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Algunos años antes de apoyar a Donald Trump, la familia Mercer colaboró con la campaña de Arthur Robinson que intentó llegar al congreso desplazando al representante Peter DeFazio. Robinson era un candidato inusual, niega el cambio climático y habla de los efectos positivos de la radicación nuclear. Además, dirige el Instituto de Ciencia y Medicina de Oregon que almacena unas catorce mil muestras de orina humana. Robinson dijo que está tratando de encontrar nuevas formas de extender la vida de los seres humanos. La familia Mercer financió la campaña y el instituto de Robinson. La periodista Jane Mayer de The New Yorker informa que la familia Mercer también presionó para que Trump designara a Robinson como asesor científico. Jane Mayer escribe acerca de Robinson en un artículo de reciente publicación, “The Reclusive Hedge-Fund Tycoon Behind the Trump Presidency: How Robert Mercer exploited America’s populist insurgency” (El solitario magnate de fondos de inversión detrás de la presidencia de Trump. Cómo Robert Mercer aprovechó la insurgencia populista estadounidense).
Vea la entrevista con Jane Mayer en inglés, aquí.