El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pronunció su último discurso planificado sobre seguridad nacional el martes, en el que procuró defender su legado en la guerra contra el terrorismo. Durante su presidencia, Obama bombardeó siete países y amplió considerablemente el programa de aviones no tripulados. Muchos defensores de los derechos humanos han criticado las políticas de Obama, en particular la guerra con aviones no tripulados, como una ampliación y legalización de las políticas del presidente George W. Bush. Durante su discurso, Obama también instó al cierre de la prisión militar de Bahía de Guantánamo, una promesa realizada hace ocho años, durante su campaña electoral, que su Gobierno no ha cumplido. Obama también intentó alejarse de las propuestas de Donald Trump, entre ellas la de reinstaurar el registro de inmigrantes provenientes de países mayoritariamente musulmanes, política que entró en vigor tras el 11 de septiembre. El presidente Obama habló en la Base Aérea MacDill, en Tampa, Florida.
El presidente Barack Obama declaró: “Estados Unidos de América no es un país que impone pruebas religiosas a cambio de la libertad. Somos un país que fue fundado para que la gente pueda practicar su fe como lo decida. Estados Unidos de América no es un lugar donde algunos ciudadanos deben ser sometidos a un mayor examen o llevar un documento de identidad especial o demostrar que no son un enemigo interno. Somos un país que ha derramado sangre y se ha sacrificado en contra de ese tipo de discriminación y arbitrariedad, aquí en nuestro país y en el resto del mundo”.