El martes, los palestinos se concentraron en diversos lugares de los territorios ocupados de Cisjordania para conmemorar el Día de los Prisioneros, en solidaridad con los miles de compatriotas detenidos en cárceles israelíes. Las concentraciones coincidieron con un acto masivo de resistencia civil dentro de las prisiones, donde al menos 1.200 presos palestinos iniciaron una huelga de hambre por tiempo indeterminado. En la franja de Gaza, Hanna Shalabi, una ex prisionera palestina que recientemente protagonizó una huelga de hambre de cinco semanas en protesta por estar detenida sin cargos, ofreció su respaldo.
Hana Shalabi afirmó: “Respeto su firmeza y los apoyo. Y todos los palestinos los respaldan para que se termine su sufrimiento en las prisiones del enemigo. Apoyo su huelga para que se satisfagan sus exigencias y recobrar su dignidad. Y deseo que los liberen pronto”.
La jornada coincidió también con la liberación de Khader Adnan, un prisionero palestino que hizo una huelga de hambre de 66 días que finalizó en febrero. La abogada de derechos humanos israelí Lea Tsemel dijo que las huelgas de hambre eran una respuesta previsible al empeoramiento de las condiciones de los prisioneros palestinos.
Lea Tsemel declaró: “Sólo veo deterioro en los castigos, las actitudes, los interrogatorios. La ley cambió para imponer cada vez más presión sobre los prisioneros palestinos. Ya saben, una huelga de hambre es siempre el último recurso de una persona que se encuentra bajo presión porque es contra uno mismo, significa torturarse a uno mismo. Es una amenaza contra la propia vida. Y sin embargo es la última posibilidad de los palestinos para unirse y hacer oír la voz de los prisioneros”.