Al menos 10.000 palestinos fueron desplazados el fin de semana, después de que una inusual tormenta de invierno provocara inundaciones masivas. El portavoz de las Naciones Unidas Chris Guiness sostuvo que las operaciones de recuperación se vieron dificultadas por el bloqueo israelí.
Chris Guinness dijo: “Gaza se ha convertido en una zona de desastre. Por lo que puedo apreciar, el agua en algunas zonas ha alcanzado los dos metros de altura. Decenas de miles de personas están varadas. La UNRWA (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo) ha estado trabajando día y noche, tiene 4.000 personas trabajando incansablemente. Hemos distribuido 5.000 litros de combustible para que la estaciones de servicio puedan funcionar, y estamos intentando enviar a personas a centros de la UNRWA, pero se trata de una zona de desastre bloqueada por la ocupación. Es muy, muy complicado”.
Israel reaccionó al permitir el envío de combustible de emergencia a Gaza, que fue donado por el gobierno catarí. El combustible permitirá que la única planta de energía de Gaza, que debió cerrar en octubre, vuelva a funcionar. La medida le dará a los habitantes de Gaza ocho horas de electricidad, seguidas de ocho horas de cortes de luz.