Informe especial desde el bosque ocupado: conozca a los activistas que luchan contra la mayor mina de carbón a cielo abierto de Europa

Reportaje15 de noviembre de 2017

Democracy Now! continúa con la cobertura periodística desde la COP23 en Bonn Alemania. En esta ocasión, viaja al bloqueo de la mina de carbón Hambach, la mayor mina de carbón a cielo abierto de Europa. Los activistas afirman que la mina extrae un forma extremadamente sucia de carbón llamada lignito, también conocido como carbón marrón, que provoca las emisiones de CO2 más elevadas que cualquier otro tipo de carbón cuando se lo quema. Durante más de cinco años han estado luchando a favor del cierre de la mina y contra la tala del resto del bosque para hacer lugar al proyecto en expansión. Sólo está en pie el 10 por ciento del bosque original.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: El domingo viajamos con el equipo de Democracy Now! a un bosque de 12.000 años de antigüedad ubicado al oeste de Alemania, donde activistas luchan contra la mina de carbón a cielo abierto más grande de Europa. La enorme mina de Hambach tiene 85.000 metros cuadrados, es como la mitad de Washington DC. Allí se extrae un tipo extremadamente contaminante de carbón llamado lignito, también conocido como carbón pardo, que al ser quemado genera mayores emisiones de CO2 —o dióxido de carbono— que cualquier otro tipo de carbón. Los activistas vienen luchando hace más de cinco años para que se cierre la mina y para impedir que se tale lo que queda del bosque en pos de la expansión del proyecto. Actualmente solo queda el 10% del antiguo bosque. Así que el domingo, cuando veníamos para aquí, nos metimos por un camino de tierra, nos quedamos en el lodo y tuvimos que empujar el auto. Pero justo ahí nos topamos con una activista de la cercana ciudad de Colonia, que estaba en la entrada de este bosque mermado.

ANNA PRIESS: Mi nombre es Anna Priess.

AMY GOODMAN: Dinos dónde estamos ahora.

ANNA PRIESS: Estamos en Renania, en Renania del Norte-Westfalia, Alemania. Renania es una de las mayores áreas con minas de carbón, donde se generan muchas emisiones malas, bueno, perjudiciales para todos nosotros. Y…

AMY GOODMAN: ¿Es esta una de las explotaciones de carbón más grandes de Europa?

ANNA PRIESS: Creo que es la más grande, la que produce la mayor cantidad de emisiones. Y como pueden ver aquí en la foto, ahora estamos en esta zona. Y antes todo esto era naturaleza, era bosque.

AMY GOODMAN: Nos está mostrando un mapa.

ANNA PRIESS: Y, sí… básicamente, el 90% del bosque ya ha sido destruido debido a la extracción de carbón. Y nos queda poco, menos del 10%. Y la gente está tratando de defender ese último 10%.

AMY GOODMAN: Entonces, ¿dónde vamos ahora?

ANNA PRIESS: Las vamos a llevar a la ocupación del Bosque de Hambach, donde hace cinco años, cinco años y medio, la gente está tratando de proteger lo poco que queda del Bosque de Hambach. Y se han construido alrededor de 22 casas en los árboles, donde las y los defensores del bosque viven permanentemente, durante todo el año. Y bueno, vamos a saludarlos.

AMY GOODMAN: Bueno vamos, a través del lodo.

ANNA PRIESS: A través del lodo.

AMY GOODMAN: A meter los pies en el lodo. Parece que hemos llegado a una barricada de ramas. ¿Por qué las ponen?

ANNA PRIESS: Bueno, se ponen como señal para que no entren personas que no queremos en el bosque, como la gente de la mina de carbón o la policía. Y como pueden ver, también hay un sendero pequeño, lo que indica que los peatones siempre son bienvenidos al bosque, pero no los vehículos.

AMY GOODMAN: ¿Puedes contarnos qué implica para la gente venir a vivir aquí?

ANNA PRIESS: Sí. Bueno, creo que es muy difícil vivir aquí, no hay agua corriente, no hay electricidad. La gente vive aquí todo el año y hace frío en invierno. Especialmente en invierno, hace mucho frío. Y luego en el verano es mejor, pero igual hay que traer agua de alguna manera. Hay que ver de dónde sacar electricidad para cocinar, para cargar los teléfonos celulares.

AMY GOODMAN: ¿Cuánto hace que están estas cabañas en los árboles?

ANNA PRIESS: La primera ocupación fue en 2012 y duró medio año. Y la segunda fue en 2014. Y desde 2014 hasta ahora siempre ha habido gente viviendo aquí.

AMY GOODMAN: Estamos paradas justo frente a una barricada que nos han pedido que no filmemos. Anna, ¿puedes leer el cartel que cubre la barricada?

ANNA PRIESS: Sí, dice: “No nos quieren aquí, pero aquí mismo estaremos”.

AMY GOODMAN: “No nos quieren aquí, pero aquí mismo estaremos”. Así que no vamos a filmar a los animales ni a la gente que están por aquí, y vamos a seguir hacia las casas en los árboles. ¿Puedes decirnos tu nombre?

ACTIVISTA: Preferiría no hacerlo, prefiero permanecer anónima.

AMY GOODMAN: ¿Eres de Alemania?

ACTIVISTA: No, no lo soy.

AMY GOODMAN: ¿Y eres parte de este bloqueo, de esta ocupación?

ACTIVISTA: Sí, he estado aquí por un par de meses.

AMY GOODMAN: ¿Por qué?

ACTIVISTA: Porque cuando estoy aquí, siento que estoy haciendo algo activamente. Al estar aquí, siento que lo que estamos haciendo tiene sentido. Estoy aprendiendo mucho sobre la represión, la opresión y el cambio climático. Y siento que al venir aquí estoy expresando una postura y ayudando a llamar la atención de los medios de comunicación y también a que la gente sepa sobre este lugar. Pero también, personalmente, me hace sentir que estoy haciendo algo por el planeta.

AMY GOODMAN: ¿Qué piensas sobre el hecho de que aquí muy cerca se esté realizando la cumbre de la ONU sobre cambio climático? Representantes de países de todo el mundo están reunidos allí para hablar sobre el tema del cambio climático.

ACTIVISTA: Es surrealista. Se siente surrealista. Además, estoy un poco enojada porque me temo que no se hará mucho, como ya ha ocurrido una y otra vez. Habrá promesas vacías y nada de acciones. No harán nada para que se deje de utilizar el carbón pardo ni para que se dejen de utilizar otros tipos de combustibles que son extremadamente ¿cómo se dice? contaminantes, sí.

AMY GOODMAN: ¿Y cuál sería el carbón pardo?

ACTIVISTA CLIMÁTICO: Bueno, se llama carbón de lignito, creo. Hay dos tipos de carbón. Hay carbón y hay carbón pardo. El carbón pardo es más destructivo para el medio ambiente porque para obtenerlo tienen que remover por completo capas de la tierra, como que se elimina todo el suelo. Y no se puede simplemente rellenar esas capas porque ya está todo contaminado. Además, su valor como combustible no es tan bueno como el del carbón normal. Es más contaminante. Es compacto, lo que quiere decir que emite más dióxido de carbono que el carbón normal.

AMY GOODMAN: Lo cual calienta más el planeta.

ACTIVISTA: Sí.

AMY GOODMAN: Estamos atravesando la barricada y caminando hacia lo que parece ser una aldea de casas en los árboles. Hay alrededor de 200 personas aquí para hacer un recorrido por la zona.

TAM: Mi nombre es Tam.

INDIGO: Soy Indigo.

AMY GOODMAN: Cuéntanos dónde estamos y lo que han hecho ustedes aquí. INDIGO: Bueno, estamos en una aldea de casas en los árboles en un bosque ocupado. Está ocupado hace más de cinco años. Y la ocupación tiene el objetivo de evitar la expansión de la mina. Entonces, no se trata solo de proteger el bosque, sino también de luchar contra el calentamiento global, porque esta zona de minería de lignito y plantas de energía a base de lignito es la mayor fuente de emisiones de dióxido de carbono de Europa.

AMY GOODMAN: ¿Cuánto tiempo llevan aquí?

INDIGO: Creo que eso no es tan importante. Hace un tiempo que estoy aquí.

AMY GOODMAN: ¿Y Tam?

TAM: No importa si estás aquí por una semana o por cinco años, estamos todos en la misma. Ocupamos los árboles. Establecemos nuestras vidas aquí. Y bueno, luchamos por un cambio sistémico, donde ya no sea posible que una empresa provoque la destrucción que genera RWE.

AMY GOODMAN: ¿Pueden explicarnos qué empresa es esa y qué está haciendo?

INDIGO: Bueno, RWE es una empresa multinacional que principalmente se dedica a la producción de energía a partir de la extracción de lignito, pero también exporta carbón mineral desde, por ejemplo, Colombia o China, donde también causa un daño enorme a los pueblos indígenas. También tiene plantas de energía nuclear. Y ahora además tiene una parte que se dedica a las energías renovables, ya que eso también da dinero ahora. Y les va muy bien con todo, porque no tienen que pagar los costos de la destrucción del medio ambiente que están generando con la extracción de lignito.

AMY GOODMAN: ¿Y pueden contarnos cómo es esta mina de carbón a cielo abierto? ¿Qué tan grande es?

INDIGO: Es casi tan grande como Colonia, la ciudad más cercana, que tiene más de 1 millón de habitantes.

AMY GOODMAN: ¿Y qué ha hecho la empresa… cómo ha respondido la empresa a esta ocupación?

INDIGO: Bueno, dicen que lo que hacen es legal y que… O sea, porque es algo legalizado por el sistema democrático. Entonces dicen que lo que ellos hacen está bien y que lo que nosotros hacemos es ilegal. Así que le han pedido a la policía que nos expulse, algo que ya han hecho en el pasado. Nosotros y nosotras vemos esto como una clara señal de que el problema es el sistema en el que vivimos. O sea, si es legal que una empresa destruya todo nuestro planeta, eso significa que es hora de luchar también contra el poder del Estado.

AMY GOODMAN: Índigo, ¿puedes leer la pancarta que está encima de tu cabeza, por favor?

INDIGO: “Querida RWE: ¡Respeta la existencia o encontrarás resistencia! Bosque de Hambacher”.

AMY GOODMAN: ¿Han tenido intentos de desalojo por parte de la policía? INDIGO: Bueno, el último gran desalojo fue hace tres años. La orden de desalojo está, pero es muy difícil y costoso para ellos llevarla a cabo. Eso quiere decir que… Además, nuestra regla es volver a ocupar el lugar a las pocas semanas después del desalojo. Así que nos dejaron tranquilos los últimos años porque saben que es un problema grande desalojarnos, lo que ya en sí es una pequeña victoria, porque esto nos dio tiempo para desarrollar más infraestructura aquí, armarnos tanto físicamente como mental y emocionalmente.

AMY GOODMAN: ¿Por qué es tan difícil desalojarlos? ¿Y cuánto poder policial traen para eso?

INDIGO: Bueno, es difícil desalojar a alguien que vive en una casa en un árbol. Por eso es tan eficiente este sistema, porque la casa en el árbol más alta está, me parece, a más 24 metros de altura. Así que primero tienen que entrar al bosque, y luego tienen que conseguir una grúa hidráulica y desalojarnos de las casas en los árboles. Además, en la mayoría de las casas en los árboles tenemos mecanismos para encadenarnos, lo que les dificulta poder sacar a la gente.

AMY GOODMAN: ¿A qué te refieres con mecanismos para encadenarse?

INDIGO: Es algo que nos permite engancharnos al árbol para que no sea tan fácil bajarnos.

AMY GOODMAN: ¿Tienen electricidad aquí?

INDIGO: Sí, tenemos algunos paneles solares en los árboles. Y de hecho, eso nos da suficiente energía para poder trabajar con la computadora desde aquí, para cargar nuestros teléfonos y tener luz eléctrica en algunas de las casas de los árboles. Y en la ocupación de la pradera también hay un molino de viento. Y como siempre hay sol o viento, entonces siempre tenemos electricidad.

AMY GOODMAN: ¿Viven temiendo una incursión policial?

INDIGO: No diría que tengo miedo de eso, porque estoy aquí para luchar. O sea, desde el primer día supe que la policía podía ingresar en cualquier momento. En realidad, eso me motiva a seguir.

AMY GOODMAN: ¿Podemos entrar a una de estas casas en los árboles?

INDIGO: Bueno, tenemos una a la que se puede subir por escalera. Para las demás, hay que trepar una cuerda. Pero podemos entrar a la que es accesible.

AMY GOODMAN: Acabamos de subir una escalera para llegar a una casa en el árbol. Índigo y Tam nos van a mostrar el lugar. Subimos una escalera y entramos a esta casa en el árbol. ¿Cuándo se construyó? ¿Pueden describirnos la casa y contarnos cómo vive la gente aquí?

INDIGO: A esta casa la llamamos la torre porque está construida sobre tres árboles y tiene tres pisos, así que es básicamente la casa más grande que tenemos aquí en los árboles. La mayor parte fue construida durante este verano, porque hicimos una gran campaña de resistencia y sabíamos que vendría mucha gente. Necesitábamos un espacio común más grande y también un espacio al que las personas pudieran subir sin necesidad de un arnés de escalada y sin tener que trepar una cuerda. Bueno, también con la idea de que hacer esto más accesible para personas con capacidades diversas. Entonces, esta es nuestra cocina comunal.

TAM: Y sala de estar.

INDIGO: Y sala de estar. Siempre cocinamos colectivamente. La mayoría de los alimentos que utilizamos lo recuperamos de la basura o son donaciones. Cocinamos comida vegana.

AMY GOODMAN: Y aquí tienen una estufa a leña.

INDIGO: Sí.

AMY GOODMAN: ¿Y cómo funcionan el fregadero y la cocina?

INDIGO: Bueno, la cocina funciona a gas. Lamentablemente, tenemos que cocinar con gas, porque es mucho más fácil. Y el fregadero simplemente se desagota afuera de la casa. Recolectamos agua de lluvia en el techo y la bajamos para lavar los platos y otras cosas. TAM: Aquí está la sala de estar y cocina, como ya mencionamos. Y arriba, hay un dormitorio comunal con lugar para que duerman 15 personas aproximadamente.

AMY GOODMAN: ¿Y desde aquí se puede ver toda la aldea?

INDIGO: Así es.

AMY GOODMAN: ¿Hay otras aldeas como esta en el bosque?

INDIGO: Sí, hay otras aldeas.

AMY GOODMAN: Me pregunto, Indigo, cómo te sientes estando aquí, en esta casa en el árbol, a varios metros sobre el suelo, sabiendo que no muy lejos de aquí se está realizando la COP, la cumbre de la ONU sobre cambio climático.

INDIGO: Bueno, de hecho me parece realmente una señal de lo absurdo que es creer que la gente que es responsable de provocar este desastre, que es el calentamiento global, sea la misma gente a la que confiamos su resolución; sabiendo que además están sacando provecho de esta situación. a Y bueno, de hecho, a solo unos kilómetros de la COP se encuentra la mayor fuente de dióxido de carbono de toda Europa. Y sí, para mí es realmente hipócrita. Se sientan allí a hablar sobre el calentamiento global y la justicia climática… y sí, me muestra que es hora de asumir la responsabilidad sobre nuestras propias vidas, de cambiar las cosas y crear un mundo en el que tengamos el poder de actuar, en vez de esperar que otras personas resuelvan los problemas. Tampoco creo en las soluciones técnicas. Creo que, bueno, se pone mucha esperanza en las soluciones técnicas y quizás puedan ayudar en algo, pero no vamos a frenar la destrucción del planeta si no superamos el capitalismo y la opresión. Y sí, definitivamente no es una buena idea reemplazar la minería de lignito por la energía nuclear. Ambas causan un daño enorme. Y para mí es una sola lucha, que es muy importante para mí. No estoy luchando solo contra la minería de lignito, estoy luchando contra todo tipo de explotación minera. Y eso significa luchar contra el capitalismo y significa luchar contra la opresión. Y por eso veo todo esto como una sola lucha.

AMY GOODMAN: ¿Alguna vez han hablado con alguno de los trabajadores de la mina?

INDIGO: Sí, tenemos contacto con ellos… por ejemplo, con los sindicatos mineros.

AMY GOODMAN: ¿Y ellos qué piensan?

INDIGO: Quieren mantener sus puestos de trabajo. Para mí es un tema muy difícil de abordar, porque es como que termina siendo una discusión racista, porque estamos hablando de entre 20,000 y 30,000 puestos de trabajo en Alemania que estarían en juego con esto, pero también estamos hablando de gente que ya está muriendo por el cambio climático en el sur global, hay miles de personas que mueren todos los días. Así que no quiero hablar… no quiero que la discusión sea sobre si la gente puede perder su empleo en la extracción de lignito.

AMY GOODMAN: ¿Puedes describirnos este bosque y su importancia? ¿Y quedaría algo de esto si la empresa RWE lograra expandir su mina de carbón a cielo abierto?

INDIGO: Bueno, sus planes son talarlo todo durante este año y hasta febrero del año que viene. Así que si todo va según lo planeado, entre ahora y febrero talarían todas las partes ocupadas del bosque. Esto significa que ahora es más importante que nunca resistir y es más importante que nunca interconectarnos y armar redes. y venir aquí a involucrarse.

AMY GOODMAN: ¿Qué tan fácil es ver la mina a cielo abierto?

INDIGO: Bueno, en realidad, RWE la tiene bastante bien escondida. Por ejemplo, si vas por la autopista cerca de donde están las excavaciones a cielo abierto —porque no es solo una, son varias— vas a ver unas colinas al lado de la autopista, y en las colinas hay paneles solares. Y hay árboles al costado de la autopista que dicen: “Árbol del año 2008”, “Árbol del año 2009”. Y de hecho, otra cosa absurda es que eso cuenta como reforestación, aunque todos los árboles están al lado de las autopistas. Pero además, RWE tiene una zona especial desde la cual se puede ver la mina, como un paseo con letreros en los que explican lo maravillosa que es la tecnología que usan y muestran que tienen las excavadoras más grandes del mundo, y cosas así. Y de hecho hay gente que va allí a pasear, como plan de domingo con sus hijos e hijas y hasta celebran bodas y otras fiestas.

AMY GOODMAN: ¿Hacen bodas en la mina a cielo abierto?

INDIGO: Sí, así es.

AMY GOODMAN: ¿Hay un restaurante ahí?

INDIGO: Hay un restaurante, sí.

AMY GOODMAN: ¿Qué piensas sobre eso? ¿Cómo se llama el restaurante?

INDIGO: Ni siquiera sé su nombre. O sea, la plataforma se llama “Terra Nova” que significa “Nueva Tierra”, eso ya me parece absurdo. Pero bueno, aquí decidimos también llamar “Terra Nova” a nuestro baño seco.

AMY GOODMAN: Nos estamos yendo del bosque ocupado y vamos a conducir unos 10 minutos hasta la mina de carbón a cielo abierto más grande de Europa. Es administrada por la empresa RWE Power. Está a apenas 10 minutos del bosque de Hambacher, donde estabamos hace un momento.

MILAN SCHWARZE: Soy Milan, Milan Schwarze. Soy parte de la organización Ende Gelände. En Ende Gelände, bueno, hacemos acciones de desobediencia civil contra la extracción de carbón, la minería de carbón en Alemania. Y bueno, nos parece muy necesario ir un paso más allá y poder meternos en las minas de carbón, minas como esta, y frenar las excavadores, detenerlas directamente con nuestros cuerpos.

AMY GOODMAN: Cuéntanos qué hicieron el domingo pasado, en la apertura de la Cumbre de la ONU sobre cambio climático.

MILAN SCHWARZE: Sí, fue una acción increíble. Mucha gente, alrededor de 3.000 personas, ingresamos a la mina de carbón. Primero hicimos una manifestación en uno de los pueblos cercanos a la mina.

MANIFESTANTES: ¡Déjenlo en la tierra! ¡Déjenlo en la tierra! ¡Déjenlo en la tierra! ¡Déjenlo en la tierra!

MILAN SCHWARZE: Y luego nos dividimos en cinco grupos. Tenemos una táctica para avanzar así. Y los grupos entraron a la mina de carbón y fueron directamente a una de las excavadoras. Y la policía hizo una fila frente a la excavadora y trató de protegerla, porque así es como funciona en Alemania: la policía protege a las emrpesas mineras.

AMY GOODMAN: A ver, estas son las enormes máquinas excavadoras.

MILÁN SCHWARZE: Sí.

AMY GOODMAN: ¿Qué tan grandes son?

MILÁN SCHWARZE: 250 metros de largo y 90 metros de alto. Son las excavadores más grandes del mundo. La gente formó un gran círculo, para que la policía no pudiera acorralarnos. Y entonces la policía empezó a empujar a la gente, incluso usando caballos. Y un policía empujó a una mujer, una activista, contra un caballo, y el caballo pasó sobre ella.

AMY GOODMAN: ¿La pisó?

MILAN SCHWARZE: Sí, pasó sobre su la espalda. Fue una locura ese momento. Y luego la policía también roció gas pimienta sobre la gente. Fue un momento muy malo de la manifestación. Pero me parece que el área era demasiado grande y nosotros éramo muy fuertes, así que la policía no pudo detenernos.

AMY GOODMAN: ¿Así que lograron detener esta enorme excavadora?

MILAN SCHWARZE: Sí, detuvimos toda la mina.

AMY GOODMAN: Detuvieron completamente el funcionamiento de la mina ese día.

MILÁN SCHWARZE: Sí. Y fue genial, una sensación genial y un momento muy poderoso. Creo que es una señal de esperanza que le mandamos al mundo. Una forma de decir: “Podemos detener a estas empresas de m…, podemos detener los combustibles fósiles, podemos hacerlo nosotros y nosotras mismas, con nuestros propios cuerpos, resistir frente a las excavadoras, resistir ante la destrucción, detenerla y proteger lo que realmente amamos”.

MANIFESTANTES: ¡Somos imparables! ¡Otro mundo es posible! ¡Somos imparables! ¡Otro mundo es posible!

AMY GOODMAN: “¡Somos imparables! ¡Otro mundo es posible!” Eso cantaban las miles de personas que tomaron la mina de carbón a cielo abierto de Hambach hace dos fines de semana, logrando detener temporalmente el funcionamiento de la mina de carbón a cielo abierto más grande de Europa. Después de la pausa, escuchen lo que respondió a Democracy Now! el asesor sobre cambio climático del gobierno de Trump, David Banks, y las opiniones del científico Kevin Anderson, especializado en cambio climático.

[pausa]

AMY GOODMAN: Escuchábamos la Sinfonía (Pastoral) No. 6 de Beethoven. Ludwig van Beethoven nació aquí en Bonn, Alemania, en 1770.

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