esta época no caben las afirmaciones de ese tipo. ¿Puede por favor pedir disculpas por su comentario? No sólo a mí, sino a todas las personas que puedan llegar a opinar como yo”. Se negó a hacerlo. La gente puede sacar sus propias conclusiones. Yo quiero un mundo en paz. No me interesan las bombas. No me interesan las guerras. Me interesa la paz. Y creo que comentarios como ese no están a la altura del cargo que él ocupa.

AMY GOODMAN: Tú ocupas actualmente el mismo cargo que ocupó alguna vez Tony Blair -Tony Blair, el ex primer ministro que emitió una especie de mea culpa sobre Irak, sobre la invasión de Irak, diciendo que… Bueno, veamos el video

FAREED ZAKARIA: Al ver el ascenso de ISIS, mucha gente señala la invasión de Irak como la causa principal. ¿Usted qué dice?

TONY BLAIR: Creo que hay elementos de verdad en eso. Pero creo que, una vez más, tenemos que tener mucho cuidado; de lo contrario podemos malinterpretar lo que está pasando hoy en Irak y en Siria. Por supuesto, no se puede decir que quienes hicimos caer a Saddam en 2003 no tenemos ninguna responsabilidad por la situación de 2015.

AMY GOODMAN: Esa era parte de la respuesta de Tony Blair a la pregunta de Fareed Zakaria de CNN sobre la posibilidad de que ISIS sea producto de la invasión de Irak. ¿Tu respuesta?

JEREMY CORBYN: Me pareció interesante. Yo he disentido fundamentalmente con Tony Blair, cuando era el líder de mi partido y primer ministro, sobre la cuestión de Irak. Y es interesante que en su entrevista con CNN haya dicho que uno de los efectos de la guerra de Irak es el crecimiento de fuerzas irracionales como ISIL. De hecho, el presidente Obama dijo algo bastante similar acerca de lo que percibe como efectos a largo plazo de lo sucedido en la región desde la guerra de Irak. Y yo creo que además de recordar lo sucedido en Afganistán e Irak, tenemos que pensar en lo de Libia. Occidente se puso a bombardear Libia para proteger a la gente de Bengasi de lo que parecía ser una amenaza inminente de parte de las fuerzas del coronel Gaddafi. Eso desembocó en una campaña de bombardeos por todo el país. La infraestructura pública del país fue destruida por completo. El sistema de gobierno fue destruido por completo. Y ahora lo que hay es un país enorme dominado por facciones rivales que siempre termina generando problemas en la región, con Túnez y otros países de la zona. Lo mismo, fue algo decidido políticamente desde Occidente, al igual que fue política de Occidente la implementación, después de la invasión a Irak en 2003, de una política de desbaathificación que destruyó de hecho todas las estructuras… las estructuras cívicas normales de la sociedad, que hace más de 10 años se están intentando reconstruir, sin lograrlo todavía.

AMY GOODMAN: Según el periódico The Independent, un general declaró anónimamente que las fuerzas armadas harían un golpe de estado o se amotinarían si tú llegaras a ser primer ministro.

JEREMY CORBYN: Bueno, he intentado rastrear la fuente de esta declaración. Nadie se ha hecho cargo. Le escribí al secretario de estado para la defensa pidiéndole que le recuerde a la gente que vivimos en una democracia, donde se vota para elegir los miembros del Parlamento, a partir del cual se forma el gobierno, y que se elige un gobierno que va a gobernar el país bajo un mandato democrático. Toda la gente que trabaja en el sector público debería reconocer ese mandato democrático. Eso incluye a los generales.

AMY GOODMAN: Hubo una pregunta que te hizo la BBC sobre si lanzarías una bomba nuclear, a lo que respondiste que no, que generó mucha polémica. ¿Podrías dar tu mirada sobre esto?

JEREMY CORBYN: Bueno, he pasado toda mi vida oponiéndome a las armas nucleares, y cuando me preguntaron si yo estaría dispuesto a utilizar armas nucleares, creo que mi respuesta fue la que todo el mundo esperaba de mí. Y bueno, así lo veo yo.

AMY GOODMAN: ¿Qué sentiste —después de compartir tantos años junto al fallecido Tony Benn en la coalición pacifista Stop the War— al ver a su hijo, Hilary Benn, hablando en el Parlamento a favor del bombardeo sobre Siria?

JEREMY CORBYN: Tony Benn y yo eramos muy cercanos, fuimos amigos muy cercanos por 30, 40 años. Nos contábamos muchas cosas y éramos grandes amigos. Y poco antes de su muerte estuve con él, hablando de posibles escenarios para el mundo y perspectivas de paz. Y me pone muy triste que se haya ido. Él me enseñó muchísimo. Le enseñó muchísimo a muchísima gente. Y él hizo algo que yo no he hecho: llevaba un diario de todo lo que hacía e iba aprendiendo de él. Así que tal vez yo debería hacer lo mismo. Creo que no deberíamos esperar que las personas sean de uno u otro modo en base a sus relaciones familiares. Cada quien construye su propia opinión. Cada quien toma sus propias decisiones. Y yo no quisiera meterme en una discusión de ese tipo.


Traducido por Juliana Jimenez. Editado por Verónica Gelman, Clara Ibarra y Democracy Now! en Español.

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