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El Gobierno de Cuba ha publicado imágenes que muestran a un individuo lanzando dos bombas molotov dentro del complejo de la embajada cubana en Washington D.C. el domingo 24 de septiembre y está denunciando el hecho como un ataque terrorista. Si bien se está llevando a cabo una investigación, aún no se ha detenido a nadie por el ataque. El viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, plantea que su país está exigiendo una investigación rápida y añade que este es el más reciente de una serie de ataques contra misiones diplomáticas cubanas ocurridos en los últimos años. Por otro lado, Fernández de Cossío habla de la creciente presión internacional que existe para que el Gobierno de Biden levante el bloqueo a Cuba y lo elimine de su lista de Estados patrocinadores del terrorismo. “La relación de Cuba con el terrorismo es de víctima”, señala acerca de la calificación de país patrocinador del terrorismo, y con respecto a las sanciones afirma: “No tenemos muy claro cuáles son sus motivos, más allá del deseo de hacerle la vida lo más insoportable posible al pueblo cubano como una forma de tratar de obtener concesiones políticas del Gobierno”.
Transcripción
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman.
El Gobierno de Cuba ha publicado imágenes del momento en que un individuo lanzó dos cócteles molotov hacia la Embajada cubana en Washington D.C. el pasado 24 de septiembre. Las autoridades cubanas condenaron las acciones como un ataque terrorista, mientras que el Gobierno de Biden ha denunciado el asalto, pero no lo llamó terrorismo. El hecho está siendo investigado pero aún no se han realizado arrestos. Según el Gobierno cubano, este es el más reciente de una serie de ataques contra misiones diplomáticas cubanas en los últimos años. Este último se produjo en medio de la creciente presión internacional para que el Gobierno de Biden levante el embargo y elimine a Cuba de su lista de Estados patrocinadores del terrorismo. El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, habló ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, donde destacó la urgencia de un nuevo contrato global más justo.
PRESIDENTE MIGUEL DÍAZ-CANEL: El G77 se fundó hace seis décadas para remediar “siglos de injusticia y abandono. Y en el convulso mundo actual se ven enredados en una maraña de crisis mundiales donde la pobreza va en aumento y el hambre es cada vez mayor”. Nos unió la necesidad de cambiar lo que no ha sido resuelto y la condición de víctimas principales de la actual crisis multidimensional global; del abusivo intercambio desigual; de la brecha científica-tecnológica; y de la degradación del medio ambiente.
Pero también nos unen, desde hace más de medio siglo, el desafío ineludible y la determinación de transformar el orden internacional actual, que además de excluyente e irracional, es insostenible para el planeta e inviable para el bienestar de todos.
AMY GOODMAN: Justo antes de la Asamblea General de la ONU, Cuba fue sede de la Cumbre del G77, en la que los países de bajos y medios ingresos hicieron un llamado para un cambio en el orden internacional. La cumbre, a la que también asistió China, se produjo mientras aumenta la frustración contra las potencias occidentales y las divisiones sobre la guerra en Ucrania, todo esto en el contexto de la lucha contra la crisis climática en el sistema económico mundial, y mientras muchas naciones del Sur Global enfrentan deudas sin precedentes, el aumento de los costos de vida y el empeoramiento de las crisis económicas. El presidente cubano también habló sobre la deuda global ante la ONU.
PRESIDENTE MIGUEL DÍAZ-CANEL: La mayoría de las naciones del G77 se ven compulsadas a destinar más recursos al servicio de la deuda que a inversiones en salud o educación. ¿Qué desarrollo sostenible puede alcanzarse con ese dogal al cuello?
AMY GOODMAN: Para más, nos acompaña en Nueva York Carlos Fernández de Cossío, viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba. Bienvenido de nuevo a Democracy Now!, es un gusto tenerle con nosotros. ¿Puede empezar hablando del ataque a la Embajada cubana en Washington D.C.? Cuba ha publicado un vídeo que muestra el momento en el que se lanzaron los cócteles molotov al complejo.
CARLOS FERNÁNDEZ DE COSSÍO: Lo que ocurrió esa noche fue que un individuo, que no se ha podido identificar, se paró en la calle 16 de la capital de los Estados Unidos, en Washington, y lanzó sobre la cerca de la embajada dos cócteles molotov contra la fachada del edificio. Esto, en cualquier circunstancia y prácticamente en cualquier país del mundo, se le considera un acto terrorista, ocurrido en la capital de los Estados Unidos, lo que pudiera ocurrir contra cualquier otra misión diplomática.
Nosotros esperamos una investigación, una investigación que esperamos sea rápida, que concluya pronto y que catalogue o califique y trate este asunto como lo que es: un acto terrorista. Hay que recordar que existe una trayectoria de ataques terroristas contra misiones diplomáticas en Estados Unidos y fuera de aquí, y la mayor parte de ellos han sido llevados a cabo por personas radicadas en los Estados Unidos y desde aquí se han organizado, financiado e incluso perpetrado algunas de estas acciones.
AMY GOODMAN: ¿Qué está pidiendo?
CARLOS FERNÁNDEZ DE COSSÍO: Nosotros buscamos, o pretendemos, que exista una investigación rigurosa que no demore mucho y que se penalice esta actividad como lo que es; y que pueda haber un mensaje suficientemente claro de parte del Gobierno de los Estados Unidos de que el terrorismo contra la misión diplomática de Cuba, o contra la misión diplomática de cualquier país, no es tolerado, que no se puede actuar con impunidad con actos violentos contra Cuba, como ya ha ocurrido y como ocurrió recientemente en el año 2020 con un individuo que disparó 32 cartuchos con una ametralladora semiautomática contra el edificio de la Embajada.
AMY GOODMAN: ¿Qué significaría que el presidente Biden llamara a esto un acto terrorista, a pesar de que sí condenó el acto?
CARLOS FERNÁNDEZ DE COSSÍO: Pensamos que si el presidente lo llama como lo que es, un acto terrorista, fortalecería el mensaje respecto a la intolerancia de parte del Gobierno de los Estados Unidos contra estos actos, y la intolerancia y la no aceptación de que individuos u organizaciones puedan sentirse impunes al actuar contra la Embajada de Cuba o contra la Embajada de cualquier país.
AMY GOODMAN: Quiero pasar a la postura de Estados Unidos hacia Cuba. Este es el congresista demócrata de Massachusetts Jim McGovern, hablando sobre Cuba en la Cámara de Representantes.
REPRESENTANTE JIM McGOVERN: La política actual de Estados Unidos hacia Cuba se describe mejor como la continuación de las sanciones y políticas de Donald Trump. Nuestras políticas perjudican al pueblo cubano todos los días. Algo que Estados Unidos puede hacer para proporcionar un alivio es eliminar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. No hay absolutamente ninguna razón para que Cuba esté en esa lista, ninguna. Y eso tiene un impacto en casi todas las instituciones financieras y económicas mundiales. Muchos países europeos y aliados de Estados Unidos quieren ayudar a aliviar el sufrimiento del pueblo cubano, especialmente en las áreas de salud y necesidades básicas, pero sus manos están atadas debido a la inclusión en dicha lista y a sus onerosas restricciones y sanciones financieras. Nuestra política es un vestigio de la Guerra Fría y, francamente, es cruel.
AMY GOODMAN: Ese era el representante de Massachusetts Jim McGovern hablando en el hemiciclo de la Cámara Baja el 28 de septiembre. Carlos Fernández de Cossío, ¿puede hablar de los efectos de las sanciones, el embargo contra Cuba, y el hecho de que el Gobierno de Biden siga manteniendo el bloqueo? Recordemos que Biden fue vicepresidente de Obama, quien comenzó el proceso de normalización de las relaciones con Cuba.
CARLOS FERNÁNDEZ DE COSSÍO: La presencia de Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo es un acto de reforzamiento del bloqueo económico. No responde a ninguna justificación legítima, no responde a ningún razonamiento real con respecto al terrorismo. La única relación de Cuba con el terrorismo es como víctima, no como perpetrador. Pero al aplicarla y al aplicar esta designación que definió el Gobierno de Trump al final de su mandato, lo que hace es que el presidente Biden, lejos de seguir la práctica o la conducta o la actitud del Gobierno cuando él era vicepresidente, lo que hace es aplicar con absoluta lealtad la política de reforzamiento de bloqueo impuesta por el Gobierno de Trump; que es una política dirigida a causar daño, a perjudicar al pueblo cubano, a deprimir su nivel de vida, a deprimir su capacidad de consumo, su ingresos reales. Por tanto, hacerle la vida al cubano lo más difícil y, dentro de lo posible, lo más insoportable posible con el fin de obtener concesiones políticas de parte del Gobierno.
Como dijo el congresista, es una política cruel, pero es además una política violatoria del derecho internacional, violatoria de la Carta de las Naciones Unidas y rechazada por este hemisferio en su conjunto, por la Unión Europea, por la Unión Africana, por casi todos los miembros del continente asiático y del Medio Oriente. Hay prácticamente unanimidad en las Naciones Unidas en el rechazo a esta política. Pero el Gobierno de los Estados Unidos la sigue aplicando al considerar que no tiene un costo político, que lo puede hacer y le resulta barata.
AMY GOODMAN: El presidente brasileño, Lula, condenó el embargo cuando habló ante la Asamblea General de la ONU. El presidente de Cuba estuvo en México justo antes de dirigirse a las Naciones Unidas y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha prometido liderar un movimiento mundial contra el embargo. El presidente sudafricano, Ramaphosa, también condenó el embargo, así como hay congresistas de Estados Unidos que condenan dicha política, como Jim McGovern. ¿Qué se necesita para que se levante el bloqueo contra Cuba?
CARLOS FERNÁNDEZ DE COSSÍO: Va a requerir voluntad política del Gobierno de los Estados Unidos, el deseo de hacer lo correcto, de dejar de aplicar una política cruel y escuchar, como debería ser una democracia, el sentimiento de la mayoría de la población. Nosotros estamos seguros de que la mayoría del pueblo de los Estados Unidos no comparte el deseo de castigar al pueblo cubano en su conjunto, de hacer que el pueblo cubano tenga que sufrir, ya al cabo de 60 años varias generaciones de cubanos, y no desea aplicar una política que está provocando que algunos cubanos o una parte importante de cubanos deseen emigrar, deseen salir del país y buscar un lugar donde no se apliquen estas medidas tan crueles y tan duras para su nivel de vida, para su estándar de vida.
AMY GOODMAN: El presidente cubano, Díaz-Canel, fue uno de los muchos líderes mundiales que abordaron la crisis climática ante la Asamblea General de la ONU. Canel criticó a las naciones más ricas por su papel en el agravamiento de esa catástrofe y dijo que los países del G77 darán prioridad a la implementación del fondo para “pérdidas y daños” que fue aprobado en la COP de la ONU en Sharm el Sheikh, Egipto, el año pasado, así como el establecimiento de nuevos objetivos de financiación climática. Esto es lo que dijo.
PRESIDENTE MIGUEL DÍAZ-CANEL: Nadie sensato discute ya que el cambio climático amenaza la supervivencia de todos con efectos irreversibles. Tampoco es secreto que quienes menos influyen en la crisis climática son los que más padecen sus efectos, en particular los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo. Mientras, los países industrializados, depredadores voraces de recursos y del medio ambiente, eluden su mayor responsabilidad e incumplen sus compromisos bajo la Convención Marco de Cambio Climático y el Acuerdo de París.
AMY GOODMAN: ¿Puede hablar más sobre lo que está haciendo Cuba en torno a la crisis climática y también sobre haber sido sede de la reciente cumbre del G77? Acabamos de entrevistar al presidente colombiano Gustavo Petro que estuvo en Nueva York para la Asamblea General de la ONU y acababa de llegar de La Habana.
CARLOS FERNÁNDEZ DE COSSÍO: El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, al hablar ante las Naciones Unidas y referirse al tema del cambio climático, expresó no solo las posiciones de Cuba, sino también las posiciones de la mayoría de los miembros de las Naciones Unidas, que representan a cerca del 80% de la población mundial, que son las mismas posiciones que Cuba tiene, que descansan en que la amenaza al cambio climático, como la amenaza al medio ambiente en su conjunto, se debe fundamentalmente a los patrones de producción y consumo insostenibles que prevalecen fundamentalmente en los países desarrollados y que han sido los modelos aplicados en los últimos 200 años para el desarrollo de la industrialización y la tecnología en el mundo en que vivimos.
Nosotros tenemos una posición muy firme en términos de negociación a nivel internacional, en busca de que se asegure el financiamiento que se prometió para mitigar los efectos del cambio climático, para ayudar a los países en desarrollo a llevar a cabo la transición que se requiere en busca de fórmulas de desarrollo que sea sostenible y también que se tomen las medidas necesarias para reducir las actividades de emisión de gases que conforman el efecto invernadero, que son los que amenazan el cambio climático. Y esto implica acciones que hay que tomar fundamentalmente en los países desarrollados.
Ahora, a nivel de Cuba, nuestro país no tiene una huella que se pueda considerar considerable e influyente en el cambio climático. Y aún así, tomamos medidas para transformar nuestra matriz energética, para que nuestro proceso de industrialización y de desarrollo no sea una amenaza para el cambio climático. Y al propio tiempo tenemos un plan muy ambicioso que llega hasta finales de este siglo, que se llama Tarea Vida, que está concebido para medidas de adaptación, medidas de mitigación, partiendo de que como país insular con muchas zonas costeras bajas, requiere adaptar la sociedad, requiere adaptar el modelo económico, requiere adaptar el funcionamiento de la economía, de los servicios que prestamos, ante la amenaza del calentamiento de la temperatura en la tierra, que es algo objetivo y algo que ya va a suceder. Nadie sabe en qué dimensiones, con qué efectos reales, pero se sabe que va a suceder y nuestra sociedad se está preparando para adaptarse a esa realidad.
AMY GOODMAN: Este es el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres en la cumbre del G77 en La Habana, que se celebró justo antes de la Asamblea General de la ONU.
ANTONIO GUTERRES: La pobreza va en aumento y el hambre es cada vez mayor. Los precios están disparados, la deuda es exorbitante y los desastres climáticos son cada vez más frecuentes. Los sistemas y los marcos mundiales les han fallado. La conclusión es clara: el mundo le está fallando a los países en desarrollo.
AMY GOODMAN: Escuchábamos al secretario general Antonio Guterres. ¿Qué cree usted que se debe hacer para abordar esta crisis y cuál es la relación con cuestiones como el hambre y con la dificultad para lidiar con las situaciones que todos en todo el mundo debemos enfrentar ante una catástrofe climática?
CARLOS FERNÁNDEZ DE COSSÍO: Los planteamientos del secretario general son poderosos. Es un planteamiento bastante claro, pero no es algo nuevo. Es más bien una actualización de problemas que se vienen identificando, planteando y hasta denunciando desde hace por lo menos 40 hasta cerca de 50 años. Y su raíz está en un mundo absolutamente desequilibrado y asimétrico en el que los territorios o los países que eran antiguas colonias, y que sufrían la desventaja de un mundo colonial con posterioridad a la descolonización, continúan sufriendo las consecuencias de la desventaja de un orden económico internacional organizado, concebido y que funciona para beneficio de los grandes países industrializados, fundamentalmente en Norteamérica y en Europa, donde estaban las antiguas metrópolis coloniales.
Y esto se refleja en el comercio. Esto se refleja en las finanzas. Esto se refleja en los flujos de inversión. Esto se refleja en las normas para la transferencia de tecnología, en la privatización de la propiedad intelectual. Y todo esto impone obstáculos y limitaciones para los países llamados “en desarrollo” o “países subdesarrollados” o “antiguas colonias” o “neocolonias”, para poder alcanzar el desarrollo y poder cerrar la brecha. La brecha en las últimas décadas se ha ensanchado, la desigualdad ha crecido y un factor fundamental aquí es la deuda externa. Cuando uno tiene a las economías de los países en desarrollo gastando en el pago, o empleando en el pago del servicio de la deuda externa, recursos que ellos no poseen para financiar la salud, para financiar la educación, para financiar la mitigación de los efectos del cambio climático o para financiar la alimentación de su población, es un símbolo de que el orden económico internacional, conforme funciona hoy y conforme está concebido, es no solo injusto, sino que es además insostenible y provocador de situaciones de crisis.
El mundo vive un estado de crisis económica, de un modo u otro, en los últimos 20, 30 años. Y es cíclico y es porque el orden económico internacional lo provoca. Hay un proceso de sobreexplotación de las masas en los países en desarrollo y pocas oportunidades de desarrollarse. Eso explica los altos flujos migratorios, los altos grupos de refugiados, los conflictos bélicos, la inestabilidad, el crecimiento del crimen organizado y la inestabilidad política en muchos países.
AMY GOODMAN: Democracy Now! entrevistó en exclusiva al presidente colombiano, Gustavo Petro, durante la celebración de la Asamblea General de la ONU en la que habló ante los líderes mundiales. Petro asistió también a la cumbre del G77 en La Habana. Durante la conversación le pregunté si le pidió al presidente Biden que levantara el embargo contra Venezuela y Cuba.
PRESIDENTE GUSTAVO PETRO: El caso cubano es un poco, incluso, más estridente, digamos, porque Cuba está sumida en dos listados: uno, el del bloqueo desde hace muchas décadas, o embargo; y otro, el que además se le adicionó a una lista que llaman “de países que ayudan al terrorismo”. Este segundo produce unas medidas todavía más radicales, como por ejemplo, que no se pueden comprar medicinas en el exterior, que son necesarias para la salud interna. Es un verdadero crimen. […] Y he hablado con Cuba y con Estados Unidos sobre la necesidad, por lo menos, de sacar a Cuba de la lista de países que ayudan el terrorismo, porque Cuba lo que está ayudándonos es a hacer la paz, todo lo contrario de lo que esa lista supone.
Sin embargo, también hemos visto en el Gobierno de los Estados Unidos una lentitud muy grande que termina haciendo parecer el Gobierno de Biden como el Gobierno de Trump.
AMY GOODMAN: Ese era Gustavo Petro, el presidente de Colombia. Carlos Fernández de Cossío, usted es vicecanciller de Cuba, ¿puede responder a lo que dijo Petro? Hable también sobre el sistema de salud de Cuba. Usted está de visita en Estados Unidos y puede ver la crisis de la atención sanitaria en este país. ¿Qué podría aprender Estados Unidos de Cuba, incluso bajo las sanciones?
CARLOS FERNÁNDEZ DE COSSÍO: Bueno, nosotros apreciamos y observamos con mucha atención los pronunciamientos del presidente Petro, que no es el único. Él no está aislado en su posición. Son palabras que han repetido varios líderes en varias partes del mundo, entre ellos muchos líderes latinoamericanos. Él define la política de Estados Unidos hacia Cuba como cruel, la define como injusta y además sin justificación alguna cuando se trata de calificar a Cuba como un Estado que patrocina el terrorismo. Y esas son las características de la política de Estados Unidos. Desafortunadamente, el pueblo de Cuba sufre y ha sufrido el sistema de medidas económicas coercitivas más prolongado, más absoluto y más asimétrico que se ha aplicado alguna vez contra país alguno en la historia. No existe ningún récord de un país sometido a una guerra económica como esta durante 64 años. Y que a pesar de eso, como bien se explica en la pregunta, ha tenido la capacidad de avanzar en materia de desarrollo social, como lo han hecho muy pocos países en desarrollo, en materia de salud, en materia de educación, en materia de desarrollo científico y técnico. Y entre los ejemplos que tiene esto es la capacidad que ha tenido Cuba de construir un sistema de salud pública, robusto, eficiente, de calidad, accesible a toda la población en todos los rincones del país y sin costo alguno para el paciente, o sea, un servicio gratis.
Cuba, además, ha tenido la capacidad de levantar un sistema de salud pública que presta servicios, y ha prestado durante décadas, en muchos países del mundo, en más de 100 países con médicos presentes, con personal profesional del área de la salud y ha formado a miles de estudiantes de países del tercer mundo como médicos. De Estados Unidos se han formado más de 220, 230 profesionales médicos que trabajan en este país y que fueron educados en Cuba, con becas que ofreció Cuba para el estudio de medicina. Durante la semana pasada, cuando estaba el presidente de Díaz-Canel aquí en Nueva York, y respondiendo un interés de distintos sectores aquí en los Estados Unidos, él tuvo varias reuniones, y entre ellas, una reunión con activistas, con promotores y con profesionales que trabajan en el sector de la salud de la medicina preventiva, que son personas que promueven la salud pública y la salud comunitaria, interesados en intercambiar con Cuba, en conocer nuestra realidad, en comprender cómo es que actuamos, en mencionar una experiencia muy interesante que hubo en la ciudad de Chicago hace unos seis o siete años, en que varios profesionales cubanos estuvieron presentes ahí, intercambiando con profesionales de los Estados Unidos sobre modos de aplicar medicina comunitaria accesible y preventiva para la población. O sea, tratar la salud no como un negocio, sino como un servicio social.
Nosotros podemos intercambiar sobre eso con Estados Unidos. Hemos tenido algunos intercambios discretos en el último año y pensamos que es un área en la que pudiéramos cooperar mucho más. Tenemos una experiencia que compartir, no necesariamente repetible en Estados Unidos, no necesariamente aplicable con exactitud en Estados Unidos, pero no debería descartarse como una experiencia de algo vivido en nuestro país y practicado en muchos países del mundo. Tenemos una experiencia que pensamos que es rica y tenemos además el interés también de aprender de las realidades aquí de Estados Unidos, algunas de las cuales nos han explicado sobre los desafíos que tiene la población, sobre todo las personas de bajos ingresos, para asegurar una atención de salud que sea accesible y que sea de calidad.
AMY GOODMAN: Cuando pienso en el embargo a Cuba, pienso en 1972, en la presidencia de Nixon. Acabamos de conmemorar el golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en Chile, el 11 de septiembre de 1973. Richard Nixon le dijo a la CIA en 1970, al lanzar el plan para derrocar al presidente chileno Salvador Allende: “Tenemos que hacer que la economía grite”. Y eso parece ser el modelo de lo que estamos viendo 50 años después, ya sea en Venezuela o en su país, Cuba. Ahora en Estados Unidos muchos políticos, no sólo activistas, están pidiendo que se desclasifiquen los documentos relacionados y que se ofrezcan disculpas por el apoyo del presidente Nixon, Henry Kissinger y la empresa ITT al golpe de Estado en Chile. ¿Cree usted que alguna vez veremos algo así en el caso de Cuba? Está bien documentado que Estados Unidos intentó, por ejemplo, asesinar a Castro unas 600 veces, de todas las maneras posibles. ¿Qué opina de esto, Carlos Fernández de Cossío?
CARLOS FERNÁNDEZ DE COSSÍO: Bueno, es un recordatorio importante, ese planteamiento de Nixon de 1970 de querer provocar que la economía chilena chille o grite, como se diría en español. Pero diez años antes, en marzo, si no me equivoco, de 1960, se escribió un memorando interno por un subsecretario asistente de Estado llamado Lester Mallory, que decía, estoy tratando de parafrasear, que “la mayoría del pueblo de Cuba apoya a la Revolución, apoya al Gobierno de Fidel Castro y por tanto, la única manera de cambiar esta situación es con la aplicación de un conjunto de medidas económicas que provoquen una depresión de los ingresos reales, que provoquen escasez, que provoquen hambre, que provoquen miseria”. Esa es la vía o el instrumento que tiene Estados Unidos para tratar de revertir esa situación política. Eso fue descrito entonces. Ningún gobernante de los Estados Unidos aún se ha atrevido a, públicamente o incluso discretamente, expresar disculpas. Ha habido políticos que lo han hecho, pero desde la Casa Blanca, desde el Departamento de Estado, no ha habido ningún pronunciamiento que le pida disculpas a Cuba, al pueblo de Cuba, generaciones de cubanos, a los cubanos que nacimos bajo esas condiciones y que aún hemos vivido toda nuestra vida bajo un sistema de guerra económica dirigido a deprimir nuestro nivel de vida, el nivel de consumo, la población, las condiciones de vida en la población.
Es una política cruel, es una política inhumana, es una política que desafortunadamente desconoce la mayoría del pueblo de los Estados Unidos, no conoce el impacto que tienen. Muchos cuando nos visitan se sorprenden, se alarman cuando ven que su Gobierno aplica una característica de este tipo. Y se puede sostener, por otros motivos, porque no hay un conocimiento, no hay información sobre lo que esto le provoca al pueblo de Cuba consistentemente durante más de 60 años. Es una política ilegítima y que nuestro Gobierno, por supuesto, tiene el deber de denunciar todas las veces que pueda, en todos los lugares que pueda.
AMY GOODMAN: Para concluir, quería preguntarle sobre la inmigración a Estados Unidos, el creciente número de cubanos y el aumento masivo de venezolanos que cruzan la frontera sur y los vínculos de las condiciones internas en esos países con el embargo. ¿Qué cree que debería hacer Estados Unidos si le preocupa cómo lidiar con esta llegada de inmigrantes provenientes de su país?
CARLOS FERNÁNDEZ DE COSSÍO: Nadie discute ya que las condiciones socioeconómicas de un país o de un territorio son factores que promueven la emigración, eso es lo que llaman los “push factors”. Sucede al interior de los países, como por ejemplo de algunas ciudades dentro de Estados Unidos y sucede de un país hacia otro. Es el caso de Centroamérica, de América del Sur y de parte del Caribe, lo que reconocen los políticos estadounidenses. Ahora, lo que es singular de Cuba y también es singular en el caso de Venezuela, es que hay una fuerza artificial, una fuerza extraordinaria, un factor extraordinario que influye en esas condiciones socioeconómicas, que es el sistema de medidas coercitivas que aplica el Gobierno de los Estados Unidos. En el caso de Cuba, por tanto Estados Unidos aplique esta política, lo que provoca lo que llaman el “push factor”, o sea, algo que motiva la emigración, pero también está el hecho de que Estados Unidos continúa teniendo una política que privilegia al inmigrante cubano frente a los demás. Existe un privilegio exclusivo a favor del inmigrante cubano que ha existido durante 60 años y que provoca que el ciudadano cubano que tenga la intención o la motivación de emigrar estime o esté convencido de que tiene el derecho y la posibilidad exclusiva de poder entrar en Estados Unidos, asentarse como residente y ser aceptado en este país.
AMY GOODMAN: Carlos Fernández de Cossío, muchas gracias por estar con nosotros. Vicecanciller de Cuba hablando desde la ciudad de Nueva York. Para ver nuestra entrevista en inglés, haga clic aquí. Soy Amy Goodman. Gracias por acompañarnos.
Producido por Clara Ibarra, Igor Moreno Unanua, Iván Hincapié y Democracy Now!.
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