Una escalofriante investigación hecha a nivel nacional en Canadá determinó que los frecuentes y generalizados desapariciones y asesinatos de mujeres y niñas indígenas constituyen un genocidio del que el Gobierno en sí mismo es responsable. Los hallazgos fueron anunciados por la Investigación Nacional Canadiense de la Desaparición y el Asesinato de Mujeres y Niñas Indígenas en una ceremonia realizada el lunes 3 de junio, a la que asistieron el primer ministro, Justin Trudeau, y familiares de las víctimas. Muchos de los asistentes llevaban flores rojas en conmemoración de las muertas. La investigación nacional se convocó en el año 2014, luego que se encontrara el cuerpo de Tina Fontaine de quince años de edad y miembro del pueblo originario Sagkeeng en el río Rojo en Winnipeg, Manitoba. El informe llega tras décadas de angustia e indignación de las comunidades indígenas que han pedido mayor atención ante las numerosas muertes y desapariciones de niñas y mujeres indígenas, personas dos espíritus, lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer, cuestionadoras, intersexuales y asexuales. Unos 1.500 familiares de víctimas y sobrevivientes declararon en la comisión y describieron la violencia, el estado de abandono por parte del Estado y “los estereotipos racistas y sexistas generalizados” que llevaron a la desaparición o muerte de casi 1.200 mujeres y niñas entre los años 1980 y 2012. Los activistas indígenas afirman que el número podría ser muy superior dado que muchas muertes no se denuncian y no quedan registradas.
Para saber más de este tema, puede ver la conversación que mantuvimos (en inglés) con Marion Buller y Robyn Bourgeois. Buller es la jefa de comisionados de la Investigación Nacional Canadiense de la Desaparición y el Asesinato de Mujeres y Niñas Indígenas. Bourgeois es profesora asistente del Centro para los Estudios de Género y de las Mujeres de la Universidad de Brock.