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“Estamos ante el colapso del Partido Demócrata”. Con estas palabras, el activista por los derechos de los consumidores, crítico de las corporaciones y cuatro veces candidato presidencial Ralph Nader opina sobre la nueva victoria electoral de Donald Trump y los fracasos del Partido Demócrata para derrotarlo. Nader plantea que el Partido Demócrata “no prestó atención” a los esfuerzos de los sectores más de izquierda del partido para dar un giro hacia políticas populistas, anticorporativas y progresistas. Con Trump en el poder, continúa Nader, “nos espera un tiempo de gran agitación política y social”.
Transcripción
AMY GOODMAN:Esto es Democracy Now! democracynow.org. “Guerra, paz y la presidencia”. Soy Amy Goodman, con Juan González.
Seguimos analizando la victoria de Donald Trump sobre Kamala Harris, además del control del Senado que logró el Partido Republicano; aún no está claro qué pasará con la Cámara de Representantes. Para hablar del tema nos acompaña Ralph Nader, veterano defensor del consumidor, crítico de las corporaciones, cuatro veces candidato presidencial, autor de muchos libros, entre ellos: “Empecemos una revolución: herramientas para reemplazar el Estado corporativo y construir un país que funcione para la gente”. Ralph Nader es el fundador del periódico mensual The Capitol Hill Citizen.
Ralph, muchas gracias por acompañarnos. ¿Cuál es su reacción a la victoria de Donald Trump? Parece que no solo ganó los votos del Colegio Electoral sino que esta vez ganará además el voto popular, algo que no logró en las dos elecciones pasadas.
RALPH NADER: Bueno, Amy y Juan, va a haber bastante para digerir aquí. Este es el colapso del Partido Demócrata. No obtuvieron la cantidad de votos que ellos querían. Se quedaron varios millones de votos por debajo de lo esperado y, por supuesto, eso hizo una gran diferencia en el sistema del Colegio Electoral en los estados clave.
Pero el problema es mucho más serio que eso. Básicamente, ahora somos un país que está bajo un Estado corporativo dictatorial. Trump es básicamente un imán y una trampa para los demócratas, que gastaron decenas de millones de dólares en anuncios criticándole en lugar de criticar los cuatro años en los que eliminó muchos programas y cargos cruciales durante su mandato como presidente. Entonces, son muchas variables para considerar.
Todo comenzó, Amy, cuando los demócratas dejaron a la mitad del país en manos de los estados republicanos. Eso es devastador. En 1979 comenzaron a recibir dinero de las corporaciones, para estar en sintonía con sus intereses comerciales. Eso difuminó las diferencias entre los demócratas del New Deal y los demócratas corporativos. Luego le dieron el manejo de su campaña a estas firmas de consultoría con conflictos de intereses y con ánimo de lucro, lo cual parece que los grandes medios de comunicación nunca quisieron investigar durante la campaña. Luego abandonaron a los medios públicos. Básicamente, dejaron la radio en manos de personas del estilo de Rush Limbaugh y dieron paso a los demócratas de Reagan. Y nunca aprendieron de sus errores. No aprendieron de los errores de Hillary Clinton en 2016. Y nunca despiden a nadie después de perder, estado tras estado, ante un horrendo Partido Republicano, el peor en la historia.
Y luego, ¿cuál es el mensaje que dieron al pueblo estadounidense? El mensaje fue: “Trump es terrible, y no pueden creer lo malo que es el Partido Republicano”. Es un mensaje muy genérico. Muy simple. La gran mayoría de la gente piensa que las corporaciones tienen demasiado control sobre sus vidas. [Los demócratas] no respondieron a las inquietudes sobre la negación de beneficios de atención médica. No tocaron el tema de un salario digno para la gente. No se ocuparon de hablar sobre tomar medidas contra los delincuentes corporativos. No abordaron la necesidad de revertir un sistema tributario que aplica tasas impositivas muy bajas a los ricos y a las grandes corporaciones. No cambiaron su postura sobre las políticas comerciales. No supieron cómo refutar a Trump en el tema de inmigración cuando llamó a los inmigrantes “violadores”, “delincuentes”, “narcotraficantes”, etc. No fueron capaces de decir: ”Bueno, están huyendo de países opresivos que están respaldados por Estados Unidos y huyendo de dictadores y oligarcas en Centro y Sudamérica. No dijeron que millones de estadounidenses confían en los inmigrantes para cosechar sus alimentos, para cuidar a sus hijos, para cuidar a los adultos mayores, para proporcionar servicios cruciales en los que nadie quiere trabajar en Estados Unidos.
Hay todo un pliego de cargos contra este Partido Demócrata. Y lo que ha sucedido, por supuesto, es que millones de personas básicamente han dicho: “Estamos hartos de frases superficiales. Estamos hartos de que el Gobierno no nos retribuya los beneficios de los enormes impuestos que pagamos. Estamos hartos de que todo lo que escuchamos es sobre el imperio en el extranjero. Todo lo que escuchamos de los demócratas y republicanos en el Congreso es en relación con el presupuesto para los militares, incluso han llegado a dar a los generales más dinero de lo que pedían, usando el presupuesto que debería ser destinado a proveer servicios públicos e infraestructura pública para comunidades de todo el país y a crear trabajos clave”.
Ahora bien, nosotros intentamos enderezar a estos demócratas. Veinticuatro líderes cívicos han estado desde 2022 tratando de decirles cómo comunicarse con la gente y qué comunicar, pero no han querido escuchar. El Partido Demócrata ha roto todo tipo de comunicación —Nancy Pelosi, Chuck Schumer, y demás— con la comunidad cívica en Washington D.C.
JUAN GONZÁLEZ: Ralph, ¿cuáles cree que son los siguientes pasos que debe dar el movimiento progresista ahora que se enfrenta al regreso de Donald Trump, en relación con la reorganización o la resistencia que es necesaria?
RALPH NADER: Bueno, deben enfocarse en el Congreso. La Cámara de Representantes aún no está resuelta, pero solo el Congreso puede detener a los trumpistas. No es solo Trump. Trump es una figura decorativa. Trump es un megáfono. Son los trumpistas, la fundación Heritage, el [proyecto] 2025, es la toma de control de los departamentos gubernamentales que se dedican a defender a la gente, la Oficina de Protección del Medio Ambiente, la Agencia de Protección Financiera del Consumidor, la Oficina de Seguridad Automotriz, la Comisión Federal de Comercio, el Departamento de Justicia. Todas esas agencias van a ser convertidas en entidades gubernamentales inactivas, virulentas y vengativas. Quieren destruir la administración pública y convertirla en un sistema clientelar. Nos espera una gran agitación. Se puede decir que las elecciones de ayer realmente han elegido a Vance como presidente. Trump no va a durar mucho. Se va a desintegrar. Vance está en posición para convertirse en el próximo presidente.
Lo que hay que hacer, Juan, es enfocarse de forma masiva en el Congreso, que es la principal palanca constitucional para hacer que la rama ejecutiva rinda cuentas, pensando ya en 2026. Los demócratas tendrán muchas menos personas postulándose para el Senado que los republicanos, a diferencia de este año.
Y también tienen que dejar de atacar a la gente que quiere desafiar al Partido Demócrata. El partido les dice a todos los que están de su lado: “¿Sabes lo malos que son los republicanos? No tienes a dónde ir”. Gastaron mucho dinero atacando al Partido Verde, el pequeño Partido Verde, en lugar de escuchar a William Barber, al Reverendo Barber, quien dijo: “Miren, hay 80 millones de personas que no van a votar. Muchos de ellos son trabajadores de bajos salarios. Si consigues que el 15% de los trabajadores de bajos salarios que no votan decidan ir a las urnas, los demócratas hubieran ganado”. No le escucharon. Ni escucharon a los grupos de ciudadanos que saben cómo hablar con la gente, no solo con pacientes o trabajadores liberales, sino con trabajadores y pacientes conservadores. Recuerden que la gran mayoría de este país quiere gravar más a los ricos que pagan pocos impuestos y a las corporaciones. Quieren dividir los grandes bancos. Y por encima de todo, en una encuesta tras otra, la gente dice que las corporaciones tienen demasiado control sobre sus vidas. Sherrod Brown se comportó de forma cauta y perdió. Bernie Sanders hizo campaña hablando del poder corporativo y ganó con una gran ventaja en Vermont. Harris se negó a hacer campaña con Bernie Sanders, pero hizo campaña en varios estados con Liz Cheney, de la criminal familia Cheney que estuvo involucrada en la invasión de Irak en la que murieron más de un millón de iraquíes.
La cantidad de errores fue interminable. Básicamente le dieron la espalda a los votantes progresistas y populistas de este país. Y Bernie, por supuesto, apoyó a Harris, pero sus posiciones fueron rechazadas constantemente. Bernie dijo: “Implanten un salario digno y una atención médica universal, impongan sanciones a los delincuentes corporativos, aumenten los beneficios del Seguro Social que han estado congelados durante más de 50 años, y aumenten los impuestos a los ricos. Harris ignoró todo eso. Solo hizo propuestas vacías.
Traducido y editado por Igor Moreno Unanua e Iván Hincapié.