El jueves, en Washington DC, los propietarios de un restaurante local presentaron una demanda contra el presidente Donald Trump, en la que alegan estar perdiendo clientes por la competencia desleal del Trump International Hotel. Los propietarios de Cork Wine Bar afirman que han perdido clientes que buscan ganarse el favor del presidente. Este es Steven Schooner, abogado de los demandantes.
Schooner declaró: “Actualmente, se trate gobiernos extranjeros, lobistas o grupos de intereses especiales, no hay forma más fácil de dirigir dinero directamente al presidente de Estados Unidos, sin ningún tipo de transparencia, que invertir en el hotel o los restaurantes del presidente, o en eventos que se realicen en sus instalaciones”.
En la Casa Blanca, el secretario de prensa Sean Spicer respondió sobre la demanda.
Spicer expresó: “En la conferencia de prensa de diciembre en la Torre Trump, el presidente dejó muy claro que no tiene conflictos [de intereses] y que ha seguido todas las indicaciones que le han dado, y que incluso ha ido más allá de lo que era necesario hacer”.
Como presidente, Trump ha rechazado lo aconsejado por expertos en ética, que era despojarse de sus amplios activos comerciales o crear un fideicomiso ciego, y en su lugar traspasó la gestión de la Organización Trump a sus hijos. El director de la Oficina de Ética Gubernamental declaró que esa decisión era “totalmente inadecuada”.