Las fuerzas armadas israelíes finalizaron una investigación interna del asesinato de 21 miembros de una familia palestina y concluyeron que no actuaron en forma indebida. El calvario de la familia Samouni llamó la atención a nivel internacional luego de que se revelara que las fuerzas israelíes bombardearon sus casas y luego impidieron que recibieran asistencia médica. Además de las 21 personas que fallecieron, 45 familiares resultaron heridos; la mayoría de ellos eran niños. Sin embargo, esta semana las fuerzas israelíes afirmaron que su investigación de la masacre no había hallado pruebas de un crimen de guerra ni de que se haya atacado deliberadamente a civiles. Zahwa Samouni, cuyo esposo Atiyah murió en el ataque, criticó la investigación israelí.
Samouni afirmó: “Esta no es una solución. Ejecutaron a mi esposo en frente de sus hijos, ante dieciséis personas. Lo ejecutaron cuando tenía las manos en el aire y luego comenzaron a dispararnos. Tengo un hijo que está herido y hace tan solo diez días le practicaron la última cirugía”.