El primer ministro de Sri Lanka renunció el lunes 9 de mayo tras semanas de manifestaciones sociales contra la peor crisis económica en la historia de ese país insular, que provocó el aumento desmedido de los precios de los alimentos y el combustible. La renuncia del primer ministro, Mahinda Rajapaksa, se produjo después de que simpatizantes del partido gobernante irrumpieran en un acampe de protesta en Colombo, ciudad capital, donde atacaron a manifestantes y provocaron enfrentamientos con la policía. El presidente Gotabaya Rajapaksa, hermano del primer ministro saliente, ha declarado el estado de emergencia y sigue en el poder, a pesar de que los manifestantes exigen la renuncia de todos los miembros de la dinastía que ha dominado la escena política de Sri Lanka durante décadas. “La pésima gestión de nuestra economía por parte de este régimen, sumada a una historia de políticas neoliberales, es lo que ha puesto de rodillas a Sri Lanka”, dice Ahilan Kadirgamar, economista político y profesor titular de la Universidad de Jaffna en el norte de Sri Lanka.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Ahilan Kadirgamar.