Un nuevo informe de Human Rights Watch y de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), acusó al Departamento de Justicia de detener de manera inapropiada a por lo menos 70 musulmanes, como testigos esenciales tras los atentados del 11 de septiembre y de negarles a los detenidos el derecho al debido proceso. La organización expresó que el gobierno de Bush arrojó a los hombres a “un mundo kafkiano de detención por tiempo indeterminado sin presentar cargos formales, solamente acusándolos sin fundamentos por vínculos terroristas”. Casi la mitad de los detenidos jamás fueron llevados a declarar ante un gran jurado o un tribunal. El gobierno estadounidense se disculpó con 13 de ellos por haberlos detenido ilícitamente, mientras que solo unos pocos resultaron acusados por delitos relacionados con el terrorismo. Si bien el Departamento de Justicia se niega a revelar el número de testigos esenciales detenidos, Human Rights Watch y ACLU confirmaron que habría al menos 70 de estos testigos detenidos, 64 de los cuales son de descendencia del Oriente Medio o del Sur de Asia. 17 de ellos eran ciudadanos estadounidenses, y todos excepto uno eran musulmanes. El Departamento de Justicia defendió sus políticas. Un vocero señaló el domingo que “los críticos del cumplimiento de la ley no reconocen que los estatutos de los testigos esenciales fueron diseñados con garantías de supervisión judicial y son claves para ayudar con las investigaciones penales desde el crimen organizado al tráfico de personas.”
Estados Unidos criticado por detener a musulmanes como “testigos esenciales”
Titular27 Jun. 2005