La película “Oppenheimer” recorre la historia de J. Robert Oppenheimer, el “padre de la bomba atómica” y se centra en los sentimientos contrapuestos del científico con respecto a las armas de destrucción masiva que él contribuyó a desplegar en el mundo y en cómo las autoridades ignoraron sus preocupaciones después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la Guerra Fría dio rienda suelta a la carrera armamentista. El periodista Greg Mitchell dice que si bien la película está bien hecha y vale la pena verla, “tiene omisiones bastante graves.” En este sentido, señala que casi no se mencionan los peligros de la radiación ni se pone de relieve el impacto de la bomba en las víctimas de Hiroshima y Nagasaki. La película tampoco cuestiona la política de usar la bomba en primer lugar, avalando el “discurso oficial […] cuya hegemonía se mantiene desde 1945”, sostiene Mitchell. Además de periodista, Mitchell es documentalista y autor de numerosos libros, entre ellos “The Beginning or the End: How Hollywood—and America—Learned to Stop Worrying and Love the Bomb” (El comienzo o el fin: cómo Hollywood –y Estados Unidos– aprendieron a dejar de preocuparse y amar la bomba). Fue editor de la revista “Nuclear Times” desde 1982 hasta 1986 y sus reseñas sobre la película “Oppenheimer” se han publicado en la revista Mother Jones y en su página de la plataforma Substack, así como en un artículo de opinión para el periódico Los Angeles Times titulado “'Oppenheimer' is here. Is Hollywood still afraid of the truth about the atomic bomb?” (Llegó 'Oppenheimer'. ¿Todavía Hollywood tiene miedo de decir la verdad sobre la bomba atómica?)
Transcripción
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman.
Terminamos el programa de hoy hablando sobre cine. En medio de la actual huelga del sindicato SAG-AFTRA, Universal Pictures canceló el evento de alfombra roja para el estreno en EE.UU. de la película “Oppenheimer” de Christopher Nolan. Mientras tanto, el público llenó las salas de cine este fin de semana para ver la película sobre J. Robert Oppenheimer, conocido como el “padre de la bomba atómica”. Este es el tráiler.
J. ROBERT OPPENHEIMER: [interpretado por Cillian Murphy] Imaginamos un futuro y esas imágenes nos horrorizan. No le temerán hasta que entiendan lo que es. Y no entenderán lo que es hasta que lo hayan usado. La teoría solo nos llevará hasta cierto punto. No sé si se nos pueda confiar un arma así. Pero no tenemos otra opción.
AMY GOODMAN: El físico J. Robert Oppenheimer desarrolló y puso a prueba la primera bomba atómica del mundo en Nuevo México. En ese estado, la proyección de la película está precedida por un anuncio de 15 segundos que realizó la Unión de Científicos Conscientes, que señala: “La bomba de Oppenheimer condujo a décadas de pruebas nucleares en todo el suroeste [de EE.UU.]. Las comunidades siguen padeciendo problemas de salud relacionados con las pruebas, muchas sin reconocimiento ni justicia por parte del Gobierno”.
Para hablar más sobre este asunto nos acompaña Greg Mitchell, realizador de documentales, autor de numerosos libros sobre este mismo tema, entre ellos “The Beginning or the End: How Hollywood—and America—Learned to Stop Worrying and Love the Bomb” (El comienzo o el fin: cómo Hollywood –y Estados Unidos– aprendieron a dejar de preocuparse y amar la bomba). En la década de 1980 fue editor de la revista Nuclear Times. Ha publicado reseñas sobre esta película en la revista Mother Jones, en su página de la plataforma Substack y en un artículo de opinión para el periódico Los Angeles Times, titulado “'Oppenheimer' is here. Is Hollywood still afraid of the truth about the atomic bomb?” (Llegó 'Oppenheimer'. ¿Todavía le teme Hollywood a la verdad sobre la bomba atómica?)
Greg, bienvenido de nuevo a Democracy Now!. Algunas personas dicen que esta es…
GREG MITCHELL: Gracias.
AMY GOODMAN: …la mejor película contra las armas nucleares en la historia. Usted tiene una perspectiva diferente y crítica sobre la película. ¿Puede hablar sobre su respuesta a la película, y sobre qué muestra bien y en qué se equivoca?
GREG MITCHELL: Claro. Yo vi una proyección temprana de la película, antes de que salieran muchas de las reseñas críticas, así que la vi con una mente muy abierta. Y creo que la gente debería ver la película. Creo que está muy bien escrita, bien actuada, bien dirigida. Y creo que probablemente tiene buenas intenciones, por lo que, sin duda, animaría a la gente a verla.
Sin embargo, sí identifiqué varios problemas en ella, sobre los que he escrito prácticamente todos los días en mi blog y en mi boletín de correo electrónico. Y no es tanto lo que se muestra en la película. Al final, la película sí tiene la intención de advertir a la gente sobre los peligros y las amenazas de la bomba en el futuro, lo cual es algo para admirar. Y no sé si otro director además de Christopher Nolan, quien ha tenido una gran popularidad a través de los años, habría hecho, o habría podido hacer esta película. Sin embargo, las omisiones son bastante graves.
Usted ya mencionó una, que es la falta o la casi falta total de alguna mención o exploración sobre el tema de la radiación, los efectos de radiación sin precedentes de esta arma tanto en la prueba Trinity, uno de los focos principales de la película, que muestra la realización de la prueba, aunque no muestra la nube radiactiva que se diseminó ni la lluvia radiactiva que afectó a muchas personas, pero también, como usted mencionó, los efectos de décadas de pruebas nucleares y de exposición en soldados y trabajadores, etc. Eso es un aspecto.
Por otro lado, no muestra ninguna imagen de la población sobre el terreno en Hiroshima y Nagasaki, nada. Se ve a Oppenheimer mirando una pantalla, en donde al parecer se están transmitiendo o proyectando las imágenes. Pero no podemos ver ninguna de esas imágenes y solo vemos que las mismas lo perturban cada vez un poco más. Al mismo tiempo, no mencionan que el 85% de las víctimas en Hiroshima y Nagasaki eran civiles. No mencionan eso en absoluto. Además, apenas mencionan a Nagasaki, un poco de pasada, en la última parte de la película, incluyéndolo afanadamente como si fuera algo forzado dentro del guion.
Y en mi opinión, una de las cosas más importantes es que ciertamente no desafía de ninguna manera la narrativa en torno a Hiroshima o la narrativa oficial, como yo la llamo, que ha predominado desde 1945 sobre la decisión de usar la bomba –y podemos hablar más de eso, es muy importante– y su legado en la actualidad. En cambio, la gente dice que es una película antinuclear y en ella hay un mensaje sobre los peligros para el mundo actual y sobre el control de las armas, entre otras cosas, pero no cuestiona el uso de la bomba en 1945. Creo que nos toca interpretar que el rostro perturbado de Oppenheimer, y del gran actor Cillian Murphy, muestra los remordimientos un poco vagos, conflictivos y confusos que parecía llevar consigo durante la película y su vida. Pero, de hecho, como he demostrado en mi blog y en mis libros, Oppenheimer defendió el uso de la bomba contra Japón hasta 1965, 1966, [casi] hasta el final de su vida. Así que la película es un poco engañosa en ese sentido. Al contrario, es correcto y bastante preciso decir que de verdad Oppenheimer no rechazó y ciertamente la película no desafía la decisión de usar la bomba. Es algo que más bien sucede a partir de 1945.
AMY GOODMAN: Usted habla sobre Hiroshima y Nagasaki. En las imágenes que salieron a la luz, que se les mostró a estos científicos en Los Álamos después [de usar la bomba], se ve el horror de las pieles derretidas, hay una referencia, una imagen de ello.
GREG MITCHELL: Una imagen, sí.
AMY GOODMAN: Pero esas imágenes fueron información clasificada durante años. ¿Es eso correcto?
GREG MITCHELL: Sí. Bueno, sí, yo escribí todo un libro al respecto llamado “Atomic Cover-up” (Encubrimiento atómico), y dirigí una película hace dos años que recibió bastante atención, incluso en este programa, también llamada “Encubrimiento atómico”, que exploraba la total supresión, tras los ataques a Hiroshima y Nagasaki, de imágenes tomadas por japoneses y las imágenes en color tomadas por estadounidenses, que fueron incautadas y ocultadas durante muchas décadas. Por supuesto, eso no lo vemos en “Oppenheimer”, y no es algo que esperaría necesariamente.
En cuanto a la forma en que la película maneja la decisión de usar la bomba, hay una escena que es correcta y que muestra cómo, a finales de mayo de 1945, el Comité Interino, que fue el principal comité asesor sobre esto, tuvo una reunión en la que surgió brevemente el tema de cómo usar la bomba, y de si debería usarse. Oppenheimer, como lo hizo en la vida real, canceló esto y dijo que no podría funcionar o no funcionaría, y que era una idea equivocada hacer una prueba de demostración, ya sabe, la bomba tenía que ser utilizada. Y luego, otro miembro del comité da una explicación, que se convirtió en la narrativa de Hiroshima que todavía sigue vigente hoy en día, se podría decir, en los medios y en algunos historiadores, que es que solo el uso de la bomba, solo el uso de dos bombas, en realidad, pudo evitar una sangrienta invasión de Japón, y cientos de miles de bajas estadounidenses, etc. Y esta idea no es realmente refutada en la película, no por Oppenheimer y tampoco en la narrativa de la película. Luego la película avanza en el tiempo, y el tema de Hiroshima y Nagasaki se deja de lado.
Y el peligro de esto y del legado, y la razón por la que he escrito tanto sobre esto durante los últimos 40 años, es que la lección para el presente es que, en efecto, todo el mundo dice que nunca deberíamos usar armas nucleares de nuevo, que son terribles y no deben usarse, pero, por otro lado, hacemos estas dos excepciones de 1945 en Hiroshima y Nagasaki.
AMY GOODMAN: Para que la gente…
GREG MITCHELL: Y tenemos… Sí, continúe.
AMY GOODMAN: Para que la gente lo entienda, Greg, estos científicos que se reunieron en Los Álamos, esta comunidad secreta que se construyó para ellos para que crearan la bomba atómica, tenían como motivación acabar con la Alemania nazi. Pero entonces la Alemania nazi se rindió.
GREG MITCHELL: Correcto.
AMY GOODMAN: O fue derrotada. Entonces, ¿puede explicar esto con más detalle, ya que usted está muy inmerso en ello, me refiero a lo que significó decidir usar esta bomba en Japón, y también cuál fue el papel de la Unión Soviética en esto, cuál fue el papel de Rusia?
GREG MITCHELL: Correcto, sí. Por supuesto, la motivación para crear la bomba fue en gran parte Hitler y la Alemania nazi. Por supuesto, muchos de los mejores físicos eran científicos judíos refugiados, físicos de Alemania. Y realmente la razón principal para la bomba fue la derrota de Hitler. Alemania se rindió, continuamos luchando contra Japón en batallas muy, muy sangrientas y bombardeando sus ciudades en la primavera y verano de ese año. Entonces, por supuesto, Japón se convirtió en el objetivo y en el foco.
Y había científicos, como Leo Szilard, quien hizo circular una petición y pidió a otros científicos que firmaran esta petición, cuyo destinatario era Truman, a quien le pedían no usar la bomba, o al menos retrasar el uso de la bomba. Por cierto, Oppenheimer fue una de esas personas que silenció esa petición. Pero, básicamente, la decisión a la que se llegó, a pesar de que la invasión de Japón no estaba programada hasta noviembre y diciembre, fue que debíamos usar la bomba, o queríamos usar esta bomba, lo antes posible. Y entonces llevamos a cabo la prueba Trinity, y después lanzamos la primera bomba a principios de agosto.
Usted ha mencionado el aspecto soviético de este asunto. Y es muy importante porque, debido a nuestra insistencia, Stalin accedió a entrar en la guerra a mediados de agosto, y sin embargo seguimos adelante con el plan y lanzamos la bomba antes de que los soviéticos entraran en la guerra. Algunas personas dicen que la entrada de la URSS en la guerra, junto con un par de procesos de negociación, podría haber hecho que la guerra terminara más o menos en el mismo marco de tiempo temprano en el que terminó. El propio Truman, como seguro saben, escribió en su diario: “Acabemos con los japoneses” cuando los soviéticos entren en la guerra. El general Eisenhower dijo más tarde que fue totalmente innecesario usar la bomba, ya que Japón iba a rendirse muy pronto.
Y, ya sabe, hay que retroceder un poco, algo que la película no muestra de la mejor manera. Lanzamos e hicimos explotar deliberadamente estas bombas sobre el centro de dos ciudades. Ese era el objetivo. Oppenheimer estaba de acuerdo con eso. Todo el mundo sabía en el comité de selección de objetivos que la intención era matar al máximo número de personas y causar toda la destrucción que fuera posible, y eso fue lo que hicieron. No fue una sorpresa. Entonces, realmente tienes que volver atrás y pensar: ¿valió la pena? Especialmente pensando en la gente que murió y en las lecciones para el presente, cuando todavía tenemos una política de ataque preventivo, según la cual podemos usar armas nucleares en respuesta a una crisis o a un ataque convencional. Y la lección que hemos sacado de Hiroshima y Nagasaki, ataques que todavía son avalados por los medios cada año y por muchos historiadores, es que se pueden hacer excepciones y decidir usar estas armas, porque no solo las usamos contra dos ciudades, sino que continuamos, o mucha gente continúa, defendiendo eso hoy.
AMY GOODMAN: Vamos a continuar la entrevista cuando termine el programa, pero quería leer un tuit, para dar a la gente una idea de lo que vamos a hablar después. Es de la escritora y periodista Alisa Lynn Valdés, quien escribió: “Esta cita es de la crítica del @nytimes de la película de OPPENHEIMER: 'Se desempeñó como director de un laboratorio de armas clandestino construido en un tramo casi desolado de Los Álamos, en Nuevo México'”. Valdés añade: “La zona estaba habitada por hispanos. Se les dio menos de 24 horas para irse. Sus granjas fueron arrasadas”. Tenemos 15 segundos para que nos dé una idea de lo que hablaremos en la segunda parte de la entrevista.
GREG MITCHELL: Bueno, había… Hay muchos aspectos secretos con relación a Los Álamos. Quiero decir, hay mucho de lo que hablar, pero el legado de Los Álamos fueron los efectos de la radiación y ese secretismo, ese régimen de secretismo que dominó en EE.UU. durante décadas después, en realidad hasta el día de hoy.
AMY GOODMAN: Bueno, Greg Mitchell, quiero darle las gracias por acompañarnos. Vamos a enlazar a su nuevo artículo para Los Angeles Times, “’Oppenheimer’ is here. Is Hollywood still afraid of the truth about the atomic bomb?” ('Oppenheimer' está aquí. ¿Todavía le teme Hollywood a la verdad sobre la bomba atómica?) Y publicaremos la segunda parte de la entrevista en democracynow.org. Soy Amy Goodman. Gracias por acompañarnos.
Traducido y editado por Igor Moreno Unanua e Iván HIncapié.