Se extienden las protestas en Medio Oriente por una película realizada en Estados Unidos considerada una blasfemia contra el islam. En la mañana de hoy, cientos de manifestantes yemeníes se lanzaron contra la embajada estadounidense en Sanaa donde rompieron vidrios y quemaron automóviles, para luego ingresar por la fuerza a través de la entrada principal del complejo. También se llevaron a cabo manifestaciones de protesta en Egipto, Irak, Irán, Túnez y Bangladesh, así como en los territorios ocupados de la Franja de Gaza. En El Cairo, al menos trece manifestantes resultaron heridos en los alrededores de la embajada de Estados Unidos. Según se informó, la policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes luego de que éstos lanzaran piedras y cócteles molotov. Las manifestaciones tienen lugar tras el ataque del martes por la noche contra la embajada estadounidense en la ciudad libia de Benghazi que resultó en la muerte del embajador Christopher Stevens y de tres miembros de su personal. El miércoles, el Presidente Barack Obama prometió llevar ante la justicia a los responsables de las muertes, lo que según dijo no quebrantará las relaciones entre Estados Unidos y Libia.
El Presidente Obama afirmó: “Rechazamos todo acto orientado a despreciar las creencias religiosas de otros, pero no existe absolutamente ninguna justificación para este tipo de violencia sin sentido. Ninguna. El mundo debe adoptar una postura común y rechazar estos actos de brutalidad. Muchos libios ya se han unido a nosotros para hacerlo, y este ataque no quebrantará las relaciones entre Estados Unidos y Libia”.
El gobierno de Obama envió un cuerpo especial de infantes de marina a la capital libia, Trípoli. Asimismo, envió buques de guerra estadounidenses hacia la costa libia en un intento por incrementar la seguridad del personal estadounidense en ese país.