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Fuertes tormentas que empezaron la semana pasada en Texas y Oklahoma dejaron un saldo de por lo menos 23 muertos y los daños son tantos, que el gobernador de Texas, Greg Abbott, declaró zona de desastre a casi cuarenta condados. En Houston, muchas autopistas se convirtieron en ríos y más de mil autos quedaron sumergidos bajo el agua. El presidente Obama pidió asistencia federal para ayudar a que el estado se recupere, pero los esfuerzos de limpieza fueron interrumpidos el jueves porque las tormentas continuaban. Esta histórica inundación en Texas se produce cuando el estado apenas acaba de salir de una sequía extrema. Mientras tanto, varios candidatos presidenciales del Partido Republicano cuestionan el cambio climático. El senador de Texas Ted Cruz habló de “los alarmistas del cambio climático”. El ex gobernador de Florida Jeb Bush dijo que “el cambio climático fue cooptado por la extrema izquierda”.