En Washington, todos hablan de los escándalos políticos que involucran a la dirigencia republicana. La semana pasada, la Comisión de Valores y Bolsa (SEC, por sus siglas en inglés), comenzó a investigar si el líder de la mayoría del Senado, Bill Frist, está involucrado en la realización de transacciones bursátiles con información confidencial. Luego, Tom DeLay fue forzado a renunciar temporalmente a su cargo como líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, después de ser acusado de conspiración para canalizar hacia políticos de Texas dinero donado por empresas. Ahora, se formula una serie de nuevas preguntas sobre otro escándalo, el caso de la agente secreta de la CIA Valerie Plame. Su identidad fue revelada poco después de que su esposo, el Embajador Joseph Wilson, cuestionó públicamente la afirmación del gobierno de Bush de que Irak estaba tratando de comprar uranio en Níger para utilizarlo en su programa de armas nucleares.
Dirigencia del Partido Republicano envuelta en escándalo
Titular03 Oct. 2005